Cada vez son más conocidos y utilizados los beneficios de los videojuegos en diferentes aspectos como, por ejemplo, en el desarrollo de la socialización, y con frecuencia aparecen nuevas novedades que pueden convertirse en oportunidades en este sentido.
Hace unos días tenía lugar la apertura de los servidores de World Of Warcraft Classic, un título de la compañía Blizzard Entertainment que después de 15 años acaba de lanzar la recreación original del mundo de Azeroth. Este título es precisamente uno de los más recurrentes al hablar sobre los beneficios de los videojuegos usados de forma responsable.
“Los desarrolladores tienen una sesión en el juego hablando sobre su experiencia en el desarrollo y expectativas en este remake de WoW Classic”
Los desarrolladores describen el lanzamiento de WoW Classic como un viaje al pasado en el que recordar y ofrecer la posibilidad de vivir el juego a quienes no tuvieron dicha oportunidad, adentrándose en un mundo virtual en el que hay muchísimo que explorar.
Con su lanzamiento se han viralizado en las redes sociales actividades en el videojuego que no se vivían anteriormente demostrando la sensación de comunidad, entretenimiento y ocio que se puede encontrar en los videojuegos online.
El único requisito para jugar a WoW es pagar la suscripción mensual y es uno de los primeros juegos que contó con sistemas de control parental. Su servicio de atención al cliente es de los más eficaces en el mundo de los videojuegos, y su clasificación PEGI es para mayores de 12 años. Todas estas herramientas ayudan a mejorar la seguridad de las y los menores de edad.
Labores de comunidad y equipo
Durante las primeras 24 horas world of warcraft superó récords de audiencia en la plataforma Twitch a las 0:05 horas del día 27 de agosto con 1.165.793 espectadores que veían de forma simultánea retransmisiones de este videojuego. En aquellos momentos también se podían ver colas de espera para entrar en algunos servidores de hasta más de 15.000 personas.
El juego en su versión clásica cuenta con una complejidad superior al de las últimas expansiones, que han ido volviéndose más sencillas con el paso de los años.
Al contar con menos “facilidades sociales” se crea una mayor necesidad de comunicarse por parte de los jugadores quienes deberán hacerlo si quieren superar los desafíos del propio juego y obtener recursos más rápidamente.
Un ejemplo de esto es que en determinadas misiones hay que conseguir un botín que otorga un objeto necesario para algunos de los jugadores y dichas misiones son demasiado difíciles para que ser completadas individualmente.
Debido a un error que se daba en la versión más antigua del juego algunos objetos de misión tardan en aparecer unos minutos, lo que ha dado lugar a colas organizadas por grupos de jugadores que se agrupan en clanes, conocidos como hermandades. En estas hermandades, se forman horarios para hacer misiones, compartir materiales y chatear con gente, lo que ayuda a socializar encontrando a un grupo de personas con gustos en común y con las que hacer algo juntos.
Profesiones y mercado colaborativo
En este MMORPG también contamos con la opción de trabajar como sastres, ingenieros, herreros, peleteros… para crear armaduras con materiales que podéis ir despojando durante nuestra aventura. En los diferentes pueblos y ciudades de Azeroth cuentan con personas compartiendo las habilidades de su profesión para hacer a jugadores que lo necesiten sus productos a cambio de que estos le den materiales y así poder conseguir puntos que aumentan su habilidad en esa profesión y desbloquear nuevas recetas y patrones.
Debido a la escasez de recursos y a un creciente mercado nuevo, los jugadores/as intercambian, venden y compran objetos impulsando la economía del servidor.
Grupos para mazmorras
En las versiones más actuales del juego contamos con un buscador de mazmorras y organizaciones por bandas, lo que facilita mucho el trabajo de organización, para agilizar el avance y superación de misiones.
En WoW classic tendremos que acercarnos a las grandes ciudades o a las mazmorras para buscar a nuestros compañeros de aventura y asegurarnos de que tengan el nivel y conocimiento suficiente para poder superar las mazmorras. Esto requiere desarrollar capacidades de comunicación, pensamiento crítico, asertividad y trabajo en equipo.
Gracias al comercio, la búsqueda de grupos y misiones, los chats están repletos de vida, de jugadores y jugadoras buscando personajes que infrinjan daño, tanques y sanadores. También podemos encontrarn gente hablando sobre sus aficiones, trabajos o cualquier tema que surja. Todo ello ayuda a entendernos a nosotros mismos y ver cómo funciona lo que nos rodea ya que, al margen de la faceta económica, existe cierta similitud entre la interacción creada por la vida que se ha desarrollado durante el transcurso del juego y la realidad.
El juego es lanzado en su versión 1.12 “Tambores de guerra” y con el paso de los meses el mundo irá progresando, añadiendo los modos de juego jugador contra jugador y bandas, donde podremos, en grupos de hasta 40 jugadores, asistir a batallas campales entre facciones para derrotar a jefes controlados por la inteligencia artificial.
“banda de wow classic”
El WoW ha sido un mundo virtual por el que han pasado más de 140 millones de jugadores y jugadoras que conservan vivencias y viejas amistades que pueden reaparecer en Azeroth. Es un lugar de encuentro de personas y, por lo tanto, buen ejemplo de que los videojuegos no son sinónimo de aislamiento salvo cuando ocupa el 100% de la vida social.