Con el confinamiento nace la necesidad y la oportunidad de seguir en conexión con las personas que apreciamos: compañeros, familiares, amistades… Es algo normalizado ya en los hogares, que se hace desde el portátil o el teléfono móvil. La videollamada cobra ahora más sentido que nunca y los pequeños de la casa no se quedan atrás. ¿Nos hemos ocupado de darles indicaciones para su seguridad?
Llevábamos ya un par de años observando desde PantallasAmigas que había muchos problemas de grooming y sextorsión asociadas a este dispositivo. Por ello, ya en 2010, consultamos con Enrique R., un cualificado policía que trabajaba en primera línea contra los ciberdelitos cometidos contra menores de edad, si nuestra preocupación por la webcam tenía sentido. Lo intuíamos, tenía lógica, seguíamos noticias, pero no sabíamos si era una obsesión con el asunto o si era una cuestión generalizada. Enrique contestó categórico: “es lo más peligroso que hay”. Con el estímulo de esa confirmación, en apenas unas semanas desarrollamos el proyecto “Cuidado con la webcam” para poner el foco en el uso seguro de este magnífico dispositivo. Una década después ya a nadie suena extraña la recomendación básica de tapar la webcam puesto que no es complicado tomar su control y ponerla en funcionamiento incluso evitando que se encienda la luz que avisa de que está en marcha.
No es nada nuevo, por lo tanto, pero sí han cambiado tres cuestiones:
- Por un lado, la webcam ya es un dispositivo incluido en casi todos los equipos y, además, el uso de videollamadas con el móvil hace que asimilemos una cosa con la otra. Así, es raro que la gente tape la cámara de su móvil aunque sea también objeto de ciberataques por lo que tapar la cámara del portátil se ha vuelto algo más extraño.
- Por otro, el estado de confinamiento ha multiplicado el uso de las videollamadas. Se hacen desde el hogar, y no tanto desde el lugar de trabajo y recurren a ellas tanto las personas adultas como las menores.
- Por último, la profusión en su uso asociado a los videojuegos online multijugador.
Si juntamos todos estos vectores, volvemos a tener el cóctel complicado de hace una década: exposición de menores a los riesgos derivados de la existencia de una webcam y las acciones propias o de terceros con respecto a ella.
Riesgos asociados a un uso inadecuado o a un ataque de la webcam
Pueden citarse cinco retos principales:
- La sensación de que es una ventana para mirar, cuando en realidad es una ventana para ser visto y que podemos olvidar cerrar.
- La posibilidad de engaño con la imagen que se supone nos devuelve de la otra persona.
- La sensación de lo efímero del momento que se muestra, sin conocer si alguien lo está grabando al otro lado.
- La activación remota malintencionada, que descubre nuestra intimidad.
- La provisión de datos contextuales que nos delatan y que nos pasan inadvertidos.
Pueden también citarse otros problemas, como por ejemplo:
- La intromisión en la videollamada o la interceptación de la misma por parte de terceras personas ajenas.
- Los riesgos propios del directo, donde imágenes o escenas incómodas puedan colarse en escena.
- La inmediatez para realizar una acción, como por ejemplo mostrar algo íntimo, sin posibilidad de reflexión.
Cabe recordar, por ilustrativo, que hace años la posesión de la webcam era casi una condición necesaria, que no suficiente, para que un depredador sexual seleccionase a sus víctimas. Ahora eso ya no es un criterio de criba tan determinante porque hay una masa crítica mucho mayor. Obtener una imagen de su víctima para chantajearla era así mucho más fácil.
Seis recomendaciones para el uso con seguridad de la webcam en las videollamadas
- Mantener el equipo libre de malware y con el software del sistema y programas actualizado.
- Tapar la webcam físicamente (cinta aislante, por ejemplo) cuando no se esté usando.
- Decidir sobre su uso, utilizándola si se trata de un contexto de confianza o aporta valor, no siempre porque sí.
- Verificar la identidad de las personas conectadas porque no siempre están todas visibles o son quienes dicen.
- Rechazar videollamadas en situaciones de riesgo, intimidad o privadas por si algo sale mal.
- Evitar mostrar demasiada información personal con quienes no son de gran confianza, añadiendo incluso una imagen a modo de croma de fondo que impida ver qué tenemos detrás.
En el site www.cuidadoconlawebcam.com existen cinco animaciones didácticas que pueden resultar de ayuda para que niñas, niños y adolescentes conozcan la trascendencia de hacer un uso seguro de la webcam.
Con prudencia, queda disfrutar de ella y sacarle el máximo partido.