- El primer contacto con la pornografía se produce desde los 8 años y su consumo se generaliza a partir de los 14, según diversos estudios.
- Conductas machistas e incluso violentas hacia las mujeres son parte del porno consumido masivamente.
- PantallasAmigas visibiliza el problema y llama a la acción para paliar los importantes efectos negativos que, en determinadas edades y situaciones, puede producir este consumo.
No todo el porno es igual, pero a determinadas edades cualquier porno puede ser inadecuado. No todo el porno muestra violencia hacia las mujeres, pero esta está muy presente en producciones de consumo masivo o mainstream. Por otro lado, el recurso reiterado a una conducta placentera como puede ser el acceso a contenido pornográfico, con independencia de la edad o del tipo de porno de que se trate, puede generar un círculo vicioso que afecte de forma peligrosa a una persona, condicionando seriamente su bienestar.
El consumo de porno en edades tempranas
Según el informe “PornHub 2019 year in review” en relación con la propia web y a España:
- Es el décimo segundo país que más porno consume (cantidad de tráfico) aunque ocupa el trigésimo en población.
- El 7 % de los consumidores tienen entre 18 y 25 años, lo cual hay que relativizar porque no se recogen datos por debajo de 18 y tampoco se verifica la edad.
- El 32 % son mujeres frente al 68 % de hombres.
Por otro lado, el informe “Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales de adolescentes y jóvenes” (Universitat de les Illes Balears y Red Jóvenes e Inclusión, 2019) señala que el 70 % de las y los jóvenes españoles (16 a 29 años) ha visto porno en Internet, al que se accede por primera vez a los 8 años, aunque su consumo se generaliza a los 14.
Por su parte, el informe “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia “ (Save the Children, 2020) destaca que, entre las personas encuestadas, adolescentes de 13 a 17 años:
- El 53,8 % ha accedido por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un 8,7 % antes de los 10.
- El 68,2 % ha visto pornografía en los últimos 30 días llegando a consumir ellos el doble que ellas, 81,6 % y 40,4 % respectivamente.
Pornografía inspiradora de conductas violentas hacia las mujeres
Que en la pornografía mainstream se manifiestan diferentes formas de violencia hacia las mujeres es un hecho palpable. Parece también evidente que los comportamientos y prácticas sexuales de las personas más jóvenes han cambiado, imitando en muchas ocasiones escenas de la industria pornográfica. Hay incluso profesionales que apuntan una vinculación entre el consumo de determinados contenidos y el aumento de las violaciones grupales. Sea como fuere, la violencia sexual está en aumento entre los más jóvenes como demuestran diferentes informes.
La Fiscalía General del Estado con respecto a la memoria del año 2019, ha alertado de un «alarmante incremento» de las ideas sexistas y de la violencia sexual entre menores y adolescentes, un fenómeno que considera «muy preocupante». En ese año se puede constatar una evolución preocupante:
- Aumento del 15 % en procedimientos por abuso sexual cometidos por menores.
- Aumento del 25 % en el número de menores de edad enjuiciados por delitos de violencia contra la mujer.
- Aumento del 12 % en las calificaciones por delitos contra la libertad sexual donde las víctimas son menores de edad.
La “Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019” del Ministerio de Igualdad, en relación a mujeres de 16 o más años residentes en España, señala que el 13,7 % han sufrido violencia sexual a lo largo de su vida de cualquier persona (pareja actual, parejas pasadas o personas con las que no se ha mantenido una relación de pareja) y el 1,8 % la ha padecido en los últimos 12 meses.
¿Qué podemos hacer?
Para poder combatir estos efectos según Jorge Flores, Director de PantallasAmigas, “hay que trabajar en varios frentes. Por un lado está un más estricto control de la oferta a personas menores de edad y una exigencia a las empresas del sector para que asuman un código ético de autorregulación y de responsabilidad social. Por otro lado, y es lo que da sentido a la campaña, hace falta que la sociedad tome conciencia del problema. Además, las familias deben asumir que esto está sucediendo e implicarse en paliar sus efectos mediante el activismo social, una mejor supervisión parental y, sobre todo, garantizando la educación afectivo sexual que sus hijos, especialmente, e hijas necesitan.”
Contenido de la campaña, mensajes virales y una web de referencia
La campaña tiene un lema claro y directo, con un doble mensaje, que señala el problema y realiza una llamada a la acción a las familias. Se trata del bienestar de sus hijos pero también es una cuestión de responsabilidad con y para la igualdad y los derechos de las mujeres. El papel de las familias puede ser de puertas para afuera, mediante presión sobre quienes legislan y sobre la industria, y de puertas para adentro, garantizando una educación adecuada en este sentido.
El detalle de la campaña se desarrolla en seis mensajes que evidencian los posibles efectos negativos del consumo de pornografía, con la finalidad de hacerlos visibles y concretos. Estos mensajes se representan mediante las correspondientes viñetas y animaciones que serán divulgadas a través de redes sociales y que se encuentran reunidas en una web de referencia (www.tuhijoveporno.com).
¡Tu hijo ver porno! Está en riesgo de:
- normalizar formas de violencia hacia las mujeres
- considerar a las mujeres objetos par su satisfacción
- imitar prácticas sexuales sin protección
- consumir más cantidad y con más frecuencia
- evolucionar hacia contenidos extremos o peligrosos
- desarrollar complejos y baja autoestima
¿Qué vas a hacer?
La campaña será distribuida en diferentes redes sociales en formato gráfico o animado, según el caso. El primer paso para cambiar algo es tomar conciencia de lo que están ocurriendo y de la necesidad de que la situación cambie, asumiendo luego nuestra responsabilidad al respecto que nos lleve a pasar a la acción.