Lorena Fernández Álvarez, Directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto, protagonizó el episodio sobre “Tecnología con perspectiva de género”. Forma parte de las 25 mujeres expertas destacadas en sus diferentes ámbitos de especialización.
El podcast de PantallasAmigas es un programa sobre educación, ciudadanía y bienestar digital conducido por Begoña Beristain.
Transcripción del episodio
Begoña: Hola, ¿qué tal? Bienvenidos, bienvenidas. Hoy tenemos como protagonista a una mujer para hablar de niñas, de chicas, de mujeres y todo esto, por supuesto relacionado con la tecnología, ellas van a ser las protagonistas de este nuevo episodio de educación, ciudadanía y bienestar digital, el podcast de PantallasAmigas. Nuestra invitada es Lorena Fernández, es ingeniera informática y máster en seguridad de la información, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto, miembro de la Comisión Europea que analiza el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la inteligencia artificial. Es jurado en el premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga, inventora del proyecto inspira STEAM, que busca el fomento de las vocaciones científico-tecnológicas entre las niñas. Además, es una de las creadoras del juego de mesa «Nobel Run», recién lanzado al mercado y del que también vamos a hablar. Lorena Fernández, ¿qué tal?, bienvenida
Lorena: ¿Qué tal? encantada de poder estar contigo, Bego.
Begoña: Pues sí, encantada de saludarte, sobre todo para hablar de lo que nos une, ¿no? Vamos a hablar de mujeres y vamos a hablar de tecnología. Me gustaría que para empezar, Lorena, nos hicieses una foto, o una radiografía de situación, ¿las niñas continúan sintiéndose alejadas de la tecnología a pesar del intenso trabajo que se está haciendo desde entidades como las tuyas? Desde la Universidad de Deusto, por ejemplo, o desde universidades. ¿Del último confín del mundo porque afortunadamente, son muchas las instituciones que están impulsando las vocaciones científico-tecnológicas entre las niñas, pero, ¿cómo es la situación a día de hoy?
Lorena: Pues la situación, la verdad es que me gustaría decirte que es mejor de lo que es, ¿no? Los datos no son muy halagüeños, pero sí que igual deberíamos centrar, y creo que lo has hecho muy bien dentro de las STEAM, ¿no? que siempre utilizamos esas siglas de la ciencia, la tecnología y la ingeniería y las matemáticas, incluso nosotras solemos meter la de de las artes. Pues probablemente las ingenierías son las que peor van y, de hecho, si hacemos un análisis en de informática, a nivel estatal, lo que vemos es que en el primer año del que se tienen datos, que es el curso 1985 – 1986, había un 30,12% de mujeres matriculadas y en el año 2018 – 2019, por ejemplo, la cosa había bajado al 13,17%. Entonces vemos que en algunas áreas de las ciencias sí que hay presencia mayoritaria de las mujeres, por ejemplo, cada vez más en las vinculadas a lo biosanitario. Pero, sin embargo, en las ingenierías, que es donde se está moldeando, por ejemplo, la inteligencia artificial, etcétera, pues vemos que cada vez tenemos una menor presencia de las mujeres.
Begoña: Claro, intentar buscar la motivación, saber por qué está pasando todo esto igual no es sencillo, pero tendréis alguna idea, ¿no? porque se está insistiendo mucho. Se está haciendo un trabajo importantísimo por encontrar referentes, por seguir impulsando a las niñas y a las jóvenes hacia la ciencia y la tecnología, pero tenemos este descenso ¿qué está pasando?, ¿qué idea tenéis vosotras, Lorena?
Lorena: Pues solemos utilizar dos símiles, por un lado, un término que me inventé, o sea, que, siguiendo el símil de los techos de cristal, ¿no?, que son esos que atrapan a las mujeres en el ámbito profesional, yo utilizo el de los pasillos de cristal para para nuestras niñas y nuestros jóvenes que lo que digo es que son aquellos que las encaminan bajo una falsa premisa de libertad de elección a determinadas titulaciones. Y, por otro lado, hay otro símil que se utiliza a nivel global, que se llama «the liquid pipeline», que es la tubería que gotea. Y yo creo que lo ilustra muy bien, porque lo que dice esta tubería que gotea es que hay un montón de agujeros, es decir, no estamos hablando de un único problema, sino que son múltiples y, además, a veces incluso se combinan y son peor, por lo tanto, no es tan sencillo como taponamos un agujero, y esto se soluciona, y encima, como bien ilustra la tubería, esto pasa a lo largo de toda nuestra vida. Empieza en edades muy tempranas, pero nos acompaña, pues cuando vamos al Instituto, si vamos a hacer una FP, vamos a la Universidad, en nuestro ámbito profesional. Entonces, hay un montón de agujeros que intervienen ahí. Si tuviéramos, si yo tuviera que definir el más grande o por lo menos el que está presente en casi todas las etapas vitales de nuestra vida, yo diría que es el de la confianza. La confianza en el verbo es, es tremendo, porque estamos hablando de que, por ejemplo, las niñas se creen menos brillantes que los niños ya con 6 años. El famoso estudio publicado en Science, que hacía un experimento en el que a niños y a niñas con 5 años les contaban la historia de un personaje al que no le ponían género, que era extremadamente brillante, y cuando se les preguntaba si pensaban que era un hombre o una mujer, pues los niños mayoritariamente decían que era un hombre y las niñas mayoritariamente decían que era una mujer eso con 5 años. Con 6 qué pasaba que los niños seguían diciendo que era un hombre y las niñas ya habían cambiado a decir que era un hombre. También es decir que la autoeficacia percibida que tienen pues ya ahí ha bajado.
Begoña: ¿Qué pasa en ese año, Lorena? ¿Qué pasa en este año para que pasen de pensar que efectivamente pueden ser ellas a que cuando cumplen un año más vean que no, que eso es cosa de hombres? ¿Qué ha pasado en ese año?
Lorena: Pues que se ha socializado que la brillantez es una característica o un rasgo masculino, y de hecho yo recuerdo una campaña que lanzó Emakunde, que me pareció brillantísima, que hablaba de las pequeñas cosas que nos suceden en el día a día y en esa campaña había unos carteles en los que, por ejemplo, a ellas les decimos que no sean mandonas y a ellos les decimos que tienen dotes de liderazgo, a ellas les decimos qué guapa eres o qué guapa estás, y a ellos les decimos qué listo. A ellas les decimos qué trabajadora eres, si tienen buenos resultados académicos, y a ellos les decimos qué brillantes. Entonces al final, vemos que son pequeñas cosas que nos van limitando, incluso a veces en lo más sencillo como es el juego, o sea en esas etapas, parece que a ellas las limitamos, tiene que ir bonita con su vestidito, pero que no se manche. Que no juegue, que no explore… Y fíjate el jugar, explorar sin miedo a equivocarte, esa es la esencia de la ciencia, para mí.
Begoña: Fíjate que estoy pensando que muchas veces cuando decimos estas cosas y las decimos sin pensar, evidentemente es porque las tenemos interiorizadas, y pese a que pensamos que llevamos una vida feminista y que queremos vivir en igualdad, tenemos todavía esos TIC, esos sesgos que incluso las mujeres los tenemos dentro y no hemos conseguido de momento salir de ahí. Pero de todas formas y volviendo un momento, Lorena, a los pasillos de cristal hay veces que a mí me da por pensar qué intereses hay en que esos pasillos sigan siendo de hombres, porque se sigue como decías tú, dirigiendo hacia otro tipo de formación y de carreras a las niñas que intereses hay ahí.
Lorena: Pues yo quiero pensar, porque soy una buenista, que no hay una intención premeditada, pero sí que se dan determinadas casuísticas, como que por ejemplo, cuando una titulación, o una carrera, o una profesión que ganan prestigio, las mujeres son apartadas y la informática es un ejemplo clarísimo. Porque la informática ha estado marcada, el camino de la informática, ha estado marcado por grandes mujeres que han hecho grandes contribuciones, pero en cuanto empieza a prestigiarse ese ámbito, desaparecen, se les aparta. Por ejemplo, las calculadoras humanas, se suele decir de manera jocosa, las calculadoras llevaban falda, es decir, se hacían los cálculos a mano, no existían los ordenadores, las computadoras. Ese trabajo, que era considerado a nivel social como tedioso, era ocupado por mujeres. Ahí tenemos grandes ejemplos, Katherine Johnson, que yo soy super fan, ya sabes. Protagonista de la película, Figuras Ocultas y que, de hecho, gracias a esa película y gracias a ese libro en el que se hace la película, la conocimos, porque hasta entonces había estado en la oscuridad, pues en ese ámbito ella fue, una persona importantísima. Claro, luego llegan las computadoras, se empieza a ver que ahí hay prestigio y, de hecho, también hay un ejemplo chulísimo que lo ilustra muy bien, que es la máquina ENIAC, o sea, la máquina ENIAC, que es una de las primeras máquinas de computación general, que ocupaba toda una sala enorme. En aquella época lo importante era el hardware, era la máquina, era toda la cacharrería que estaba allí montada. Y entonces qué trascendió con el paso de los años, los hombres que habían montado la máquina, pero resulta que había 6 mujeres que fueron las que la programaron, importantísimas. Y qué pasó que llegaron los años 80 vino una investigadora y dijo, oye aquí hay unas fotografías de la máquina ENIAC, a pie de foto aparecen los nombres de ellos, que han estado montando la máquina, pero aparecen también unas mujeres en la fotografía y no aparece su nombre a pie de foto. Claro, se puso a buscar, de hecho, hablando con su jefe le dijo, bueno, igual es que eran refrigeration ladies, es decir, mujeres que estaban allí de adorno con la máquina. Ella dijo, pues yo creo que no y descubrió en los años 80, o sea, transcurridos muchos años, que esas mujeres lo que habían sido, eran programadoras de la máquina, o sea, no estaban de adorno. Entonces vemos que cuando el prestigio entra, nosotras salimos.
Begoña: Eso es, y fíjate lo importante que es que se conozca el nombre en la labor. La trayectoria de todas esas mujeres porque yendo a otro examen a otro test que se hace a las niñas, tú nos hablabas, bueno, pues de esa diferencia que hay entre los 5 y los 6 años, también cuando se les pregunta por mujeres que hayan destacado en ciencia y tecnología, un porcentaje altísimo, tampoco de niños, pero de niñas no identifican a ninguna mujer, ¿qué pasa cuando no se cuenta con referentes femeninos?
Lorena: Pues lo que tú bien dices. La falta de referentes femeninos es otro de los agujeros enormes en la tubería, por la que se nos escapa. En este caso, además, la falta de referentes, normalmente, o sea, no sólo es una cosa que pasa en la ciencia y la tecnología, es a nivel global. Este año hemos tenido el caso de la EVAU, que hacían un análisis de, oye, qué pasa, que no incorporan filósofas, o sea, que, en el temario, y de hecho analizando esto, se hizo un estudio sobre los libros de texto sobre la presencia de las mujeres en materiales educativos españoles. Que analizó 115 manuales de 3 editoriales y descubrió que había un 7,5% de apariciones de mujeres en todas las asignaturas de la ESO. Y la cifra bajaba al 5 o al 1 en materias como ciencias o tecnologías, con lo cual, si no tenemos un espejo en el que nos podemos mirar y reflejarnos, pues no nos podemos imaginar a veces que podemos ser eso, ¿no? Es importantísimo tener esos referentes y yo creo que cada día lo vemos más, o sea, a mí por ejemplo, me viene a la cabeza la toma de posesión de Kamala Harris. Y una fotografía que se hizo viral de una niña pequeña delante de la televisión mirando ensimismada y yo creo que en ese momento, pensando, yo igual, un día puedo ser vicepresidenta de los Estados Unidos, pero hasta ese momento quizá no nos habíamos dado cuenta. Y además, hay un matiz muy importante en esto de la ciencia, la tecnología, que yo siempre digo, porque a veces nos ensimismamos en mostrar referentes tipo Marie Curie, que está muy bien porque necesitamos a esas grandes mujeres, Marie Curie, que ha tenido dos premios Nobel, de hecho, la primera en tener dos Nobel en categorías diferentes pero la sociedad necesita modelos normales claro, livianos, para generar esas vocaciones.
Begoña: Sí, porque si no estamos pensando en mujeres con un potencial e intelectual extraordinario, con una capacidad de trabajo y de talento extraordinarias, y esas, evidentemente, tienen que ser nuestros referentes. ¿Pero también nuestra vecina, nuestra profesora del día a día, alguien de nuestra familia que también esté en este mundo de la ciencia, la tecnología y la ingeniería y las matemáticas, para que sean tus iguales?, puede que Marie Curie no sea tu igual, pero sí puede ser alguien de tu familia, por ejemplo, o de tu instituto, ¿no? Eso de los referentes normales y yo creo que daría mucha confianza.
Volviendo a la confianza, a la falta de confianza que decías antes, ¿no?
Lorena: Eso es totalmente de hecho, nosotras en Deusto tenemos un proyecto que ya llevamos muchos años, que se inspira en STEAM. El foco es acercar a mujeres que trabajan en ciencia y tecnología, y de hecho acercarlas a las aulas de esas niñas, incluso a veces lo que intentamos hacer es el matching geográficamente cercano. O sea, yo, por ejemplo, he sido mentor en mi instituto y claro, a las niñas me dice, ah, pero es que tú encima vives en mi barrio. Claro, haber estudiado en el mismo instituto, ahí estás trabajando ahora en ciencia y tecnología y estás haciendo estas cosas entonces. Pues ahí todavía se crea un vínculo mayor en lo que tú decías en la confianza y ahí incluso empiezan a surgir preguntas que igual de otra manera, no te hubieran hecho.
Begoña: Claro, nos has contado el caso, no de esas mujeres que habían sido las programadoras y que habían sido hombre apartada de los créditos y de los títulos, pero a día de hoy se nos siguen robando méritos. También hay muchas investigaciones en las que trabajan muchísimas mujeres, ahí codo con codo con ellos, pero al final el mérito vuelve a ser de ellos. A día de hoy, ¿también pasa Lorena?
Lorena: Pues por desgracia, si yo quiero pensar, que no en el nivel que pasaba antes, claro, porque estamos hablando de ejemplos en los que directamente eran ninguneadas o incluso algunas tenían que inscribir con iniciales para que no se identificará que eran mujeres. La propia Ada Byron, es la primera persona a la que se considera programadora, escribía con sus iniciales para esto, pero actualmente sigue sucediendo. Yo si tuviera que traer un ejemplo, un ejemplo cercano es el de Katalin Karikó. Que está ahora muy en boga porque precisamente con toda la pandemia y las nuevas vacunas con modelo ARN. Ella puso los fundamentos de las vacunas, y sin embargo tuvo que pelearse porque no le quería subvencionar los proyectos de investigación, no recibía financiación. Tuvo que pelearse contra viento y marea en un montón de proyectos y es ahora cuando está recibiendo el reconocimiento, pero han sido años muy duros en los que le ha pasado, vamos lo indecible en su universidad y además a ella se le juntaba como persona migrante porque estaba en Estados Unidos. Ella es húngara, o sea que tenía ahí un caso de interseccionalidad, lo que decíamos antes, no solo de género, sino también de ubicación geográfica, etc.
Begoña: Y todo esto tiene unas importantísimas consecuencias. Dice la ONU que dejar de lado a las niñas no solo frena el desarrollo, sino que afecta a los derechos humanos, deja de promover la excelencia científica y frena el desarrollo de habilidades digitales. Esto es lo que hay que interiorizar. Esto no es simplemente una cuestión de presencia, es una cuestión, como decimos, de derechos humanos, de desarrollo, de habilidades y de excelencia científica.
Lorena: Sí, sobre todo porque, además, si volvemos a la reflexión inicial, la tecnología hoy en día está moldeando la sociedad que somos. Nos gustaría que fuera a la inversa, de la sociedad que somos moldea la tecnología, pero no, es la tecnología la que nos está marcando como somos como sociedad. De hecho, si hacemos un recorrido desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, la tecnología está presente y ha cambiado muchas de nuestras costumbres y nuestras formas de hacer y de pensar. Claro si esa tecnología esta mirada sólo desde un punto de vista y con un modelo único, que yo siempre digo que hay como un modelo, un personaje que tiene el superpoder, que representa todo el mundo, es hombre caucásico, heterosexual, de mediana edad y clase media. Y toda la tecnología responde a ese modelo, pues nos dejamos fuera la trayectoria vital de un montón de personas, con lo cual esa tecnología no responde a todos los problemas de la sociedad en general, sino de una parte de la sociedad con privilegios. Siempre cuento el mismo ejemplo, para que yo creo que se ve y se ilustra muy bien. Una tecnología que utilizamos a diario, el cinturón de seguridad, o sea, este cinturón de seguridad se desarrolla en los años 40 y se testea con un primer dummy que está pensado por un equipo exclusivamente masculino. ¿Qué sucede?, que a ese equipo exclusivamente masculino no se le ocurre que detrás de un cinturón de seguridad, ese dummy igual pudiera estar embarazado, con lo cual no tenemos hasta 1996 el primer dummy embarazado para estudiar las consecuencias, por ejemplo, de un choque frontal y, de hecho, aun en el 2020, o sea, todavía había un estudio de la Universidad de Virginia que lo que decía es que las mujeres que utilizan un cinturón de seguridad tienen un 73% más de probabilidades de sufrir una lesión grave en un choque frontal que los hombres. Porque el dummy tiene un tamaño fijado en un modelo que no representa el tamaño y la anatomía promedio de un cuerpo femenino. Entonces ahí vemos que eso, que el desequilibrio, resulta caro socialmente.
Begoña: Hay que tenerlo muy en cuenta y la verdad es que le agradecemos a Lorena la cantidad de ejemplos que nos pone y que nos hace partícipes de una realidad que, si no hubiese mujeres como ella poniéndola todos los días en redes sociales, en artículos, en comparecencias, poniéndolas sobre la mesa, pues perderíamos esa capacidad también de inculcar a las niñas, a las chicas que pueden estar en la ciencia y en la tecnología, inspira estilo. Has citado, antes de pasar, que eres mentora en este proyecto, cuéntanos. Es un proyecto que busca el fomento de las vocaciones científico-tecnológicas entre las niñas. ¿Qué te encuentras ahí en tu en tu día a día Lorena?, en ese acercamiento que tienes a las niñas llevándoles hacia la ciencia y la tecnología.
Lorena: Pues la verdad es que me he encontrado grandes historias. Para mí es un proyecto que me da un «chute de energía», porque, bueno, es un proyecto que nace en la Universidad de Deusto y que se dirige a niños y niñas de 6º de Primaria. O sea, que estamos hablando de alrededor de 11 añitos. Y nos vamos las mentoras, durante 6 sesiones, al Colegio y en cada sesión vamos trabajando diferentes aspectos, Pues el primero es que conozcan la ciencia y la tecnología, que a veces una de las cosas que nos pasa es que explicamos muy mal a qué se van a dedicar, no con esto de la ciencia y la tecnología entonces, eso es, que lo conozcan de primera mano y además damos un enfoque más humanista de la ciencia y la tecnología, porque yo creo que nos obcecamos muchas veces en hablar de la cacharrería y no de los problemas sociales que resuelve la cacharrería y eso engancha, por ejemplo, más a las niñas y las jóvenes, O sea, no es lo mismo decirles, «si haces una ingeniería vas a desarrollar un dron», que decirles, «si haces una ingeniería vas a desarrollar un dron que puede intervenir en un país X en el que ha habido inundaciones y puedes depositar, por ejemplo, alimentos». O sea, cuando ven la aplicabilidad social se le se les abre los ojos como platos en el exponente. Ese es un ámbito, luego otro ámbito es presentarles mujeres que han sido relevantes en ciencia y tecnología, tanto de la historia como actuales, solemos acercarles también modelos cercanos también en años. No, no nos vamos solo hace un montón de tiempo y solemos hablarles obviamente de sesgos, estereotipos, etcétera, y de nuestra realidad profesional. Entonces a mí, por ejemplo, lo que te decía antes, Como son 6 sesiones se establece un nexo de confianza entre las niñas y la mentora. Entonces, igual en la primera sesión no, o en la segunda tampoco, porque todavía les da vergüenza y te dicen casi lo que quieres escuchar, pero la tercera te empiezan a hacer preguntas del tipo que me han hecho a mí, pues, por ejemplo, si tengo amigos, te digo, sí, soy ingeniera, tengo amigos, tengo vida social, Y luego también te hacen preguntas del tipo, si vas a tener familia, hay como determinadas cosas que tienen ahí metidas en la cabeza, que no afloran hasta la tercera o la cuarta sesión. Y luego les llevas cosas, yo que sé, el aterrizaje en Marte cuando les cuentas la historia y mira y una Colombiana fue la protagonista, porque ahí tienes el escote, es el ejemplo. Les llevas todo eso y se emocionan. Ves que disfrutan, y a mí una de las cosas, además que me gusta, es que el objetivo de inspira STEAM no es fomentar vocaciones científico-tecnológicas. Fíjate que loco, lo que te estoy diciendo, el objetivo de Inspira STEAM es que no descarten la ciencia y la tecnología y que decidan en libertad, o sea, uniéndolo a lo de los pasillos de cristal, es que decía en libertad, que luego quieren hacer otra cosa, fenomenal, pero que no lo hayan descartado por cosas externas que no son conscientes.
Begoña: Porque al final se les ha inculcado una sensación de incapacidad tecnológica, que es la que les hace efectiva. Ni siquiera plantearse que la ciencia y la tecnología puede ser para ellas, no es lo que tú dices, la descartan directamente sin pensar lo que pueden aportar y lo que podrían aprender en ese campo.
Lorena: Eso es porque por ejemplo, con ella recorremos otro de los agujeros de la tubería que son las series, o las películas o los juguetes, entonces hablas con ellas y les diré, a ver decirme series o películas donde aparezcan personas que se dedican al ámbito de la tecnología, entonces enseguida te vienen con Big Bang Theory. Claro, Big Bang Theory es una serie muy divertida pero extremadamente estereotipada, entonces ellas no quieren ser Sheldon, porque están en una edad, una etapa en la que lo único que buscan es socializar, pertenecer al grupo, etcétera. Entonces es estereotipo de persona, friki, etcétera, que tienen ahí, en su cabecita les frena. Esto además quiere decir que encima hay estudios del impacto que tiene incluso las series, las películas, o sea, no solo lo que decíamos de los referentes reales, sino de los de ficción. Y que es uno que me encanta, que llevó a cabo la Geena de Virus Foundation, que es Geena Davis, la actriz, tiene una fundación muy chula, que hacen un análisis del impacto de género en en películas y series y sacaron un estudio en el que hablaban del efecto escalón. Claro, las niñas no entienden, porque, ahora vas a entender porque, pero tú sabes que tan lejos, pero tú y yo sí, sí, yo sí. ¿Por qué? Porque es el estudio lo que determinó es que el 63% de las mujeres que hoy se dedican a la ciencia y que tenían alrededor de 12 años cuando se estrenó la serie «Expediente X», aseguran que el personaje de Dana Scully les dijo que ellas podían hacerlo, les parecía un personaje súper atractivo, super interesante y ya esto como ejemplo super personal, mi sobrina, que acaba de hacer la comunión y les pidieron un vídeo de qué querían ser de mayores, pues pusieron ahí el vídeo, la mayoría de las niñas querían ser maestras, que era lo que el referente que veían más cercano, y mi sobrina dijo que quería ser bombera, porque ahora estaba viendo una serie de bomberos y bomberas, entonces, donde hay mujeres, claro, entonces ese ese tipo de elementos son los que les marcan en esas etapas vitales.
Begoña: Claro, hay algo de lo que me interesa, especialmente hablar contigo Lorena, porque oímos la inteligencia artificial, hablamos de su desarrollo, de sus aplicaciones, pero en muy pocas ocasiones nos paramos a pensar, precisamente, en eso que hacéis en esa Comisión Europea a la que tú participas, de analizar el impacto que tiene no incorporar la perspectiva de género en la inteligencia artificial supongo que hay también escasez de mujeres programadoras de algoritmos. Esto al final nos lleva a que la inteligencia artificial también tenga unos sesgos machistas importantes.
Lorena: Sí, es que la inteligencia artificial no deja de ser un reflejo casi de lo que somos como sociedad. Sí, de hecho, no solo deja, no solo es un reflejo de lo que somos como sociedad, sino que nos ha convencido de que las decisiones que tome un algoritmo van a ser más neutras o más objetivas que las que toma una persona, con lo cual confiamos en la tecnología plenamente y pensamos que va a tomar esas decisiones. Ya te digo, de una manera no sesgada, y luego nos encontramos con realidades que no son así, el ejemplo, yo creo que uno de los ejemplos más claros que siempre ponemos y que sacamos en ese grupo de Gender Innovation, era el del traductor de Google. El traductor de Google, por ejemplo, te va a traducir del turco a al castellano, vale y ¿por qué te digo esto del turco? Pues porque el turco no tiene notación de género, o sea, el sujeto siempre es una o, no tiene él o ella, entonces tú te vas a traducir frases del turco al castellano y entonces, como no le indicas el sujeto, el traductor tiene que tomar la decisión por ti. ¿Y cuál es la decisión que toma?
Begoña: ¿masculino?
Lorena: En algunos casos, en otros no, porque ella es cocinera, él es ingeniero. Él es médico, ella es enfermera. O sea, este tipo de cosas que está fallando en todo esto, pues falla la falta de diversidad en varios puntos. Por un lado, la falta de diversidad en los datos, porque lo que pasa en estos casos es que hacen un aprendizaje masivo de información y claro, la mayoría de libros de traducciones que se han hecho previamente, etcétera, encuentran este tipo de frases, con lo cual hay falta de diversidad en los datos. Y es un fiel reflejo de la sociedad sesgada y machista en la que estamos, pero a veces la falta de ideas se hacen los equipos como tú bien decías. Si no tenemos apenas mujeres, a nadie le iba a interesar esto y ya no solo el tema, lo que decíamos antes del género, dentro de la interseccionalidad, que es ese concepto mágico de quien tiene privilegios, ¿o quién sufre presiones? En base a su pertenencia a categorías sociales, ahí cruzamos género. Yo con raza, con orientación sexual, con edad, que también es un temazo. El tema del legalismo, ubicación geográfica, etcétera. Entonces, ahí falta de diversidad también en esos equipos. Y entonces, si alguien no ve el problema porque no le afecta, pues luego no se refleja en la solución. Y luego también tenemos falta de diversidad en quién está detrás de esas inteligencias artificiales. Porque realmente la mayoría de desarrollos está detrás, solo las grandes compañías, es decir, las de siempre, Google, Amazon, Microsoft, IBM, etcétera. Y empresas a pesar de que tengan de manera cosmética unidades de ética pues no es su principal prioridad y Google, por ejemplo, nos lo ha mostrado recientemente de una manera muy clara. Tenía una persona, que es Timmy Brooke, a la cabeza de su unidad de ética en inteligencia artificial, y en cuanto tiene que Brooke es una mujer, además etíope, o sea racionalizada, etcétera, que tiene un montón de investigaciones en tema de sesgos de inteligencia artificial quiso publicar un paper sobre eso y, además, sobre el consumo energético y el impacto medioambiental que tienen todas esas máquinas tomando decisiones, etcétera. La quitaron del medio, la destituyeron porque, claro, eso iba en contra de los intereses económicos de la compañía.
Begoña: Fíjate, has dado ese concepto, hacerlo de manera cosmética y es un poco lo que están haciendo todas esas grandes compañías que simplemente con implementar esa perspectiva de género en sus propios algoritmos ya serían ejemplo y referente para otras muchas empresas, ¿no? Y también se resisten a hacerlo.
Lorena: se resisten y sobre todo porque reitero que va contra sus intereses económicos, entonces a ellos sí que hago siempre. No pongo el foco sobre la parte de las administraciones y, de hecho, es lo que hacemos desde la Comisión Europea, intentar incorporar esa perspectiva de género en la ciencia y en la investigación. De manera que, por ejemplo, una de las cosas que hemos conseguido con este informe y que me parece importante, pero insuficiente, es que el programa marco que van a sacar bueno que ya acaban de sacar de investigación y ciencia para financiar proyectos, que es ‘Horizonte Europa’, vale que va a sustituir al famoso Horizonte 2020, una de las cosas que se ha metido es que todos los proyectos deben de incorporar un análisis de perspectiva de género en el proyecto y si no se incorpora, justificar por qué no, cosa que antes no sucedía y esto para mí es clave porque en cosas que estamos viendo en la inteligencia artificial que falla, por ahora, estamos en modo reactivo, es decir descubrimos el fallo y entonces lo intentamos corregir con esto, que intentaremos conseguir que se le estuviéramos en modo proactivo, es decir, que la perspectiva de género estuviera desde que pienses el proyecto inicialmente, mientras que lo implementas y luego cuando lo finaliza, si lo evalúas, o sea en todas las fases de del proceso.
Begoña: Sí tenerlo interiorizado como algo que nos habla incluso de manera natural. Para eso me da que vamos a tener que esperar un tiempo, pero desde luego vamos a seguir trabajando por conseguirlo. ¿Jugamos un rato, Lorena?
Lorena: Perfecto.
Begoña: Venga, pues saca el juego de mesa Nobel Run, está recién salidito del horno y yo quiero que nos lo presentes también.
Lorena: Pues Nobel Run, es uno de esos proyectos que a mí me hace últimamente mucha ilusión. Lo primero por las personas con las que estoy compartiendo el proyecto, que son Pablo Garaizar e Iñigo Maestro. Lo segundo, por el proceso, porque por cómo nace, o sea que es de repente yo decía, ¿Cómo podemos abordar el visibilizar a mujeres en la ciencia y analizar qué cosas pasan en la carrera científica con esa perspectiva de género? ¿Y llegar a gente a la que normalmente no llegamos?, porque claro, yo estoy metida en mi caja de resonancia, la gente que me sigue ya tiene el chip medianamente activado de estas cosas, pero yo lo que quiero es llegar a gente que esto ni se les ocurre, y llegará además a las familias, meter esto en las familias. Entonces me acerco a Pablo, que ya lleva un montón de juegos, es experto en en este ámbito y le planteó la temática y entonces Pablo, que ya te digo que es un crack, lo que hace es pensar en unas mecánicas de juego super divertidas, o sea, porque no, no es el típico juego de trivial o de tal que ya, pues está muy manido. Es un juego con unas mecánicas que se llama de construcción de mazos en el argot lúdico que yo acabo de descubrir. Se llama The Binding, entonces es un juego en el que tú lo que haces es gestionar un equipo de investigación para conseguir el Premio Nobel y al comienzo solo tienes tu esfuerzo y un pequeño proyecto, local y la ayuda de un estudiante de doctorado. Y conforme va avanzando la partida vas consiguiendo, pues más proyectos, más ayudantes y vas pudiendo publicar en revistas de prestigio, que eso te va a llevar como a conseguir el Premio Nobel y por el camino aparecen cartas especiales de científicas e inventoras que te ayudan. Y además te ayudan, contando su historia, es decir, por ejemplo, Mary Somerville está ahí. En una de esas cartas que fue la mentora, ¿no? Que también está en el juego. Pues, Mary Somerville la carta nos dará esfuerzo extra porque no hay nada más valioso que una buena mentora, por ejemplo. Hedy Lamarr, que fue la coinventora del espectro ensanchado que luego llevó al desarrollo de tecnologías como el Wi-Fi y el Bluetooth, etcétera. Pues su carta lo que nos va a dar es datos en el juego y con todo esto, incluso además tenemos cartas, algunas cartas especiales del síndrome de la Impostora o la carta de los cuidados y como eso te resta, igual que sucede en la vida real, o sea, son cartas con efectos negativos. Otra, Rosalind Franklin, pues con la Carta de Rosalind Franklin, que a ella ya sabes que le robaron, la famosa fotografía decisiva para establecer la estructura del ADN, Watson y Crick, y luego ellos se llevaron el Nobel y se lo agradecieron con un escueto agradecimiento a pie de página chiquitillo, pues con esa carta nosotros vamos a poder quitar a nuestros rivales en el juego, datos igual que a ella le robaron. O sea, que esa es la dinámica del juego y todo esto con unos diseños preciosos del Ilustrador Iñigo Maestro, que ha hecho una auténtica maravilla con las cartas.
Begoña: Aprender jugando es una de las mejores maneras de aprender y sobre todo de interiorizar. No todos esos mensajes que se lanzan cuando ponemos a las mujeres en primer plano y cuando dejamos de pensar que las niñas que las chicas tienen esa incapacidad tecnológica que muchas veces se les ve, pretende hacer creer que tienen y que son absolutamente capaces de estar en primera línea en el mundo de la ciencia, de la tecnología, de la ingeniería, de las matemáticas.
Como despedida, Lorena, qué miras de aquí a 10 años y, ¿que ves?
Lorena: Pues yo quiero ser optimista, soy optimista, no es que quiera, soy optimista, soy optimista porque veo que cada vez más personas nos ocupan y nos preocupa esto y veo cada vez más iniciativas, más gente trabajando en red de manera colaborativa. Y creo que cada vez va a haber una mayor presencia de mujeres, niñas, jóvenes en todos estos ámbitos, decidiendo lo que quieren ser de mayores y decidiendo lo que va a ser la sociedad a través de la tecnología. Y como frase, además, para mí, súper importante que es qué y que siempre digo es que no hay que arreglar las niñas que ellas no están estropeadas, sino que lo que nos toca es arreglar el entorno que les rodea. Y cuando consigamos eso, veremos una sociedad muchísimo mejor porque estaremos aportando desde todas las partes de una manera muy diversa.
Begoña: Bueno, pues ojalá en un espacio muy corto de tiempo, consigamos recorrer esos pasillos de cristal, hacernos protagonistas también de esos pasillos, romper esos techos y que esas tuberías que siguen goteando, dejen de hacerlo porque hayamos conseguido taponar todos esos agujeros.
Lorena Fernández es ingeniera informática, máster en seguridad de la información y directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Ha sido un placer que estés en este podcast de PantallasAmigas, Lorena Fernández y te seguimos muy de cerca porque cada día nos enseñas mucho, estás haciendo un gran trabajo para conseguir que las niñas, que las chicas, que las mujeres nos interesemos por la ciencia y la tecnología y lo que es más importante, nos sintamos capaces de ser parte de ella. Muchísimas gracias, Lorena.
Lorena: Ha sido un placer. Muchísimas gracias por la invitación.