Los asistentes inteligentes para el hogar, tanto cámaras de vigilancia como altavoces conectados han sido protagonistas esta semana por un suceso ocurrido en Estados Unidos. Un matrimonio ha denunciado que un extraño hackeó su sistema de vigilancia doméstico instalado en la habitación de sus hijas y acosó a una de ellas, de ocho años. Nos preguntamos qué riesgos suponen estos aparatos y cómo podemos convivir con esta tecnología, llamada también IoT (en inglés, Internet of Things) que conecta objetos entre sí para poder proporcionar soluciones beneficiosas para la vida conectada a través de internet.
La noticia publicada en The Washington Post nos sitúa en la vivienda de una familia de Tennessee, donde cuatro días después de instalar un sistema de vigilancia en la habitación de sus hijas, sucedió un hecho perturbador. A través del dispositivo una voz habló a una de las niñas, de 8 años. «Soy Papá Noel, soy tu mejor amigo» le llegó a decir el intruso a la niña a través del sistema de voz. Antes, la cámara había emitido por su altavoz una famosa canción parte de la banda sonora de la película de terror Insidious. El intruso, al haber hackeado la cuenta de la familia, pudo acceder también a la cámara y hablar a través del micrófono y sistema de altavoces.
Como se puede ver en el vídeo, tras unos minutos de confusión, la niña dice «no sé quién eres» y sale de la habitación para avisar a su padre y decirle que algo raro ocurría dentro. A continuación, el padre entró y desconectó la cámara.
Ashley LeMay, la madre de la niña, declaró «No tengo palabras para expresar lo mal que nos sentimos mi hija y yo. Hice lo contrario a instalar una medida de seguridad adicional; puse en riesgo a mis hijas y ahora no puedo hacer nada para tranquilizarlas. No puedo decirles que sé quién es esa persona, y tampoco que no vaya a aparecer en nuestra casa en mitad de la noche».
Según la consultora Strategy Analytics, las ventas de estos dispositivos conectados crecieron un 96% en el segundo trimestre de este año alcanzando los 30,2 millones de unidades. Se prevé que los asistentes virtuales pueden ser el regalo estrella de esta Navidad.
A pesar de ofrecer un sinfín de ventajas, los asistentes inteligentes para el hogar también requieren de una atención especial para que puedan funcionar de forma correcta.
Principales riesgos de los asistentes inteligentes
- Información personal: es evidente que cuanto más sepa el dispositivo de nosotros (esto implica tener una cuenta registrada) nos podrá ofrecer información más precisa a nuestras preguntas.
- Escucha constante: tanto si es una cámara o un altavoz capaz de recibir nuestras órdenes, es también capaz de escuchar y registrar información constantemente, y si un intruso consigue acceder al dispositivo, también tendrá acceso a toda nuestra información que tenga almacenada.
- Distinción de la voz: los altavoces aún no tienen la capacidad de distinguir la voz de su propietario de cualquier otra que invoque el comando de activación, un hecho del que los intrusos ya se están beneficiando.
- Conexión Bluetooth: es el sistema estándar para conectar estos dispositivos porque gracias a su sencillez permite conectar múltiples aparatos del hogar en segundos, lo que también conlleva un sistema de seguridad muy básico.
¿Cómo evitar los riesgos de los asistentes inteligentes?
- Leer las instrucciones de uso o, al menos, informarse de qué es lo que puede llegar a hacer el aparato y cómo podemos controlarlo.
- Revisar las condiciones de privacidad, en la mayoría de dispositivos no es necesario aceptar todas las condiciones que vienen por defecto para utilizarlos. Ocurre lo mismo que con las aplicaciones de nuestros móviles; ceder nuestro email para el envío de una newsletter, o nuestra localización o datos personales como nuestra fecha de nacimiento, en muchos casos no es indispensables para el funcionamiento del aparato.
- Cambiar los datos por defecto: es el principal problema de los dispositivos conectados a internet, los fabricantes asignan por defecto contraseñas del tipo «admin», «0000» o «1,2,3» para facilitar su primera puesta en funcionamiento. Cambiar las contraseñas por defecto implica un poco más de atención, pero evitará que nos llevemos sustos como la noticia de arriba.
- Mantener actualizado el software y el firmware de los dispositivos.
- Apagar las cámaras y micrófonos. Tener estos aparatos no implica que tengan que estar activos las 24 horas del día. Apagar los micrófonos cuando recibamos visitas y apagar las cámaras de las habitaciones durante la noche o en momentos de estudio es una buena idea para minimizar los riesgos. La mayoría tienen botones físicos para desconectarlos, otros aún funcionan con comandos de voz al estilo: “Oye Siri, deja de escuchar”.
- Saber cómo borrar el historial de grabaciones almacenado. Prestar especial atención a esto si vamos a vender el dispositivo o va a cambiar de usuario.