Síntesis de la intervención de Andrés González Bellido, Coordinador del Programa TEI, Tutorías Entre Iguales, durante la Jornada del proyecto ENDING “Salud y Seguridad digital frente al abandono escolar”.

Programa TEI, Tutorías Entre Iguales, con Andrés González Bellido

Programa TEI, Tutorías Entre Iguales, con Andrés González Bellido

El programa TEI es un programa para mejorar la convivencia, prevenir la violencia y el acoso escolar, abordando también la salud mental. El programa se ha implementado en aproximadamente 1.800 centros educativos, y ha formado directamente a unos 80.000 profesores y profesoras. Cada año, aproximadamente 300.000 alumnos nuevos comienzan el programa, y han pasado por él cerca de 3 millones de alumnos. El programa se desarrolla en diferentes países europeos y sudamericanos, y hay 14 equipos de trabajo y coordinación en todas las comunidades autónomas en España. Hay un equipo de investigación y desarrollo compuesto por aproximadamente 100 personas, y hay cinco grupos de investigación universitaria.

Se basa en la tutorización emocional entre alumnos, con tutores que son dos años mayores. Trabaja fundamentalmente objetivos, capacidades y competencias. En concreto las cinco Cs, trabajar las Capacidades, las Competencias en la Convivencia con el Corazón desde la emoción y que esto nos lleve al Compromiso, al Compromiso como Comunidad educativa.

La intervención sobre prevención de violencia y acoso escolar, incluyendo ciberacoso, debe ser un proyecto integral que involucre a toda la comunidad educativa: alumnado, profesorado, familias y entorno. El proyecto trabaja en generar conductas saludables desde edad temprana para reducir la incidencia de violencia y acoso escolar, mayor en primaria que en secundaria. La educación emocional es una de las bases teóricas, trabajando con las emociones para generar la necesidad de aprender.

El programa de tutoría emocional se aplica en diferentes niveles educativos, desde primaria hasta secundaria. En este programa, los alumnos mayores se convierten en tutores emocionales para los alumnos más jóvenes, y se les responsabiliza de ayudar a resolver situaciones de violencia o acoso escolar, incluido el ciberacoso.

La idea detrás de este programa es que al tener un tutor dos años mayor que el alumno que ha generado la conducta disruptiva, se crea un equilibrio y se reduce la diferencia de poder y fuerza entre el agresor y la víctima. El tutor emocional se encarga de hablar con la persona que ha generado la conducta disruptiva y de enseñarle sobre los derechos de los demás y la importancia de tratar a todos de manera justa y respetuosa.

Es importante mencionar que para ser parte del equipo de investigación en este programa, es necesario haber estado en las aulas y conocer bien las situaciones que pueden surgir en los espacios educativos. En el 50 % de los casos, cuando el tutor emocional no es capaz de solucionar la situación, el problema se discute con el compañero de clase del agresor, quien también actúa como tutor emocional.

El TEI se enfoca en temas emocionales y de inclusión, y se basa en el diseño emocional del aprendizaje. Se utilizan vídeos realistas de uno a tres minutos para conectar emocionalmente con los estudiantes y promover la reflexión y el compromiso. Además, el programa también trabaja con las familias para prevenir la violencia y el acoso escolar y proporcionar información sobre cómo intervenir.

Desde una perspectiva social, los programas de prevención de violencia y acoso escolar han demostrado mejorar significativamente los niveles de comunicación y reducir el acoso escolar, tanto verbal como físico. También se ha observado un aumento en los niveles de salud mental y bienestar, incluyendo la autoestima y una reducción en la percepción de ansiedad y depresión.

Cualquier programa de prevención de violencia y acoso escolar debe cumplir con ciertos requisitos para ser efectivo. Primero, debe ser preventivo y trabajar antes de que se produzcan las conductas violentas. Segundo, debe ser institucional y envolver a toda la comunidad educativa. Tercero, debe ser curricular y trabajar en el desarrollo de capacidades y competencias. Cuarto, debe ser inclusivo e involucrar a todos los estudiantes.

Sin embargo, se ha observado que la mediación no es un sistema efectivo para trabajar la prevención de la violencia y el acoso escolar. La mediación entre agresor y víctima puede generar dependencia emocional y sumisión, lo que no es una estrategia adecuada para trabajar la violencia y el acoso escolar. No existe ningún programa conocido que utilice la mediación como un sistema para trabajar estos problemas.

A modo de conclusión, son significativas las palabras del ponente: “Los grandes protagonistas del programa son los tutores y las tutoras. Que si quieres que algo cambie, pregúntate qué puedo hacer yo, y comienza a caminar. Que el camino es la convivencia, que la clave es el ejemplo. Que el protagonista eres tú. Porque la violencia y el acoso escolar dejan cicatrices. Actúa. Hemos de dejar de predicar. Para pasar a actuar. Tú eres el protagonista. Tú como padre o tú como madre”.



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