Anna Ramis es maestra y pedagoga, protagonizó el episodio «Pantallas e infancia temprana, asunto delicado». Forma parte de las 25 mujeres expertas destacadas en sus diferentes ámbitos de especialización.
El podcast de PantallasAmigas es un programa sobre educación, ciudadanía y bienestar digital conducido por Begoña Beristain.
Transcripción del episodio
Educación, ciudadanía y bienestar digital, un podcast de PantallasAmigas, presentado por Begoña Beristaín.
Begoña: Hola, ¿qué tal? Bienvenidos, bienvenidas a este nuevo capítulo del podcast de PantallasAmigas, educación, ciudadanía y bienestar digital. Un podcast con el que tratamos precisamente de eso, de alcanzar el bienestar digital ahora que estamos todos y todas abocados a utilizar las pantallas, Internet, las redes. Casi, casi como un vínculo de comunicación con el mundo. Hoy nos vamos a centrar en una franja muy concreta de edad. A veces pensamos de 0 a 6 años utilizar pantallas solo de manera testimonial. Bueno, pues desgraciadamente no se utilizan solo de manera testimonial las pantallas en esta franja de edad. Y esto lo sabe muy bien nuestra invitada de hoy. Ella es Anna Ramis, es madre, es maestra, pedagoga, ha trabajado en la escuela y en la Universidad, pero sobre todo ha estado siempre al lado de madres y padres, asesorandolos en cuestiones educativas e impulsando diversos programas de acción compartida entre familias y docentes. Hoy vamos a hablar con Anna Ramis y además vamos a centrarnos, vamos a llegar hasta los 6 años de edad, pero vamos a centrarnos también de 0 a 3, nada de pantallas, porque ese es precisamente el título de uno de sus trabajos, de uno de sus libros. Anna Ramis, ¿qué tal? Bienvenida
Anna: ¿Qué tal? Encantada de estar con vosotros.
Begoña: Bueno, decía yo que las pantallas en esta franja de edad suelen ser de uso o creemos que es de uso testimonial, pero no hay más que mirar alrededor para ver que esto de testimonial ya está quedando lejos.
Anna: Muy lejos, quedaba lejos antes de la pandemia y ahora queda lejísimos. Hay efecto de pandemia y pantallas con los bebés.
Begoña: O sea, que ha tenido un efecto la pandemia. Oye, Anna, ¿por qué tú decidiste que esta franja de edad había que explicarla un poco más? Había que acercarse a los padres y las madres para decirles, cuidado y ponías el interrogante en eso de nada de pantallas. Bueno, pues explícanos, ¿por qué decidiste centrarte en esta franja de edad?
Anna: Mira, mi trabajo me ha llevado a tener la super ventaja, interpreto yo, de tener un pie puesto entre los docentes o los trabajadores sociales o entre los profesionales que se dedican a atender a niños y niñas pequeños y a tener otro pie puesto en entornos familiares, haciendo grupos, asesoramientos y formaciones en asociaciones de padres y movimientos de papás y mamás. Entonces, para mí esto es una ventaja porque veo lo que le está pasando a los niños desde los dos ámbitos y en esta experiencia de ir paseando de por grupos de docentes y grupos de papás y mamás, cada vez aparecía con más fuerza la presencia de pantallas. Nada cuestionada, sino asimilando con toda la naturalidad en la vida de los niños y de los bebés, es decir, cuando hacíamos grupos de madres, sobre todo en escuelas infantiles, guarderías de críos pequeñísimos, pues aparecían las pantallas con una naturalidad y se manejaban las mamás. Pues como que son tan facilitadoras y todo. Qué bien, qué estupendo. Esto a mí me alarmaba un poco.
Begoña: Y además, perdóname, Anna, eso que estás diciendo de cómo veías a las mamás que me dejaban tranquilamente las pantallas a sus hijos. Y es que yo me atrevería a decir que lo hacen con orgullo de mira, qué listo es mi niño, mi niña, cómo maneja la pantalla siendo tan pequeño. Hay ahí un punto de orgullo también, ¿verdad?
Anna: Este es un punto dormido porque se basa en una creencia, un tópico social que hemos asimilado automáticamente sin cuestionarlo, como tampoco se cuestiona el poner pantallas para los niños. Y esa creencia es, que nuestros hijos ahora son nativos digitales. Como si ya nacieran con un cerebro distinto, configurado de una forma especial para que las pantallas le sean, nada pan comido. Es que ya nacen con predisposición para ellas. Y claro, qué vamos a hacer si su cerebro es tan espabilado. Pues no vamos a frenar. Entonces este tópico que nos hemos tragado sin cuestionarlo de ninguna manera, está atrapando a mamás y papás que ponen pantallas sin cuestionarlas, esto fue una cosa que me llamó la atención.
Begoña: Sí, y, además, fíjate, sí dices eso de que creemos que como los bebés son nativos digitales, hay que dejarles con las pantallas y además creemos que cuanto antes empiecen más ventaja tendrán en el futuro.
Anna: Como vemos y sabemos y nos hacen intuir que en la mayoría de profesiones del futuro las pantallas van a estar sí o sí. Pues cuanto antes empiecen mejor, este es otro tópico educativo, cuanto antes empiecen mejor que ha impulsado a hacer auténticos disparates como si la infancia tuviera que acortarse para ganarle tiempo a no sé qué, como si la vida acortando la infancia, pues ganará más autenticidad. Cuando todos los psicólogos de hace bueno del 19, del 20, del siglo 21 nos están informando que la infancia es una etapa importantísima, porque si alguna cosa pasa es que grabamos, vamos a utilizar terminología tecnológica, grabamos el disco duro de quién vamos a ser durante toda nuestra vida y sobre todo en los 3 primeros años.
Begoña: Sí, ahora vamos a ir a ese cerebro de los bebés y de niños tan pequeñitos como los que van de 0 a 6 años. Pero fíjate, creo que también los medios de comunicación y en este caso, concretamente la televisión, también está teniendo una importante influencia en todo esto, es habitual ver programas de televisión de estos que se dedican al zapping y a poner vídeos graciosos, parece que hace mucha gracia ver a los niños. Hace muy poquito pude ver unas imágenes de un niño que estaba jugando con la tablet de uno de sus padres. Y cada vez que entraba una llamada directamente la rechazaba y aquello era un motivo como de alegría. Fíjate, él, como quiere seguir jugando, rechaza las llamadas y lo sabe hacer casi de manera natural. Y ese vídeo se pasaba por la televisión y los y las tertulianas lo celebraban con mucha alegría lo listo que era ese niño, ¿no? No deberíamos mostrar esas imágenes con tanta algarabía porque estamos haciendo esto que tú estás haciendo.
Anna: Claro. Esta reflexión que decíamos, el tragar este tópico sin cuestionarlo, nos llega a alegrarnos y además se suma a que mientras el crío tiene una pantalla delante, oye, está que ni se le oye respirar y nos deja hacer y trabajar en casa, ahora que tenemos el teletrabajo metido o estar en casa haciendo otras cosas. Oye ventaja sobre ventaja, tengo un niño inteligentísimo que tiene 1 año y ya me rechaza las llamadas que entran, fíjate tú, este va para ingeniero y además es monísimo, un encanto porque le pones la tablet y oye desaparece el crío. Dos ventajas, ya tenemos a los papás contentos, requeté contentos. Los abuelitos pues alucinados porque esto a vuestra edad no lo hacíais, pero los niños de ahora ya nacen con algo especial, pues vamos tragándonos el topicazo y ahí tienes al niño de menos de 3 años que debería estar moviéndose, tocando, experimentando, mirando, dando la lata, interaccionando verbalmente, interaccionando visualmente, descubriendo el mundo, descubriendo quién es él y qué relaciones son las que le dan un entorno seguro, que le aparcamos, le abducimos y le dejamos en una esfera virtual que le atrae mucho porque sabemos que las pantallas son dopamínicas, son pura droga y más para el cerebro de un crío tan pequeño, pues lo tenemos aparcado y nos parece magnífico. Pero si analizamos desde el punto de vista de los niños o un poco desde la neuroeducación, estamos haciendo la peor jugada que podríamos hacer.
Begoña: Claro. Sí, el cerebro de un niño, de una niña, en esos primeros años de su vida necesita, dicen los expertos, crear entornos enriquecidos para el desarrollo de su propio cerebro. Y esos entornos se generan con eso que estabas diciendo Anna, activando las relaciones sociales, interactuando con otras personas, pero en ningún caso yéndose a un mundo virtual y lejano. Estamos incluso haciendo daño al desarrollo de su propio cerebro.
Anna: Sí, sí, eso es una cuestión de salud. Así como el tema de la alimentación, ha entrado con fuerza y por ejemplo, el tema de la lactancia materna ha tomado, pues, todo el espacio que debía tomar. Cómo debemos introducir los primeros alimentos para los niños. Los regímenes de alimentos sólidos, de qué tipo de alimentos vamos a introducir primero. Yo creo que ha sido una cultura que se está expandiendo, que la mayoría de mamás y papás bueno, van a leer, van a informarse, buscar en Instagram, en youtubers, en el pediatra, quien sea que te informe al fondo, el tema de pantallas vamos detrás. Vamos bastante detrás. Entonces aquí están nuestros libros y la capacidad de PantallasAmigas, para llegar a más y más gente e informarle de que el género del niño no necesita pantallas, no solo por lo que las pantallas hacen en sí mismo, que es atraparle en un bucle dopamínico, si no, por el tiempo que las pantallas quitan de hacer lo que es vital, que es moverse, descubrir y se tiene que aprender todo. Cuando llegamos a la vida no sabemos ni que existe la gravedad. Entonces tenemos que descubrir que nuestro cuerpo en reposo aplasta una parte, porque es verdad que estamos reposando y esto no es baladí. Tenemos que aprender a hablar y a caminar. Fíjate, un año pasamos de hacer un pedacito de carné que inspira, pues ternura, que es nuestra arma cuando llegamos al mundo, así creo que interacciona. Habla, escucha y entiende y se mueve y se desplaza donde él quiere. En un año, las mamás y los papás saben que tienen que cambiar como tienen la disposición en casa. ¿Por qué? Porque este crío que aún no nos lo puede tocar todo. Entonces, esto es un aprendizaje riquísimo que se tiene que hacer en un contexto emocional y relacional seguro. ¿Y cómo se proporciona este contexto? Con la interacción y con la mirada. ¿Qué deben liderar los papás y las mamás? Tiempo y la mirada. Si nuestro hijo llega al mundo y tiene que competir con una pantalla o dos o tres, que tengas el móvil pegado, casi lo vamos a tener como pegado al cuerpo, pero tenemos la tablet. Luego tenemos la tele de fondo, luego tenemos el ordenador abierto porque donde trabajamos nuestro hijo tiene que competir con cuatro pantallas. Para llamar la atención, ¿qué va a hacer? Todo lo que pueda y todos sus recursos cariñosos y tiernos, pero todos sus recursos terribles que saben hacer los bebés para llamar la atención para competir con cuatro pantallas que los tienen atrapados.
Begoña: Fíjate que me parece todo esto muy interesante yendo a eso que decías. De que los bebés, ahora nativos digitales, es un tópico y una falacia. No son nativos digitales, les digitalizamos al nacer. Por eso que decías ahora que tienen que aprender incluso lo que es la gravedad, tienen que aprender absolutamente todo. Si no ponemos la pantalla delante, no van a aprender que la pantalla les genera todo esto. O sea, que fíjate qué forma tan sencilla has tenido de derribar ese tópico de que no son nativos digitales, que es un término erróneo, sino que les hacemos digitales. Y no es cuestión de ser alarmista, pero hay datos que desde luego nos ponen los pelos de punta. Dices consumir pantalla durante 2:30 horas al día antes de los 3 años tiene consecuencias graves y hay que ponerles nombre a esas consecuencias, Anna.
Anna: Sí, sí, de hecho, dos y media es la media de horas de consumo, que ha analizado, lo que encontraron como mediana, un estudio del 2019, hecho en Canadá con población durante 5 años. Es decir, vieron a los papás y las mamás con sus bebés desde que nacían hasta los 5 años y durante este periodo entrevistaron a las mamás y a los papás sobre el consumo habitual de pantallas, las mismas pediatras que publicaron el informe en el 2019. Seguro que hoy en día este informe ya sería distinto, señalaron como el contexto de observación cambiaba, es decir, en el año uno del consumo de pantallas que los mismos bebés que lo hacían en el año 5 ya tenían un consumo más exagerado. Entonces dos y media es la mediana. Eso quiere decir que hay niños que antes de los 3 años consumen más y menos que consumen casi cero, 2 horas y media al día de un bebé que se pasa 12 horas durmiendo, es una parte muy significativa de su vida. Seguramente no son seguidas, pero es que estas pantallas aparecen en momentos cotidianos que son sumamente erróneos, por ejemplo, las comidas, ahí fue donde saltó mi alarma. Los papás y las mamás de los niños y niñas de tres años decían, es que mi hijo se lo pone todo. De hecho, no sabe ni lo qué come, pongo la tablet y ahí está tragando, abre la boca solo por contacto, la cucharita está para dentro, estos niños no aprenden a comer.
Begoña: Claro, fíjate, lo has dicho muy claro, no saben ni lo que comen
Anna: Nada, no saben. Entonces yo les preguntaba, qué fruta les gusta más a vuestros hijos. Porque hay niños de entrada pues se resisten más a la mandarina o a las fresas. Se lo come todo, y yo pensaba, pero cómo puede ser. Porque la identidad de uno mismo se crea a partir de cosas como yo soy ese al que no le gusta la mandarina, pero le gustan las fresas y le gusta el melón. Pero me da cosita, cuando encuentro las pepitas de la sandía. Y uno se identifica con sí mismo y va creando su identidad con estas pequeñas cosas. Yo soy el que come solo pedacitos de fruta. Yo soy el que habla con mamá y pide más. Pero si yo no sé ni lo que como, como mucho o poco, o negociar, que los niños son muy pequeños, negociar con sus mamás y papás, cuando no me gusta mucho, esto le quita el viaje, le quita relación y le quita construcción de su yo, de su identidad. Que se construye hablando, jugando… Cuidado cuando subas ahí, ahí sí puedes subirte, ahí no puedes subirte, si te subes con cuidado. Yo soy el que se sabe subir y sé que mi mamá me mira porque me ha dicho ahí con cuidado, la mirada de una mamá me salva, cuando yo estoy jugando, la mirada de mi mamá está en otra parte.
Begoña: Sí, sí. Claro, fíjate, también estamos muy empeñados en que nuestros hijos y nuestras hijas aprendan a tolerar la frustración. Bueno, pues con las pantallas también les estamos evitando y alejando de aprender a tolerar la frustración. Porque la pantalla nunca te frustra, porque si algo sale mal, tú la apagas y vuelves a empezar. Siempre tienes el control y claro, entonces no aprendes a controlar tus emociones.
Anna: Las pantallas ofrecen este doble riesgo, hay más. Que consumes lo que quieres, y si el juego no te va bien, pues saltas pantalla o se acaba un vídeo, lo que haces es deslizar el dedo y poner otro. De hecho, las tablets tienen un funcionamiento tan absolutamente sencillo que admiramos. Mira el niño, lo mismo sabe descartar una llamada. Las tablets las usan, las entrenan, con chimpancés, entonces no es que el niño sea muy listo, es que el funcionamiento es sencillo, cuando ve una imagen que no le gusta va a deslizar y buscar una que le gusta, que son sus plátanos o lo que sea. Y se ríe con lo que ve en la pantalla. Pues no es que estos niños sean inteligentes. El que es muy inteligente es el fabricante de Tablets que coloca tablets, incluso en la población infantil. Y este es el súper inteligente o los que producen contenidos supuestamente para bebés, que te colocan a las familias. Mira, ponme un vídeo, ponme este canal, que es para bebés, no, oigan los canales para bebés deben estar prohibido por la OMS, porque eso no es lo que necesitan ustedes, porque lo que necesitan es acompañamiento en sus aprendizajes y en sus descubrimientos, no para las comidas, no para tranquilizarse, no para dormir. Entonces si quitamos pantallas en estos 3 momentos cotidianos, rebajamos el índice de horas.
Begoña: ¿Qué pasa Anna cuando les alejamos de las pantallas? Claro, vemos que pueden empezar a tener muchos beneficios en su desarrollo. Pero a nosotros se nos cae la guardería electrónica, es un poco el problema que tenemos, ¿no?
Anna: Claro, entonces lo primero sería a papás y mamás, que todavía están a tiempo, que tienen los bebés muy pequeños, no introducirlos. Es decir, si puedes, como vas a tener que reordenar el comedor o la sala de tu casa para que sea una sala de juegos, quita el televisor. Si tú quieres ver series, las veras en el ordenador en la cama, si es que te queda tiempo y no estás muy dormido, que cuando tienes un bebé se acaba la época de las series porque empiezas otra serie más chula. Entonces si puedes quitar pantallas, tú como adulto, del contexto donde va a vivir tu hijo, deja el móvil en el recibidor, apaga el sonido, que no te de avisos, que no te entren sonidos y deja a la vista el móvil, pues si te hace falta, lo necesitas cada X tiempo. Que este móvil que tienes en la mano es atractivo, que tú no lo dejas, lo coges para mirar la hora que es, pero ya estás sonriendo porque te ha entrado un Whatsapp de no sé quién. Entonces, si tú tuvieras una cebolla en la mano, tu hijo querría cebolla, pero como tienes un móvil, lo quiere. Primera recomendación, eliminar, aparcar, dejar fuera del horario en que nuestro hijo está despierto nuestras pantallas, entonces, no las ven, no las desean, no las introducimos. Consejo, dos, si no introducimos esto que distrae, acompaña, vamos a tener que introducir otros recursos que distraigan y acompañen. Esto quiere decir, pues, montar el salón de casa o una habitación o una parte de la casa donde no sea arriesgado que nuestro hijo se mueva, experimente, interaccione. Y aquí voy a tener que movilizar mis recursos.
Begoña: Sí, oye, Anna, de cero a tres años, ¿nada de pantallas?
Anna: Este es el interrogante. Yo lo pongo como un interrogante, porque cada familia debe responderse, entonces para mí el uso de pantallas, las usamos para trabajar, o los mismos niños o hermanos mayores para conectarse con el cole. Y aquí sí que debemos decir, oye, mamá, ahora está delante del ordenador porque está trabajando, te he dejado para ti un juguete, esto es serio, esto es trabajar o esto es conectarse con el cole. No va a estar por aquí pasando no sé quién. Uno porque los bebés ven que es serio. Dos, para comunicarnos con los abuelos, que a lo mejor no nos podemos ver, les mandamos un vídeo, nos felicitamos. Esto puede incluir a mi bebé. Me dicen los padres es que no aguantan nada sentados delante de la pantalla, ahí lo tienes, cuando lo que pasa delante la pantalla es que está la abuelita y que solo hace así pues cómo que no es muy atractivo. Luego tú quieres que socialice, o mamá, me voy de viaje 2 días y le doy los buenos días los 2 días a mi hijo a través de una pantalla. Ya está aquí este uso sí que es recomendable. Tercer uso, distraernos. Entonces, parte de nuestra cultura es digital. Si tu hijo ve que tú te distraes porque te pones, yo te sé, tus clases de yoga en el televisor y haces tu yoga allí delante. Pues porque no le pones también un baile o algo bonito que podamos hacer juntos, pero algo bonito. Por eso decía que introducir la cultura digital es cómo introducir alimentos. Los primeros, los de altísima calidad. Que a nadie se le ocurra poner el Baby Shark como primera cancioncita para bebés, porque esto es basura para el cerebro. No es música, es una fabricación tontísima. Hay algunos dibujos de calidad de duraciones pequeñísimas de 3 minutos, 5 minutos. Que papás y mamás, que no tengo ahora bebés pues no estoy tan al día, pero me van informando que sí que tienen calidad, que yo puedo poner los dibujitos pues antes de que haya acabado el baño, si quiero, sí creo que es preciso, si es parte de lo que no queremos ocultar de nuestro hijo, que es que parte nuestro ocio digital está en las pantallas digital. Pues yo a estos usos no les hago mala cara.
Begoña: Y a partir de los 3 años, en la franja de 3 a 6 años, ahí se van introduciendo más las pantallas. Padres y madres sienten que, si sus hijos a esa edad no tienen un cierto dominio o un cierto manejo de las pantallas, se van a quedar atrás un poco para que no tengan ese sentimiento. ¿Qué hacemos de 3 a 6 años?
Anna: Mira el sentimiento de qué se van a quedar atrás es otra falacia. Es decir, el uso de pantallas es tan fácil que incluso si un niño hasta los 7 años no hubiera manejado absolutamente ninguna, sabría manejarlo en un día, no tenía ningún problema porque las utilizan en el cole, pues yo ahora que estoy en información y mi trabajo profesional está más dirigido a los coles, estamos haciendo una reflexión muy seria con los coles de hoy, ¿qué hacemos cuando introducimos pantallas? Porque hacemos usuarios, pasivos, consumidores de pantallas tontísimos, preside con el de, oye si lo puede hacer con un lápiz, pues ahora estamos descubriendo que la escritura manual tiene muchísimas más ventajas para el cerebro que la escritura sobre pantalla.
Begoña: Y fíjate que la estamos perdiendo Anna.
Anna: Sí, sí. tenemos que recuperarla.
Begoña: E incluso los adultos decimos, soy incapaz de escribir a mano, porque estamos siempre con lo digital.
Anna: Dicen los de neuroeducación, que lo que se escribe a mano se queda más en nuestro cerebro, o sea estos apuntes que tomábamos de toda la vida, que no podíamos poner el móvil a grabar, bueno, pues ahora estos apuntes se ven que eran más fijados. Entonces, a partir de los 3 años, ¿podemos poner pantallas? Sí, yo diría, de alta calidad, algunos dibujitos, algunos juegos con tiempo controlado y explicándole al crío que vamos a poner un dibujo, unos juegos, de 10 minutos a 12 minutos, poner un avisador de esos antiguos de cocina, no un móvil que también avisa, no, lo dejaremos en el recibidor. Ponemos un avisador y le decimos al mismo niño que lo apague, toma el mando de la tele y como se ha acabado el tiempo tú mismo lo apagas. Se acabó, pues tú mismo lo apagas, muy bien y tienes una alternativa preparada para cuando se acabe la pantalla, para que no sea, acabamos con la tele, me dejas un ratito el móvil. No. Por lo que ahora dicen los neuropsicólogos, es más importante que pensemos en cuántas horas hacen cosas que no están delante de pantallas qué cómo vamos a reducir las horas de pantallas que ya han expuesto delante. Entonces vamos a tener que hacer crecer todo lo que pueden hacer sin pantallas. Y ser acompañados, antes de los 6 años dejar a un crío con el teléfono conectado a Internet solo a un niño jamás, porque detrás del vídeo aparece otro.
Begoña: Sí, sí. Eso es y no sabemos lo que va a aparecer en el siguiente vídeo. Hay un capítulo que me parece muy importante, una de tus consideraciones previas. Y es que hay que reconsiderar los derechos de los niños y las niñas en la sociedad digital. Jamás pensamos en esos derechos.
Anna: Claro, es que los derechos de los niños fueron redactados hace 60 años. Internet no existía, entonces cuando los derechos de los niños recogen que tenemos que proteger a la infancia de explotación. Se pensaba de explotación laboral, pero es que ahora estamos explotando la infancia como consumidores de productos digitales que les interesa a los productores y distribuidores, pero no interesa hacer ya únicamente un nivel de salud, pero vamos a tener que reformular, a nivel de pequeña infancia, los derechos de los niños. Decíamos que teníamos que protegerles de drogas, bueno, pues si sabemos que las pantallas son dopamínicas y que son como una droga para el cerebro, alguien va a tener que tomar cartas. Y aquí yo movilizo a las mamás y a los papás para que salgamos a la calle o donde haga falta, porque quién más puede tener interés en velar por los derechos de sus hijos.
Begoña: Les intentamos proteger muchísimo de las drogas con sustancia, pero nos olvidamos de aquellas drogas sin sustancia que tienen todos estos efectos tan perjudiciales que nos estás contando. 3 A’s importantísimas, que son la base del desarrollo y de la relación con nuestros hijos e hijas. Amor, Autoridad y Autonomía.
Anna: La base es el amor, es decir, los hijos lo primero que necesitan es sentirse queridos y de 1000 maneras respetados. Aquí está, por ejemplo, el tema de respetar su intimidad, no vamos a colgar fotos del niño en cualquier postura, de cualquier manera, no solo les estamos protegiendo de posibles pedófilos, sino porque el derecho a la intimidad lo tiene desde el nacimiento o desde antes, porque ahora ya compartimos fotos de la ecografía. Entonces, el amor es la base que los críos necesitan. Luego está la autoridad, los críos necesitan una guía con límites, como un edificio necesita el andamio en la construcción, que acompaña el edificio que se construye mientras está provisional, los límites son los proceden ayudando constructivo y el andamio no tiene ningún sentido que se quede cuando la construcción está terminada. Entonces, ¿qué somos los papás poniendo límites? el andamio que acompaña esta construcción todavía efímera del yo. Y vamos quitando piezas y a veces vemos que la quitamos demasiado pronto y de pronto tenemos que volver a poner este límite. Autoridad sobre la base del amor. ¿Y qué se construye dentro? La autonomía y la identidad de cada uno de los críos. Porque si no damos la posibilidad de que esta construcción se autoconstruya, oye, es que va a quedar un poco torcida, pero el momento de autoconstruirse que necesita autonomía es la que da seguridad en sí mismo. La primera seguridad está en los vínculos afectivos, con los papás, pero la seguridad que te manda firme por la vida es esta construcción interior que te permite la autonomía.
Begoña: Claro que sí, Anna, ¿cómo conseguimos que todo este mensaje llegue a los padres, a las madres? Nosotros lo intentamos desde esta escuela de educación, ciudadanía y bienestar digital y desde PantallasAmigas. Es necesario que se extienda este mensaje, porque si no tenemos un verdadero problema en años venideros, porque estamos generando niños, pues como tú decías, sin seguridad, con un desarrollo cognitivo que no es el adecuado, sin saber tolerar la frustración. Y todo esto lo van a pagar dentro de unos años y lo pagaremos como sociedad.
Anna: Esto sí, yo creo que la forma de hacer llegar la idea es que las mamás y los papás que han conseguido los logros por pequeñitos que sean, lo viralicen, vamos a jugar a las redes a favor nuestro, yo que utilizo el hashtag este de mi reto, #suvida, porque, qué reto más importante tenemos las mamás y los papás que lanzar a la vida, un ser que sea seguro de sí mismo y empoderado. Entonces cada vez que Hemos logrado viajar en coche y hemos ido 1 hora y no hemos puesto ninguna pantalla, oye viralizalo. Y contemos a los demás y busquemos respaldo en los demás, es decir, si cuando tú pretendes dejar de fumar, por ejemplo, y lo intentas tú sola y no te proporcionas ningún otro recurso, ni buscas soportes entre los amigos, compañeros de trabajo, familia. Tienes unas posibilidades de éxito más pequeñas que si tu pareja, tus amigos, oye, vamos a dejarlo porque va a venir Begoña, no fumemos delante ella si lo está dejando, entonces si nos buscamos soporte las mamás y los papás de la clase de nuestro hijo vamos a proponerle quitarle la pantalla de la columna o de la hora de activa todos juntos. Va desde las vacaciones de verano, aquí se acaba la pantalla. Estos retos compartidos tienen más potencia y cuando los vamos logrando, vamos a compartirlos en las redes y luego tenemos que ganarnos a favor a toda la casta pediátrica.
Begoña: Pues qué buenos consejos nos has dado. Me parece muy bueno eso que dices también de ganarnos la casta pediátrica, porque desde esas consultas a las que van los niños y las niñas a hacer sus revisiones periódicas, también se puede hacer una labor fundamental. Yo creo que también tendrán que recoger ese testigo.
Anna: Contamos con ellos.
Begoña: Anna Ramis ha sido muy interesante charlar contigo, muchísimas gracias por estar en este podcast de PantallasAmigas y quien quiera ir más al detalle tiene “De 0 a 3, nada de pantallas”, la publicación de Anna Ramis donde encuentra, pues muchísimos consejos y muchísimas consideraciones para saber cómo comportarnos con las pantallas y cómo de cero a 3 años evitarlas, salvo esos apuntes que nos ha dado Anna y después ir introduciéndolas con cabeza, porque al final vamos a generar en nuestros hijos y en nuestras hijas una seguridad, que es lo que merecen y que además, es su derecho. Recuerdo que Anna es madre, es maestra, es pedagoga, ha trabajado en la escuela y en la Universidad y sobre todo está al lado de madres y padres, asesorándolos en cuestiones educativas e impulsando diversos programas de acción compartida entre familias y docentes. Te seguimos con ese reto, con ese hashtag, de #MiRetoSuVida, porque desde luego es el reto más importante que tenemos. Anna Ramis, muchísimas gracias.
Anna: Muchas gracias a vosotros, hasta luego.
Begoña: Hasta cuando quieras, un abrazo.
Educación, ciudadanía y bienestar digital, un podcast de PantallasAmigas, presentado por Begoña Beristain.