Los criminales cibernéticos están desarrollando continuamente nuevas estafas en línea para aprovecharse del público desprevenido. Lo último ha sido crear malwares para robar contraseñas, contactos y material privado. Una vez consiguen toda la información, comienza la sextorsión.
El sexting una práctica cada vez más habitual que consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles. Con las redes sociales surge un riesgo: la difusión masiva e incontrolada de dichos contenidos.
En el caso del sexting, se trata de contenidos muy íntimos, generados por los propios remitentes, mediante la grabación de sonidos, fotos o vídeos propios en actitudes sexuales, desnudos o semidesnudos, normalmente con destino a una pareja sexual o amorosa, aunque también en no pocas ocasiones a otros amigos, como un simple juego. Esto expone al creador o creadora de dichos contenidos a graves riesgos. Hace unas semanas ya mostramos en este blog un ejemplo de qué puede pasar.
La producción de imágenes sexting puede derivar en sextorsión, un término acuñado para designar un delito cada vez más común consistente en la realización de un chantaje bajo la amenaza de publicar o enviar imágenes en las que la víctima muestra en actitud erótica, pornográfica o manteniendo relaciones sexuales. En definitiva, sin matizar entre chantaje o extorsión, son imágenes sexting que el delincuente amenaza con hacer llegar a inoportunas manos, poner en circulación a través de terminales móviles o subir a la Red.
Como ya avanzamos hace unas semanas, los casos de sextorsión están incrementando alarmantemente y una de las razones es la cada vez mayor capacidad que tienen los delincuentes para hacerse con el material privado de sus víctimas. Una de las más destacadas es sin duda la de utilizar un malware que penetra en el sistema y roba todas las imágenes que después servirán para llevar a cabo la sextorsión. Un informe de la consultora Trend Micro alerta de cómo se han desarrollado malware (gusanos, troyanos y spyware) para robar contraseñas, listas de contactos y material privado. Información que después los extorsionadores utilizarán para llevar a cabo el chantaje.
Se trata de una práctica en la que Internet tiene un papel fundamental. Por desgracia, la Red juega ahora en contra de la víctima. Por un lado, facilita el anonimato del delincuente quien además puede buscar víctimas en cualquier lugar del mundo. Por otro, magnifica los efectos de su amenaza. Con independencia de que el extorsionador pueda ser detenido antes o después de conseguir su objetivo, la víctima se enfrenta a un duro reto: asumir que con un clic de ratón el chantajista podría hacer un daño irreparable a su vida. Y es que las imágenes, por su naturaleza digital, son sencillas de guardar, replicar y distribuir. Son, fuera del control propio, indestructibles y, en el entorno de Internet, ilocalizables.
Los virus son un tipo de software malicioso o malware cuya labor consiste en infectar a otros ficheros y programas modificándolos para incluir réplicas de sí mismo en el elemento infectado. El malware puede poner en peligro a los usuarios del ordenador o smartphone, como este ejemplo, robando imágenes íntimas. ¿Sabes lo que tienes que hacer para proteger tus dispositivos? Os dejamos un ejemplo.