Los resultados fueron presentados en la conferencia Australasian Sexual Health celebrada en Canberra e incluían la importancia del desarrollo de respuestas para prevenir y lidiar con el problema. Aunque el fenómeno del sexting se ha convertido en tema de muchos reportajes, los estudios al respecto están aún en sus comienzos y en este debate se está echando en falta la voz de los propios jóvenes, según Shelley Walker, de la Universidad de Melbourne.
El estudio fue de tipo cualitativo, mediante entrevistas con 33 jóvenes de entre 15 y 20 años, y reveló que los jóvenes acusan a la cultura mediática altamente sexualizada de bombardearlos con imágenes sexuales, creando presión para participar en el sexting. También achacan a la presión que sus iguales ejercen para tener fotos de chicas en sus teléfonos y ordenadores: quien se niega es tachado de gay y apartado del grupo.
Por su parte tanto chicas como chicos mencionaron la presión que ellas sufren por parte de sus novios, ligues o extraños para intercambiar imágenes sexuales. Ellas indicaron que simplemente ver imágenes de otras chicas que practican sexting, las empuja sutilmente a implicarse en ello. Algo sorprendente que mostró la encuesta es que tanto ellos como ellas reconocieron haber reenviado imágenes de personas (conocido o no) desnudas sin siquiera haber mirado primero la fotografía.
En 2010 el 90% de los adolescentes australianos de entre 15 y 17 años tenía teléfono móvil. Según Walker este complejo fenómeno en constante mutación que es el sexting requiere un diálogo permanente para enfrentar y evitar las consecuencias negativas del mismo entre los jóvenes.
Fuente: Evoluciência