«Hemos detectado muchísima violencia en las relaciones de amistad y de pareja, ya que [los jóvenes] consideran normales que en ellas se produzcan insultos, empujones y alguna cachetada. Están normalizando la violencia sin darse cuenta«, coinciden la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), Rosa Caro, y la presidenta de la asociación Encuentros de Familia, Carmen Guijarro, durante la inauguración de las II Jornadas sobre ‘El lugar que ocupan los jóvenes en la sociedad’, que en esta ocasión se centra en la prevención de los malos tratos entre parejas jóvenes.
En los últimos cuatro años y sólo en la capital gaditana, la asociación Encuentros de Familia ha detectado numerosos casos de maltrato psicológico a personas con edades comprendidas entre los 14 y los 24 años. El porcentaje de dichos casos, según Guijarro, alcanza un alarmante 80%.
En este punto, la profesional indicó que los niños y adolescentes no hacen más que imitar lo que observan a su alrededor y lo que ven en la televisión, «y desgraciadamente tenemos series que están haciendo una apología tremenda de los malos tratos».
En la juventud, el maltrato comienza por los insultos, la agresividad verbal y empujones a los que sus autores acompañan de la palabra ‘broma’. A ello, la presidenta de Encuentros de Familia añadió que el teléfono móvil crea en muchas ocasiones situaciones de posesión entre parejas jóvenes: «Hay chicos y chicas que empiezan controlando el móvil o el messenger de su pareja y terminan controlando a la persona: «No me gusta esa ropa»; «No vistas así»; «No hables o no salgas con esa persona…» Y a ello le sigue la fase de aislamiento: «Yo sólo quiero estar contigo»; «Si no estoy contigo, no soy nada…» Así empiezan muchos casos de maltrato psicológico, y las afectadas o afectados (que son una minoría) no se dan cuenta de ello. Consideran normal que su pareja controle las llamadas de su móvil o la ropa que se ponen. Justifican esas acciones con los celos y las disfrazan como si fueran muestras de amor».
Por todo ello, Guijarro recalcó la importancia de educar en igualdad a los menores desde muy pequeños, «pues a la guardería acuden ya con su forma de relacionarse, que es la que han adquirido de su familia». Y para los adolescentes, «más que lanzarles mensajes sobre la igualdad de género, lo que debemos hacer es formarles, educarles. A nuestros jóvenes les falta formación como personas», dijo convencida.
Fuente: argijokin.blogcindario.com