(Artículo publicado en PCactual.com.)
INTERNETamiga fue nuestros proyecto impulsado con motivo del Día de Internet, y desarrollado por 25 organizaciones en diez países de habla hispana, para permitir a los propios adolescentes manifestar hacer oír su voz y decir qué derechos consideran imprescindibles para ellos en la Red.
En el año en que se celebraba el vigésimo aniversario de la Convención de los Derechos del Niño (CDN) y en el marco del Día de Internet, donde las Naciones Unidas por medio de su Secretario General destacó la necesidad de «proteger a la infancia en el ciberespacio», se ha creado un decálogo de e-derechos de la infancia, con la participación necesaria de sus protagonistas.
Había un único antecedente cuando en 2004 Unicef reunió los «e-derechos de los niños y las niñas», pero desde un punto de visto más simbólico que operativo, puesto que Internet era diferente, escasa e incipiente para este colectivo. Pero en esta segunda ocasión han sido cuestiones concretas, aunque abiertas, las que se han sometido a la valoración de los propios protagonistas, los menores.
Y es que nunca antes habían tenido tan intenso conocimiento del contexto y los asuntos que les atañen, por encima incluso del que atesoran las personas adultas encargadas de protegerles. Así, para facilitar el proceso, les fueron presentados quince derechos que podían ser requeridos en Internet.
De ellos, cada menor tuvo que seleccionar diez aunque también contaban con la posibilidad de formular nuevas necesidades, nuevos derechos que consideraran prioritarios y que pudieran ocupar un lugar en el decálogo si superaban el consenso necesario.
Todo este proceso se llevó a cabo dinamizado por docentes que contaban con los recursos didácticos y la metodología para provocar la reflexión previa en torno a estos temas facilitada desde INTERNETamiga en su intervención «¡Opina!». Haciendo un cómputo de las diferentes votaciones, éste fue el resultado final que a continuación os facilito:
- Derecho a ser tratado/a con respeto siempre en Internet, sin discriminación y sin distinción de etnia, sexo, ideología o cualquier otra condición personal.
- Derecho a denunciar y contar con ayuda en las situaciones que sean violentas o desagradables.
- Derecho a ser protegido/a frente a los contenidos y personas potencialmente nocivas así como a ser instruido/a en relación a las pautas básicas de autoprotección en la Red.
- Derecho a ser informado/a de todos mis derechos dentro y fuera de la Internet.
- Derecho al acceso y uso de Internet para la información, la comunicación, la educación, la cultura, el ocio y la participación en la sociedad.
- Derecho a no revelar mis datos personales y, en su caso, a conocer y a controlar el uso que se hace de ellos.
- Derecho a que nadie vulnere mi honor, mi reputación o mi dignidad en la Red.
- Derecho a acceder a una Red libre de contenidos ilegales y de servicios fraudulentos.
- Derecho a estar protegido/a de la publicidad, como en cualquier otro medio de comunicación (TV, prensa escrita, radio, etc.).
- Derecho a acceder a los contenidos y servicios de la Red sin restricciones o censuras de tipo político o ideológico.
Es obvio que, en esencia, la Convención de los Derechos del Niño no admite revisión a pesar de sus veinte años de madurez. Sin embargo, sí es preciso una reformulación y una mayor concreción de los derechos en clave del nuevo orden social creado en relación a la Red.
Se dan nuevas situaciones de vulneración de la Infancia donde lo que varía es la brutal intensidad de sus consecuencias, la alta probabilidad de producirse, la gran frecuencia con que se presentan o, en muchos casos, la elevada dificultad de prevención, detección o reacción.
Por eso tenemos que dotar a nuestra sociedad de mecanismos para garantizar una ciberinfancia protegida que, además, pueda utilizar la Red para la participación y su propio desarrollo.
Por Jorge Flores, director de PantallasAmigas