En estos últimos meses y días están proliferando en la red un nuevo tipo de vídeos con unas ciertas características comunes. Responden a un reto. Van desde el “aliento del dragón” hasta la expulsión de un preservativo por la boca y todos ellos son protagonizados por adolescentes. Quienes, no felices con su auto-superación, deciden colgarlo en Internet, ¿tendrá la publicidad de las redes algo que ver con esta repentina aparición de menores de edad con ganas de superar sus miedos?
Dos son los principales retos que circulan en la red, “el reto de la canela” y “el desafío del condón”. Mientras que el primero consiste en tragar una cucharada sopera de canela en polvo sin beber agua y en el menor tiempo posible, el segundo desafía a inhalar un preservativo por uno de los orificios nasales para, a continuación, expulsarlo por la boca.
Especialistas en medicina ya han advertido sobre los riesgos para la salud que conllevan dichas prácticas. La ingesta de canela puede causar asfixia, colapso pulmonar o irritación de garganta y puede dar lugar en los tres meses posteriores a enfermedades como la fibrosis pulmonar –la biorresistencia de las fibras de celulosa que componen la canela hace que no se disuelva en los pulmones. Por su parte, la inhalación de preservativos conlleva riesgos de rotura del material, pudiendo quedar un pedazo en el orificio, o hasta de obstrucción pulmonar.
Con todo, estas posibles consecuencias no disuaden a los y las más jóvenes de llevar a cabo los retos. Los cuales no ejecutan en soledad, sino delante de una cámara. El sentido del desafío no parece, por tanto, la auto-superación, como muestra el tragarse un método anticonceptivo para sacarlo por la nariz en lugar de usarlo en una segura relación sexual. Ni siquiera son retos que se lleven a cabo para sobreponerse a los miedos propios o ajenos, pues no se ejecutan en el vecindario o frente a la persona idolatrada. No, son desafíos cuyo fin y razón de ser es la publicidad, darse a conocer. De ahí la solitaria presencia en toda la escena de una cámara.
Así pues, el “atrévete a” se ha visto sobredimensionado en este mundo globalizado. Al cual ha sabido adaptarse adoptando un formato para todos los públicos. No son retos que requieran de una grande infraestructura, se necesita un único elemento a manipular –por lo general de común presencia en los domicilios occidentales-, internet –medio sin el cual tampoco se habría llegado a conocer el reto- y una cámara –webcam, digital o smartphone. Es más, tampoco requieren de grandes habilidades, ni físicas ni fotográficas, pues ni el desafío ni la cámara van más allá del rostro. La facilidad junto con la publicidad, sumadas a la capacidad de la red de normalizar ciertas prácticas gracias a su repetición y multiplicación, han hecho de estos retos un gran atractivo para el público más joven, quien a pesar de los riesgos a la salud ya citados continúan practicándolos.
Por eso es importante educar a los y las adolescentes no sólo en el uso de internet sino en la formación de un cierto criterio a la hora de establecer donde acaba lo divertido y comienzan los riesgos para la salud, así como en la relativización de la publicidad, la viralidad y esa pseudo-normalización de esta nuestra era digital.
Fuente: Artículo en ElCorreo, de 25 de abril de 2013, “La canela perjudica seriamente a la salud si se toma a cucharadas” y artículo en OGlobo, de 24 de abril de 2013, “Jovens aspiram camisinha pelo nariz em vídeos publicados na internet”.