- El ghosting consiste en terminar una relación cortando todo contacto con la otra persona sin darle ninguna explicación.
- Según un estudio un 65 % reconocieron haber «desaparecido» de una relación en algún momento de sus vidas.
- Puede parecer trivial, pero tiene consecuencias psicológicas muy negativas.
La búsqueda de pareja por internet es una práctica que con motivo del coronavirus (encierro y distancia social), se ha intensificado en los últimos meses. Las limitaciones repentinas de movimiento han propiciado que las personas hayan recurrido durante este periodo al uso intensivo de aplicaciones para socializar con las que aligerar la sensación de aislamiento social.
El ghosting, derivado de ghost (del inglés, fantasma) fue una de las palabras del año en 2015 para varios medios informativos, debido a que la prensa del corazón informó de que esa había sido la forma en que Charlize Theron decidió terminar su relación con Sean Penn (la actriz lo desmintió meses después). De forma muy simplificada el ghosting consiste en terminar una relación afectiva cortando todo contacto con la persona en cuestión sin darle ninguna explicación.
En internet es mucho más sencillo desaparecer de una relación que hacerlo de forma física. Las redes sociales otorgan una percepción de anonimato e impunidad, por el hecho de que muchas veces las dos personas que interactúan no tienen entre sí más lazos que una escueta conversación en forma de mensajes directos «me gustas» o privados. Cuando alguien decide hacer ghosting, corta todo vínculo y comunicación con la persona con quien estaba interactuando, deja de escribir, deja de llamar e incluso elimina su propio perfil o bloquea a la otra persona en redes sociales. Esto se da sin previo aviso y sin un motivo aparente, lo que lleva a la víctima a «quedar esperando» y preguntándose «qué ha podido hacer mal», por no haber recibido ninguna explicación.
Según un estudio de 2018 realizado por una investigadora de la Universidad de Western Ontario, Canadá, los sectores de población que más acostumbran a recurrir al ghosting son los más jóvenes, en particular los menores de 30 años. Hasta un 65 % de los encuestados reconocieron haber «desaparecido» de una relación en algún momento de sus vidas. El 72 % admitió haber estado en el lado opuesto: que otras personas se hayan ido de sus vidas sin decirles ni una sola palabra. Entre las conclusiones del estudio destaca que «los desarrollos tecnológicos han influido sobre los procesos tradicionales de disolución de relaciones«.
Un estudio más reciente de 2019, elaborado en Estados Unidos, afirma que el ghosting deja por lo general a quien lo sufre «con preguntas o incertidumbre». Y confirma que este fenómeno en las relaciones «demuestra la evolución de los procesos de relaciones mientras se adaptan a las tecnologías emergentes, que ofrecen posibilidades digitales para escapar de las relaciones no deseadas sin tener que romper».
¿Qué motivos llevan a alguien a practicar ghosting?
Los motivos que pueda tener cada persona para llevarlo a cabo pueden ser muy diferentes:
- Miedo al rechazo, se da en los que «por vergüenza, por culpa o por miedo a la reacción del otro prefieren desaparecer antes que enfrentarse al ‘adiós.
- Ausencia de interés, muy común en las aplicaciones para ligar, cuando «moviendo un dedo» encuentras miles de perfiles similares. Es frecuente cuando el contacto con la otra persona es reciente y no hay una verdadera vinculación entre ambos.
- Evitar el conflicto, se resumen en ahorrarse el momento incomodo que supone tener que decir a la otra persona «no me interesa seguir esta relación».
- Empoderamiento, por sentir que son poderosos y que tienen la capacidad de cortar una relación y de manejar los hilos de una interacción.
- Castigo, puede ser visto como una manera de hacer daño a la otra persona antes de olvidarse de ella.
Repercusiones psicológicas de «pegar la espantada»
La psicóloga clínica Francesca Román, directora de Centrum Psicólogos, define algunos de los efectos del ghosting:
- Incertidumbre de qué ha pasado y si la relación se ha terminado o no.
- Inseguridad y miedo a volver a relacionarse.
- Sensaciones de culpabilidad.
- Pensamiento obsesivo, del tipo qué he podido decir que le sentó mal, en qué fallé…
- Merma de la autoestima.
- Perdida del autoconcepto, es decir, de lo que la víctima piensa de sí misma.
Además de lo anterior, personas que padezcan depresión, ansiedad o problemas de autoestima previos pueden ver reforzados y confirmados sus miedos y pensamientos negativos al sentirse abandonados.
«Orbiting», como el «ghosting» pero aún más cruel
Efectivamente, puede haber algo aún más cruel y es el «Orbiting», que significa orbitar, y lleva el fenómeno ghosting un paso más allá.
De vez en cuando, la misma persona que desapareció de tu vida haciendo ghosting se mantiene viendo todas tus historias en Instagram, retwitteando tus tweets y hasta dejando algún que otro comentario del estilo «jaja» en tus fotos, mientras continúa ignorando tus conversaciones o mensajes más personales en las mismas redes sociales.
Anna Lovine, es la creadora del término. Explicó la tendencia así: la persona que practica «orbiting» te mantiene «suficientemente cerca para que ambos se puedan observar; suficientemente alejada para nunca tener que hablar».