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Pantallas Amigas: La sociedad machista transforma en un riesgo grabar un vídeo
EFE | Bilbao |
«Grabarse unas imágenes es una decisión libre, que no hace daño a nadie, pero el hecho de vivir en una sociedad machista lo transforma en un riesgo», según afirma el director de Pantallas Amigas, Jorge Flores, en relación al suicidio de una empleada de Iveco después de que sus compañeros compartieran a través del teléfono móvil varios vídeos sexuales suyos.
«El problema no es esa imagen, sino el hecho de que otras personas la compartan, la vean y la comenten, e incluso te critiquen e insulten», ha explicado en una entrevista con Efe.
Apunta además a que «la sociedad machista en la que vivimos tiende a señalar y condenar determinado tipo de conductas cuando las ejercen las mujeres; si le pasa lo mismo a un hombre, no se hubiera producido ese desenlace fatal».
«Se ha causado daño y un sufrimiento intenso a una persona por el hecho de ser mujer», asegura el director de Pantallas Amigas, una organización que tiene como objetivo promover las prácticas saludables de las nuevas tecnologías e internet para prevenir este tipo de situaciones y realizar campañas para concienciar a la sociedad.
Flores se ha referido así a Verónica, la mujer de 32 años que se suicidó la semana pasada, después de que compañeros de trabajo difundieran esas imágenes, grabadas hace cinco años.
La víctima, que tenía dos hijos pequeños, estaba empleada en la citada empresa de camiones ubicada en la localidad madrileña de San Fernando de Henares, que cuenta con cerca de 2.500 trabajadores.
La Fiscalía de la Criminalidad Informática, la Policía y la Agencia de Protección de Datos investigan y han abierto diligencias para esclarecer lo ocurrido, ya que el Código Penal castiga con entre tres meses y un año de cárcel la difusión de imágenes privadas sin autorización de la persona afectada.
Flores ha insistido en que una víctima llega a la situación de suicidarse porque esos vídeos «se han reenviado, se han visto y se han comentado», y ha añadido que quienes han compartido los vídeos «no se han planteado ni el daño que hacen a los demás ni las consecuencias para ellos mismos».
Ha añadido que la motivación para distribuir este tipo de imágenes puede ser, en algunos casos, «la necesidad de popularidad que tienen algunas personas».
«El que te lleguen unas imágenes al móvil no implica que tienes derecho a distribuirlas, pero ni siquiera los adultos reflexionan sobre ello, a lo que se añade que internet provoca falta de empatía y es impersonal», ha dicho, a la vez que ha alertado sobre «la proyección tan enorme» que tiene esa red.
Lo que le ha ocurrido a esta mujer, según ha expuesto, es similar a que «alguien vaya a tu casa, mire tus fotos en un álbum, lea tu diario, y, además, saque fotocopias y las reparta».
Ha destacado que la legislación ha avanzado en la tipificación de estos delitos y ahora resulta «más fácil» perseguirlos, y ha mantenido que este caso «tan extremo y mediático» tendrá una «respuesta contundente».
Pero ha advertido de que este tipo de prácticas «van a más» y ha citado como grupo «más vulnerable» a los menores y adolescentes, precisamente por razón de edad.