La víctima conoce al delincuente en páginas de encuentro de la Red y se establece el contacto que termina, tarde o temprano, en cibersexo donde ambos se quitan la ropa delante de la webcam.
El chantajista graba el desnudo de la víctima y solicita dinero para que no sea publicado o incluso mostrado a sus amigos y familiares identificados en las redes sociales.
Mucha gente navega por la red para conocer personas nuevas y, en algunos casos, de forma premeditada o sobrevenida, incluso pueden plantearse algún tipo de experiencia sexual. Para ello hay muy diversas formas, si bien existen algunas clásicas como son las webs de contactos específicas. Más recientemente, han surgido sitios donde poder chatear con desconocidos de forma aleatoria usando la webcam, como por ejemplo Chatroulette, que en buena medida han marcado tendencia hacia relaciones menos profundas y, quizás, con más riesgo.
Cada vez con más frecuencia llegan noticias que constatan el aumento alarmante de este tipo de casos en diversos lugares del mundo: Singapur, Rusia, Brasil, Uruguay… y también España, tal como ya advertía en 2011 la fiscalía. En ocasiones el proceso de sextorsión termina trágicamente.
Un engaño doble: ni siquiera hay un desnudo real al otro lado
Los delincuentes se acercan al círculo privado para hacer mayor su amenaza. Tratan de conocer o entrar en la vida digital social de su víctima (por ejemplo, colándose por engaño o por derecho en su círculo en las redes sociales: Facebook, Tuenti…) de forma que puede amenazar con dar a conocer precisamente a su núcleo relacional, sus contactos, la existencia de esas imágenes tan comprometidas.
El perfil de las víctimas
Es muy variado, quizá especialmente hombres aunque también se produce con mujeres. Un caso típico de víctima puede ser un joven o varón adulto que cree haber encontrado una mujer con la que compartir excitación y prácticas sexuales usando la webcam. Sin embargo, también podemos encontrar mujeres de mediana edad y chicos adolescentes. “Es posible que haya proporcionalmente más víctimas entre población homosexual, pero no lo podemos confirmar estadísticamente. La causa podría ser una mayor prevalencia entre estas personas a la hora de buscar experiencias alternativas en tanto que en su entorno habitual, físico e inmediato, no hay oportunidades o no es asumido con plena naturalidad” comenta Jorge Flores.
¿Qué hacer ante un chantaje?
Desde PantallasAmigas apuntan que “aunque cada situación es diferente y requiere un tratamiento específico”, estos son los diez pasos que se pueden seguir si no se ha podido evitar que alguien inicie una sextorsión:
Decálogo para una víctima de sextorsión
- Pide ayuda. Solicita el apoyo de una persona adulta de confianza.
- No cedas al chantaje. No acceder a las peticiones del chantajista si con ellas este se hace más fuerte.
- No des información adicional. Cualquier dato o información puede ser usado por quien te acosa.
- Guarda las pruebas. Cuando te amenace, te muestre cosas delicadas… captura la pantalla y anota día y hora.
- Retira información delicada. Borra o guarda en otro lugar informaciones o imágenes privadas que puedas tener. Si no lo has hecho, tapa la webcam.
- Elimina malware. Asegúrate de que no tienes software malicioso —troyanos, spyware…— en tu equipo.
- Cambia las claves personales. Puede que esté espiando tus comunicaciones en las redes sociales.
- Comprueba si puede llevar a cabo sus amenazas. Muchas amenazas son faroles, no son ciertas. Trata de comprobar que tiene las imágenes que dice.
- Avisa a quien te acosa de que comete delito grave. Debe saber que la Ley le puede perseguir y que tú lo sabes.
- Formula una denuncia. La Ley persigue con dureza este tipo de delitos, especialmente si eres menor de edad.