Según el último estudio de INTECO, elaborado con 625 familias con hijos de entre 10 y 16 años, el 87,5% de los niños reciben advertencias de lo que deben hacer en Internet. El 64% de los padres fijan algunas “normas” de seguridad y horarios en casa. Pero ¿qué control de seguridad hay en lugares, como los cibercafés, donde los menores corren el riesgo de acceder a contenidos peligrosos?
Miguel Pérez, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet, explica que no hay una legislación específica de menores en cuanto a cibercafés, y reconoce la dificultad con la que se encuentra la administración para determinar “qué es un cibercafé: una tienda, un bar…”, lo que ha llevado, explica, a que cada comunidad autónoma los haya regulado de forma diferente, en algún caso dentro de tipos comerciales ya definidos.
Pérez considera que “no se está regulado en entornos nuevos”, entre los que incluye a las redes sociales.
Los cibercafés parecen ser un “territorio de nadie”, donde cobran especial importancia riesgos como el ciberbullying o el grooming. ” Los acosadores mantienen el anonimato porque no se les exige el DNI al entrar en estos establecimientos, como se hace al inscribirse en un hotel”, destaca Pérez.
Para Raúl García, responsable de Marketing de Beetdefender, empresa de software de seguridad, conectarse a Internet a través de un cibercafé “es una especie de baile de máscaras”, ya que no se sabe quién está detrás.
“Tú pagas por una hora de conexión y en general nadie te controla. Por política en estos establecimientos no se capan los accesos a contenidos dependiendo de la edad, pagas y eres libre luego de utilizar el servicio”, afirma este experto, que cree que en este tipo regulación “estamos todavía en pañales”.
Fuente: adn.es