Los expertos opinan que la moda del sexting tan sólo está en sus comienzos. El daño potencial de unas imágenes sexuales grabadas con el móvil puede ser permanente e incluso afectar al futuro laboral de los menores implicados, puesto que hoy día es lo más común que una empresa busque por Internet información acerca de un candidato antes de contratarlo.
El caso de una joven de 16 años acontecido en Melbourne, Australia, el pasado año ilustra dramáticamente estos peligros: la chica se despertó en una cama desconocida tras una borrachera, desnuda y con un mensaje escrito con rotulador sobre su abdomen: “Próximamente en Youtube”. Desde entonces la chica vive aterrorizada sobre las fotos o vídeos que puedan aparecer en Internet.
Fuente: Herald Sun