Entonces ¿qué podemos pensar cuando un niño o una niña empieza a escribir en el buscador “Tengo 12 años…” y Google le termina la frase con “…y estoy embarazada”? Parece obvio que el/la menor asumirá que eso es normal (en el sentido de frecuente) y que hay millones de niñas en el mundo escribiendo esa frase en el buscador tras haber mantenido relaciones sexuales y preocupadas por un supuesto embarazo precoz. Si es cierto que hay tantas búsquedas con esos términos, hay un grave problema entre las niñas de 12 años, pero si no lo es, quien está provocando un riesgo es Google: el riesgo de hacer creer que es algo normal, frecuente. ¿Está preparado un niño de 8 años, por ejemplo, para discernir qué hay detrás del hecho de que Google le sugiera terminar así una frase?
Los ejemplos por el estilo son numerosos. En PantallasAmigas lo hemos podido comprobar, alertados por una noticia publicada por El Pandemonium. El completado referido al embarazo se produce asociado desde ¡los 5 años! hasta los 17 (más allá no lo hemos investigado pues ya entramos en la mayoría de edad), produciéndose además otras sugerencias adicionales como “…y fumo” (8 y 9 años), “…y hice el amor” (sic, 10 años), “…me masturvo” (sic, 11 años), “…tuve relaciones” (12, 13 años), etc.
Google marca implícitamente lo que es normal y lo que no lo es al sugerirnos cómo completar una búsqueda con determinadas palabras o frases. Es un aspecto que no se tiene normalmente en cuenta al hablar sobre los peligros de Internet para los menores, y de hecho ni siquiera seleccionar la SafeSearch (búsqueda filtrada para menores que evita páginas pornográficas y otras no aptas para los usuarios más jóvenes) tiene efecto alguno: el niño o la niña seguirá viendo que fumar y tener relaciones sexuales es de lo más común, y se le trasmitirá una información sexual falsa: que son habituales los embarazos entre niñas de 8 años o incluso menos. Madres, padres, tutores y docentes deben ser conscientes de este problema y que miles de niños estarán viendo cada día ese tipo de frases en sus pantallas, recibiendo esa grave desinformación que podría tener consecuencias en su educación sexual.
NOTA: La fotografía que acompaña a este post es de Lina Medina, la mamá más joven registrada en la historia de la medicina. Tenía 5 años cuando dio a luz, siendo un caso absolutamente excepcional.