Al parecer la intención del FBI es extender la ley de 1994, Communications Assistance for Law Enforcement Act, para forzar a las empresas de Internet a este tipo de colaboración, como actualmente sucede con las empresas proveedoras de acceso como Verizon o Comcast. En concreto se les exigiría que diseñasen mecanismos para facilitar la interceptación y descifrado de mensajes. Si el servidor está fuera del territorio de los EE.UU. se les obligaría a encaminar sus comunicaciones a través de un servidor ubicado en suelo estadounidense para poder ser “pinchados”, lo que parece un claro intento de imponer la soberanía estadounidense sobre la Internet mundial, aparte de suponer una desventaja competitiva para las empresas del resto del mundo que operan en Internet, una especie de arancel electrónico encubierto bajo la excusa securitaria.
Un equipo de la administración Obama está trabajando en la elaboración de esta nueva legislación que sería propuesta en el Congreso estadounidense el año próximo. Algunos ministerios de la misma administración, no obstante, han mostrado reparos ante la posibilidad de que este tipo de legislación inhibiese la innovación o que sea demasiado parecida a la que usan regímenes represivos para identificar a disidentes políticos.
Fuente: The New York Times