Inmediatamente nos surge el temor de que este tipo de aplicaciones sean usadas para el reconocimiento facial. Imaginemos alguien que nos saca por la calle una foto de nuestro rostro, y que la aplicación es capaz de relacionar dicha foto con otras presentes en Internet y asociadas con nuestro nombre. Inmediatamente el portador del Smartphone podría saber nuestro nombre, todos los datos personales accesibles online sobre nosotros y cualquier otro detalle de nuestra vida online. Y al revés: si lo difunde, podría enterarse toda la Red de nuestra ubicación exacta en esos instantes.
De hecho Google afirma que lleva tiempo trabajando en que su aplicación Goggles (que significa anteojos en inglés) pueda realizar precisamente este tipo de reconocimiento facial, y su competidor Apple adquirió hace unos meses una compañía especializada en este tipo de aplicaciones. Los responsables de Google se limitaron a declarar a CNN que la privacidad seguía siendo una preocupación para el desarrollo de estas capacidades, y que sólo las pondrían en marcha una vez de que tuviesen previstos modelos de privacidad aceptables, aunque no indicaron aceptables para quién.
De momento estas aplicaciones para móviles parece que aún no permiten identificar a personas, pero debemos estar atentos para un riesgo potencial en el inmediato futuro. Y aunque cuente con algún sistema para proteger la privacidad, parece difícil que se pueda autoproteger la persona que no usa el smartphone sino que es la persona fotografiada y potencialmente identificada y geolocalizada. Una vez más la prevención es la clave y si evitamos que haya información (incluyendo fotografías) nuestra accesible publicamente en la WWW, será la única manera eficaz de evitar totalmente este tipo de problemas. Una vez más, el mensaje debe ser ¡Cuida tu imagen online!
Fuentes: SocialTimes y IBTimes. Fotografía: Robin M. Ashford.