(Artículo publicado en el web CasaCocheCurro.com.)
Parece el argumento de una película de suspense: una adolescente se hace fotos provocativas con el móvil o la webcam y las envía a su novio o amigo online, como parte del juego de seducción y para cumplir con el deseo de este. A partir de entonces, se desata la pesadilla, con amenazas de publicar los contenidos eróticos en redes sociales, enviarlas por mail a los contactos de la víctima o subirlos a redes audiovisuales si no entrega más material de tono cada vez más subido. La chica de turno ha caído bajo las redes de la sextorsión.
PantallasAmigas, una iniciativa que promueve el uso seguro de las nuevas tecnologías en la infancia y la adolescencia, alerta de aumento en España de casos de sextorsión, un delito que lleva implantado ya un tiempo en Estados Unidos, y cuyo aumento está relacionado con el auge de Internet y las nuevas tecnologías.
El perfil de la víctima de sextorsión es el de una adolescente recién entrada en la pubertad, que comienza con sus primeros escarceos de índole sexual, y que tarda demasiado en denunciar el caso por vergüenza. Sin embargo, los chicos no están fuera de peligro, y ya se han denunciado casos de jóvenes víctimas de este chantaje también en España, habitualmente por creer que estaban relacionándose con una chica que, al final, resultaba ser un hombre.
“La manera como el extorsionador consigue esas imágenes es muy diversa. Puede haber sido una antigua pareja con la que se ha practicado sexting (intercambio de sms de contenido sexual), puede haberlas robado de un teléfono móvil o de un ordenador o, y esto es demasiado frecuente, haberlas obtenido al grabar una sesión íntima de webcam consentida o conseguida mediante engaño”, explica Jorge Flores, director de PantallasAmigas. El objetivo del chantajista es variado: puede querer más contenido sexual, cada vez más explícito, bajo amenaza de mostrar el existente al entorno de la víctima o hacerlo público en redes sociales; pero, asimismo, puede exigir dinero e, incluso, solicitar un encuentro sexual real.
En España, este verano se dio a conocer el caso de Luis Mijangos, un sextorsionador que había infectado los ordenadores de más de cien mujeres, la mayoría de ellas adolescentes, con software que controlaba las webcams. Así conseguía grabaciones de las que ellas no eran conscientes y con las que luego las chantajeaba, por lo que ha sido condenado a seis años de cárcel.
Aunque se trata de un delito poco implantado aun en España, está creciendo de modo alarmante, según denuncia PantallasAmigas, que ha creado el portal www.sextorsion.es para informar y aconsejar a víctimas y potenciales presas de los ciberchantajistas. Un estudio realizado en 2010 por INTECO concluye que el 8% de los menores españoles recibe fotos o vídeos de amigos y amigas en actitud provocativa o poco apropiada. No grabar (y menos aun enviar, si ya existe) este tipo de contenido audiovisual es, como advierte Jorge Flores, la mejor manera de evitar caer en las garras de la sextorsión.
(Aclaración de PantallasAmigas: pese a lo que parece dar a entender el artículo, el caso de Luis Mijangos no se produjo en España sino en EE. UU.)