El teléfono móvil y los ordenadores se han convertido en dos elementos imprescindibles e indispensables en la vida de jóvenes y adultos. Sin embargo, la dependencia hacia ellos está llevando a que estos afecten negativamente a nuestra salud.
Insomnio, ansiedad y dolores articulares son las principales consecuencias del uso abusivo del smartphone para nuestra salud. Las compañías de móviles están aportando pequeñas soluciones en formato de herramientas para nuestro Bienestar Digital, pero aún queda mucho camino por recorrer. Un ejemplo de esto, lo estamos viendo estos últimos meses con el auge de las aplicaciones con modo oscuro o modo noche que proyectan hacia nuestros ojos una cantidad de luz sensiblemente inferior a la habitual. Existen estudios como los llevados a cabo por el Centro de Investigación Lumínica de Nueva York que afirman que la luz artificial es capaz de suprimir la secreción de melatonina. De este modo, se interrumpe el ciclo circadiano y disminuye la calidad del sueño. Otro estudio realizado por el Barcelona Institute for Global Health, asegura que andar con el teléfono móvil por la noche aumenta la incidencia de sufrir un cáncer de próstata y de mama.
Problemas de visión
El primer problema es de sobra conocido por madres y padres y quizás el más sencillo de diagnosticar. No es otro que el problema de visión. Desde edades tempranas el uso excesivo de pantallas, ya sea el teléfono móvil, la tablet, los ordenadores o incluso la televisión, provoca que nuestros parpadeos por minuto disminuyan, dando lugar a la sequedad ocular, que conlleva ciertas lesiones, acabando incluso en glaucoma si se da de forma muy prolongada. Relacionado con la visión otro problema presente es el “efecto Tetris” o fenómeno de transferencia. Es muy común en menores y también en adultos después de jugar varias partidas a videojuegos del tipo: Comecocos, Pong o Tetris, este último es el mejor ejemplo, que las imágenes se nos queden grabadas en nuestra retina por mirar la pantalla fijamente y con un importante grado de concentración. La reacción a este efecto empieza justo después de una partida, cuando empezamos a ver bloques cayendo incluso después de haber apartado la vista de la pantalla, o empezamos a fantasear, hasta el punto de llegar a la obsesión, con dichos bloques en sueños.
En este apartado es necesario destacar el uso de videojuegos como una la solución más contra la ambliopía, más conocida como ojo vago. Hasta ahora su tratamiento consistía en tapar el ojo sano con un parche para estimular la visión del otro. Sin embargo, un equipo de investigadores ha desarrollado un videojuego que imita el famoso Pac-Man y propone una vía más rápida, divertida y efectiva ya que fuerza que ambos ojos trabajen juntos a dar con la cura al ojo vago.
Problemas físicos
La ergonomía a la hora de pasar largos periodos de tiempo delante de una pantalla es importante. El dolor de espalda es la primera causa de lesión o afección en jugadores de eSport en un 70%. El dolor cervical se da en el 52% de los casos siendo la segunda afección más común. Esto suele ir ligado a una mala postura a la hora de sentarnos frente a la pantalla, ya sea, porque no se es consciente de la postura del cuerpo o porque no se ha recibido ningún tipo de lección sobre cuál es la mejor manera para sentarse. En la actualidad prácticamente todos los equipos profesionales de eSport cuentan en sus equipos con personal experto en ergonomía e higiene postural así como fisioterapeutas.
El síndrome del túnel carpiano, es una enfermedad que se da en personas que realizan tareas ofimáticas o hacen un uso intensivo del ratón del ordenador. Produce una compresión de un nervio que pasa por en medio de la muñeca, el nervio mediano, que está rodeado por un haz de fibras que, con el uso intensivo y repetitivo de la muñeca, se llega a irritar, hinchándose y dando lugar a una inflamación, que en muchos casos acaba operándose por el dolor y el entumecimiento de la mano.
Siguiendo con las enfermedades que afectan a músculos y tendones, la moda de videoconsolas tipo Nintendo Wii con sus juegos Wii Sports, han dado lugar a lesiones de rodilla, cadera, fracturas por caídas, entre otras. De por si estos tipos de videojuegos son beneficiosos para la salud, pero si se realiza un sobreesfuerzo puede producir las citadas lesiones.
Llegando al final de la muñeca nos encontramos con las lesiones que producen los mandos de videoconsolas en palmas y dedos de las manos por su uso prolongado. El llamado “dedo en gatillo”, es proclive a producirse por un exceso de juego mediante un mando, gamepad. Los síntomas incluyen entumecimiento y hormigueo del dedo pulgar e incluso ampollas grandes y abiertas a causa del movimiento repetitivo sobre los botones, que tardan semanas en curarse.
La revista The Lancet publicaba el primer caso en el que se ha establecido una relación causa-efecto del uso del móvil y problemas con las manos y dedos: una mujer de 34 años que se pasó seis horas tecleando mensajes de navidad con el móvil. En el artículo se bautiza a esta tendinitis del dedo pulgar como whatsappitis, como clara referencia a la aplicación de mensajería. Se trata de una tendinitis en las dos manos del extensor del dedo pulgar.
Problemas de Adicción
El pasado año 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la adicción a los videojuegos como enfermedad mental. A pesar de que la Estrategia Nacional sobre Adicciones recoge también el abuso de nuevas tecnologías y videojuegos, lo cierto es que la sociedad todavía no ha terminado de asociar el campo digital al de las conductas adictivas.
La edad promedio a la que los jóvenes comienzan a utilizar videojuegos de manera diaria se sitúa en los 11 años, siendo un 66% chicos y un 41%, chicas. – Informe EU Kids Online.
Entre los síntomas del abuso de videojuegos pueden darse trastornos del control de los impulsos, pérdida o ganancia de peso, falta de higiene personal, disminución de las relaciones interpersonales, alteración del patrón del sueño… Existen varios consejos para para prevenir la adicción a los videojuegos en adolescentes, por tanto, es importante prestar atención y ayuda en fases iniciales.
En el caso de los móviles, la adicción tiene el nombre de nomofobia, acrónimo de la expresión inglesa «no-mobile-phone phobia», miedo a estar incomunicado sin teléfono móvil. Las personas que padecen ‘Nomophobia’ se agobian cuando se queda sin cobertura, se le agota la batería o no encuentran el móvil.
El 53% de los usuarios de smartphones sufre ansiedad cuando se quedan sin batería o lo pierden, según el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA). Además, pueden aparecer otros síntomas como dolores de cabeza o estómago y pensamientos obsesivos, así como taquicardias o ataques de pánico.
Problemas neurológicos
Son quizás los problemas más graves y de difícil tratamiento. Aunque no haya pruebas científicas de que los videojuegos puedan causar una epilepsia tradicional, si que pueden dar lugar a epilepsia fotosensible o PSE, una forma común de epilepsia causada por estímulos visuales repetidos en forma de patrones regulares durante un tiempo y espacio determinados. Por ello es recomendable cuando compremos un juego nuevo leer las indicaciones del desarrollador ya que hay veces en las que el jugador no sabe que puede sufrir este tipo de epilepsia y, al darse las condiciones, acaba sufriendo convulsiones.
Otro problema neurológico asociado a las pantallas son las migrañas, producidas por la concentración en una tarea, ya sea un videojuego o una simple hoja de Excel, y mirar fijamente la pantalla durante un período excesivo de tiempo. Sus consecuencias son fuertes dolores de cabeza que pueden durar varias semanas incluso llegar a ser crónicas.
A nadie nos gusta perder, pero no todos nos tomamos las derrotas del mismo modo. El comportamiento agresivo es otro de los problemas de tipo mental.
Los gamers están más ansiosos y deprimidos a la larga que los no jugadores.
A esta conclusión llegó Daniel Loton de la Victoria University en Melbourne, el estudio examina los «resultados escolares, relaciones y salud mental y física» de dos grupos de jugadores: el primero, quienes pasan 21 horas a la semana o menos jugando, y aquellos que sobrepasan este tiempo, considerados en el estudio como jugadores «excesivos».