También fue reproducido en Internet el 14/04/2010 por La Gaceta:
Los datos son escalofriantes. La Comisión Europea estima que en la UE la pedofilia afecta a entre un 10 y 20% de los niños. El agresor, varón de entre 30 y 50 años y adicto a la pornografía, usa Internet y en especial las redes sociales para encontrar y seleccionar a sus víctimas.
A finales de marzo la Policía Nacional detuvo a 32 personas e imputó a otras nueve en cinco operaciones contra la pornografía infantil. En total se realizaron 39 registros en 17 provincias y se incautaron un centenar de discos duros que incluían miles de archivos de carácter pedófilo. Éste ha sido el último golpe contra la pederastia organizada en España, pero el fenómeno golpea fuertemente al mundo y las cifras son escalofriantes.
Según datos de la Comisión europea, entre el 10 y el 20% de los niños en Europa sufre abusos sexuales durante su infancia -aunque sólo se denuncia uno de cada cuatro casos-. Además, cada día se ponen en circulación 200 imágenes que contienen pornografía infantil. Los expertos denuncian un incremento de casos de pedofilia y pederastia debido, en gran medida, a las posibilidades que ofrece Internet a estos delincuentes, “pero también ha facilitado que la Policía lo investigue”, puntualiza Enrique Rodríguez, inspector jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Policía Nacional.
El presidente de Protégeles, Guillermo Cánovas, asegura que “hace un año, el volumen de denuncias se reducía a la mitad”. En la actualidad, su organización recibe “en torno a unas 3.000 al mes por pornografía infantil, acoso sexual a menores, usurpaciones de identidad de menores normalmente por parte de otros menores, y ciberbullying en las redes sociales”.
Para Cánovas, este incremento responde a una mayor concienciación social: “La gente está menos dispuesta a tolerar situaciones de acoso”. Por su parte Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, atañe esta subida a una cuestión de probabilidad: “Ahora mismo hay más menores en Internet y se incorporan desde edades más tempranas”. Incluso las costumbres del pederasta se han ido modificando. Rodríguez apunta que lo que más le ha sorprendido a él y a toda la brigada es que “la edad de los menores ha ido bajando, de los 14 a 15 años que empezó en el año 95, a bebés de meses, a los que se les intenta una penetración”.
Esto se debe a que “la pornografía entendida como coleccionismo va creando tolerancia. El pedófilo se cansa, se acostumbra, y va buscando la rareza, lo más peligroso, el niño más pequeño”. Además, “los menores han pasado de ser víctimas a ser autores de distribución de pornografía infantil”, sostiene el policía. ¿Cuál es el perfil del pedófilo? El doctor Jorge Plá, codirector del departamento de psiquiatría de la Universidad de Navarra, revela que “se trata de un varón de entre 30 y 50 años adicto a la pornografía”. Añade que esta parafilia “se puede categorizar, según la preferencia, en homosexual, heterosexual, o bisexual. La mayoría de los pedófilos son homosexuales, lo que no quiere decir que los homosexuales tengan mayor tendencia a la pedofilia, sino que un 40% de los casos presentan una pedofilia homosexual”.
En un año, las denuncias por acoso en Internet se han duplicado
La Comisión Europea ha presentado una propuesta legislativa para endurecer las penas por abusos sexuales a niños y pornografía infantil. Y el Ejecutivo comunitario propone reforzar la persecución del turismo sexual y mejorar la protección de las víctimas con reformas concretas, como que los menores no tengan que estar presentes en los juicios o que acepten como pruebas sus declaraciones grabadas en vídeo o videoconferencia. Además, los Estados miembros deberán adoptar las medidas para bloquear el acceso desde su territorio a páginas que contengan pornografía infantil. El trabajo del pedófilo comienza con la información que los propios menores depositan en Internet. Redes sociales como Tuenti o Facebook, foros, juegos multijugador… son sólo algunos de los campos donde los acosadores localizan a sus presas. “Ahora mismo las redes sociales son un caldo de cultivo enorme, sobre todo Tuenti, que está dedicada a menores” -explica Rodríguez-. “El pederasta sólo tiene que meterse en Tuenti, hacerse un perfil falso y que alguien le invite a entrar. A partir de ahí, empieza a moverse”.
Los acosadores “van a donde están sus víctimas, y el entorno actual de los chavales es el de las redes sociales”, puntualiza Flores. Sin embargo, no hay que dar la voz de alarma sobre las herramientas, sino sobre su uso. “Crearse un perfil no supone un riesgo”, argumenta Cánovas. “Desde Protégeles, recomendamos a los padres que se hagan perfiles para ver cómo funcionan y para determinar el nivel de utilización que tienen sus hijos”. Enrique Rodríguez señala que uno de los mayores problemas del mal uso de Facebook o Tuenti es que “en los perfiles se ponen los datos reales, porque de lo que se trata es de ser localizado por antiguos amigos”, lo que permite que los abusadores encuentren la forma de llegar al menor. Otro inconveniente es que la privacidad depende, a su vez, de la privacidad que le brinden sus amigos, por eso “la ley no permite subir fotos de terceros sin su consentimiento”. En los foros, “cualquiera se puede hacer pasar por un niño”, alerta Rodríguez. Así, el pedófilo se gana la amistad del menor “a base de favores, como recargarle el móvil, hasta que llega el momento de la cita”. Cánovas destaca que “los menores creen que la webcam les permite saber si la persona con la que están chateando es un adulto o no, pero hay programas sencillos que permiten grabar imágenes de una conversación para luego revertirlas en la siguiente. Es decir, un individuo puede estar chateando con una niña de 13 años y después con un chico de 14 al que le pone la grabación. Así, el chico cree que está chateando con la niña, que es la que ve en su monitor”. Además, los pedófilos acceden a los menores sin necesidad de identificarse. Cánovas señala que “la pega que tenían hasta ahora es que si se acercaban a niños en una zona de juegos recreativos, todo el mundo veía que era un adulto, pero en Internet eso no es necesario. Es el sitio idóneo para establecer contacto con menores”.
Cuando se habla de acoso de depredadores sexuales en Internet se utiliza la palabra grooming. Según indica Flores, éste se produce “cuando el adulto no oculta necesariamente su identidad, sino que desarrolla la empatía con el niño satisfaciéndole sus necesidades emocionales. El punto de inflexión nace cuando consigue obtener algo de ese menor con lo que poder chantajearle. Su perfil es de alguien empático, comprensivo, dice a todo que sí, le adula, le arropa… y lo normal es que en ese contexto el adolescente comparta cosas con él. Y ese secreto que le ha contado será el que se vuelva en su contra”. Otra estrategia del grooming consiste en “hacerse pasar por alguien de la misma edad” -apunta Flores-, “se hacen novios por Internet y consigue que el menor le mande una fotografía de cintura para abajo desnuda o desnudo. Una vez que el adulto tiene eso, le amenaza con que si no le enseña lo siguiente, se mandará esa foto a todos los contactos del niño”.
El inspector jefe de la BIT cuenta un caso en el que han detenido tres veces al mismo individuo. “Se hace pasar por representante de cine y pasa castings para buscar chicas a las que, se supone, hará un book. A las que se presentan les pide que se desnuden, pero las chicas se mosquean y denuncian”. Cánovas aconseja a los menores que “no suban nunca una foto que no estén dispuestos a que vean sus padres o amigos, ya que en el momento en que sea distribuida por otra persona, puede llegar a moverse por todo el mundo”. Para evitar estos abusos, los expertos aconsejan denunciar ante la policía y acudir a las organizaciones que luchan contra la pornografía infantil en la Red. Los estudios revelan que casi un 15% de los menores que acceden a Internet entre 10 y 17 años recibe alguna propuesta sexual y que el 34% de ellos se encuentra con material sexual que no ha buscado. Los menores de entre 12 y 15 años son la franja de mayor peligro, según indica el director de Pantallas Amigas.
Además, sólo el 1% lo denuncia. El inspector jefe recuerda un caso en el que una menor aguantó siete meses de chantajes por parte de un pederasta antes de comunicárselo a su madre: “Llegó un día en el que la chica ya no aguantó más, pero no se lo contó a su madre cara a cara, sino que abrió un documento de Word y escribió lo que le ocurría. Recuerdo perfectamente el caso. Era domingo y la madre nos llamó angustiada”. Esto ocurre porque los niños “tienen la sensación de que están haciendo algo mal. Creen que están colaborando con los pederastas”, explica Plá. Para evitar llegar a esta situación, los padres “deben ser capaces de conseguir que el menor les pida ayuda en el momento que tengan el problema”, aconseja Flores, y añade que los mayores no deben mostrarse contrarios a las tecnologías o enemigos de las mismas, con frases como “ya me tienes harto con tanto ordenador”, porque entonces “será difícil que los hijos cuenten el problema ya que lo que esperan es una reacción negativa”.
La presidenta de Cofapa (Confederación de Padres de Alumnos), Mercedes Coloma, habla para ÉPOCA de las raíces de la pederastia. “Como madre”, señala, “me preocupa mucho el tema de la pederastia. Creo que su origen está en la sociedad hipersexualizada en la que vivimos. Se nos bombardea con anuncios de televisión, con series… Estamos viendo que hay una banalización de las relaciones sexuales donde todo vale y no hay ningún respeto ni al propio cuerpo ni mucho menos al del otro. La gente busca sensaciones nuevas y en una sociedad en la que la pornografía y el sexo duro están a la orden del día en la televisión y en Internet. Por eso, las patologías propias de estas personas salen a la luz y cada vez hay más casos de abusos”.
Para encauzar la situación, Coloma apunta que “esto es una cosa de todos. Habría que empezar por leyes que protejan de verdad a los menores, y que se cumplan, sobre todo en lo que se refiere a la protección infantil en la televisión y las redes sociales. Tienen al alcance de la mano cosas que antes era muy difícil de conseguir. También en el caso de las penas con los pederastas, deberían ser duras y habría que conseguir que se cumplieran íntegras. Y tenemos que ser los padres los que educquemos, porque la sexualidad humana no es pura fisiología. Implica sentimientos, afectos, el espíritu, toda la persona.