Siguiendo el típico patrón del denominado grooming en internet, primero fue granjeándose poco a poco su confianza, haciéndose pasar por un adolescente. Después, dio paso a las exigencias y el ciberacoso. Y comenzó a coaccionar a la joven, hasta obligarla a quedar con él amenazándola con extender por la red las conversaciones y las imágenes íntimas conseguidas de ella a través del engaño. La menor, finalmente accedió a encontrarse con él, desplazándose hasta Conil el pasado mes de diciembre, donde se produjo la violación.
Fuente: Diario de Cádiz