En el encuentro la joven accedió a desnudarse y él la grabó con su teléfono móvil practicando sexo con él. En el juicio quedó demostrado que él conocía la edad de la menor (que por cierto está por debajo de la mínima permitida para estar en Facebook) y que había elementos propios de un proceso de grooming en el modo en que él la sedujo.
La madre de la chica lo descubrió al hallar mensajes sexuales en su teléfono. La policía encontró en el ordenador y el teléfono móvil del chico los mensajes que se habían estado enviando, 168 fotografías enviadas por ella y la filmación de sus relaciones sexuales.
Aunque quedó probado que las relaciones habían sido consentidas, la ley británica considera que no es válido el consentimiento de los menores de 13 años. El juez consideró que los 6 años que separan a los chicos no permiten alegar que tengan edades aproximadas.
Fuente: Midweek Herald 24 vía TelasAmigas.