Silvia Barrera, consultora en seguridad informática, ciberinteligencia, investigación en redes y análisis forense, protagonizó el episodio «Ciberseguridad y uso positivo de Internet». Forma parte de las 25 mujeres expertas destacadas en sus diferentes ámbitos de especialización.
El podcast de PantallasAmigas es un programa sobre educación, ciudadanía y bienestar digital conducido por Begoña Beristain.
Transcripción del episodio
Begoña: Hola, ¿qué tal? Bienvenidos, bienvenidas, a este nuevo capítulo del podcast educación, ciudadanía y bienestar digital, un podcast promovido por PantallasAmigas en el que hablamos de bienestar digital. Tanto las personas adultas, como los menores, vivan de esa manera, vivan con salud digital. Hoy tenemos una invitada de lujo, vamos a hablar con Silvia Barrera. Ella es la inspectora de la Jefatura de policía de La Rioja. Ha sido premiada en el ámbito de la ciberseguridad y es responsable del grupo de Investigación Tecnológica de esa Jefatura superior de La Rioja. Es máxima experta y referente en el ámbito de la ciberseguridad en España y fue reconocida por la prestigiosa revista de Seguridad CSO España por su trayectoria profesional como ciber investigadora, formadora y escritora. Su referencia es la lucha contra el crimen que lleva haciendo durante muchos años en la Policía Nacional y con un gran compromiso con una sociedad digital más segura y confiable. Ella ingresó en la Policía Nacional en el año 2004 y desde ese primer destino inició su carrera en la investigación del cibercrimen. Hoy queremos hablar de esto que tanto nos preocupa. Queremos hablar del cibercrimen y de la ciberseguridad, y tenemos como base también una de sus publicaciones, Nuestros hijos en la red, 50 cosas que debemos saber para una buena prevención digital. Silvia Barrera, ¿qué tal? Bienvenida.
Silvia: Hola, ¿qué tal? Buenas tardes, encantada.
Begoña: Encantados de que estés con nosotros porque estamos francamente preocupados en un mundo en el que parece que el crimen y que los malos, como les soléis llamar en la policía, estén cada vez más presentes en la red, porque eso es lo que pasa, que cada vez hay más personas con intenciones de hacer el mal en la red y además usan métodos más sofisticados.
Silvia: Sí, al final es un medio que les da muchas facilidades a la hora de acercarse a las personas, de engañarlas con diferentes fines, los que sean patrimoniales, sexuales, personales y además, luego es muy difícil de perseguir. Es una investigación muy difícil de realizar. Hay que tener mucha constancia, mucha paciencia y conocimientos, y ellos lo saben, que se adolecen de profesionales que se dediquen a esto y que, además, pues tienen ese margen, ese tiempo de más que nos llevan entre lo que hacen y lo que, bueno, pues cuando llegamos nosotros, si los identificamos, nos exponen físicamente para criminales. Pues es un aliciente bastante importante.
Begoña: Y me imagino que el número de policías que cada vez tienen que dedicarse a controlar y a perseguir el crimen en la red tiene que ir aumentando, pero yo no sé si hay tantos policías preparados como tú para afrontar este crimen, porque lo cierto es que estos crímenes casi casi van por delante del resto de las personas.
Silvia: No, sí, claro, a ver, van por delante porque son ellos. Al final, los que idean nuevas formas de engaño, de ejecución y de nuevas formas, de criminalidad que no se conocen, y porque van aprendiendo. Al fin y al cabo, de todas esas investigaciones que nosotros hacemos y que documentamos luego en procedimientos judiciales, pues ellos ven donde nosotros ponemos el énfasis, donde podemos tener más posibilidades de éxito o donde pueden ser rastreados en Internet. Ellos lo conocen, pero desde luego, por desgracia no está aumentando el número de profesionales dedicados a esto y sí, bueno, se hacen campañas de prevención de concienciación, todo suma. Las estrategias de ciberseguridad están muy bien, pero al final no todo es prevención. Se evita mucho, pero al final, por desgracia, los números están ahí. La gente pues es víctima de estos delitos y no hay un plan de afrontamiento de la criminalidad. Pero no de quitar del medio a esta gente que al final es de lo que se trata, ¿no? Lo hay por lo menos en nuestro país no se está viendo de la misma forma proporcionalmente potenciado.
Begoña: Me temía que esa iba a ser la respuesta. Además, este tipo de crímenes muchas veces pensamos que afectan sobre todo a menores. Pero nada más lejos de la realidad también muchas personas adultas se ven atrapadas por estas personas, que utilizan la red con fines maliciosos y que incluso pueden llegar a desvalijarte. También las personas adultas, todos conocemos casos de mujeres, por ejemplo, que han sido absolutamente arruinadas por alguien que, utilizando determinadas plataformas y herramientas, han acabado vaciándoles todas sus arcas. O sea, que no solo los menores se ven afectados por esta delincuencia.
Silvia: De hecho, es un porcentaje menor. Nosotros, en el día a día, de las 2000 denuncias al año que podemos recibir en la Jefatura. 200 y pico temas que podemos llevar, investigar, 200 y pico, asuntos e investigaciones que podemos iniciar, algunas con mejor éxito que otras. Te diría que un 5 o 6% como mucho, a lo mucho, se hacen, o sea, no llegan ni a 10. La gran mayoría son adultos. Es que no sé la fama que parece que se les ha puesto a los pobres. Es verdad que es ingenuidad, la falta de experiencia es un hándicap para ellos, pero realmente el grueso de todo esto, está cometido y está padecido por los adultos en diferentes formas, estafas en inversiones y luego violencia digital a todos los niveles en delitos de expresión, acosos cometidos por adultos, entre adultos y luego los menores. Porque también, que lo que estábamos viendo, que antes no sucedía, es que tenemos gente cada vez más joven, es decir, autores de acosos y consumidores, por ejemplo, de pornografía infantil, yéndonos al plano de la gente joven, cada vez más joven. Antes era el perfil más adulto, ¿no? Un consumidor de pornografía infantil, un acosador, alguien de mediana edad adulta. Pero ahora tenemos chicos menores de 15/16 años, consumidores y acosadores y sexuales. Que utilizan las redes como como un lugar donde encontrar a sus víctimas.
Begoña: Claro, y fíjate eso que decíamos de sobre todo las personas mayores, que son mucho más que los menores que padecen esta violencia. Porque al final es una forma de violencia, también parten de la ignorancia. Y además esto es algo que tú citas en tu libro, nuestro peor enemigo es la ignorancia, el no conocer el material que tenemos entre manos, la tecnología, las redes, el hecho claro es que un 80% de los delitos que se comenten es por la ignorancia de la víctima.
Silvia: Sí, se podían haber evitado en su gran mayoría, salvo determinados hechos más concretos. Referidos a lo mejor a un 5 o 6%, todo lo que pasa por manos podría haber sido fácilmente evitable. No estamos hablando de ataques sofisticados, ni ataques de ingeniería social, ni engaños muy pergeñados ni complicados. Pero la gente enseguida, en cuanto tenga la mínima curiosidad, se embarcan en proyectos y en conocer gente, de forma que es que dices tú, es que esto en el mundo físico no lo haría nadie, o sea, nadie abrirá la puerta de un desconocido a esa comunidad, entonces no lo sé. Supongo que necesitamos un periodo de adaptación. Yo en principio tenía más fe en el ser humano y pensaba que iba a ser más corto, que iba a ser quizá un periodo de 15-20 años, pero vamos, llevamos ya 25 años con el cibercrimen. Y ves que la brecha digital cada vez entre el autor, el que comete esto y sabe que en qué campo se mueve y con qué herramientas cuenta, y la propia víctima cada vez es mayor. Cada vez, ves gente muchísimo más perdida a todos los niveles. A nivel usuaria, a nivel profesional y gente que son los que cometen estos hechos, muy informada, muy especializada que estaba perfectamente como burlar y como dejar o evitarse ser investigado.
Begoña: Oye, y ¿qué mecanismos usan? Silvia, ¿Qué mecanismos utilizan para atraparnos en la red?
Silvia: Pues depende del hecho, depende de las intenciones. Básicamente el juego entre comillas que nos traemos los criminales, los malos y los policías, los que hacemos este tipo de investigación es llegar a una identidad, porque al final pues nosotros navegamos, con determinadas máquinas y con determinadas conexiones. Esto en el mundo físico sería traducible a podernos poner una capa invisible y a poder ir por la calle haciendo lo que quisiéramos, robar, amenazar, insultar, pegar con una capa de invisibilidad, pero en este caso las conexiones a través de las cuales navegamos se pueden analizar. Hay herramientas que, por motivos para evitar censuras, para evitar cosas, no con uso malicioso, lo que pasa que permiten ese uso malicioso. Podemos evitar que nuestras conexiones salgan o se vean como navegamos en la red. Podemos utilizar herramientas de carácter digital que nos permiten actuar en nombre de otras personas, utilizar documentación falsa para dar de alta o contratar servicios en Internet, cuentas bancarias, cuentas de líneas de teléfono, darte de alta en redes sociales haciéndonos pasar por quien queramos, porque es muy fácil obtener documentación de personas, entonces es usar una capa de invisibilidad, bastante elevada y es muy fácil de hacerlo.
Begoña: Y tienen un conocimiento extraordinario, de los mecanismos y de las redes para atraparnos de la manera que deseen. Se puede llevar la seguridad del mundo físico a la red.
Silvia: Es diferente, yo creo que debemos tenemos que cambiar el concepto. Todavía ese. El problema de Pens. Que hay analogías entre el mundo físico y el y el digital es que es completamente diferente. Lo que lo que te comentaba, hay una cosa muy importante y es que un hecho criminal, no un delito, cualquier hecho de carácter criminológico se puede cometer en cualquier parte. Nosotros hablamos ahora de malos, pero hablamos de malos que están en cualquier parte del mundo. Que, si nos entraban a robar en casa o nos pegan, sabemos que ahí el que comparte espacio con nosotros o que nos acecha ha entrado, o ha compartido espacio físico con nosotros, pero es que el problema es que muchas de las personas que cometen estos hechos ni siquiera se encuentran en nuestra judicial, en nuestro territorio nacional y por lo tanto son ciudadanos que no son identificables o que actúan desde otros países, con lo cual la dificultad de llegar a ellos es aún mayor. Y luego pues que cuentan con herramientas digitales con las criptomonedas, páginas web o pueden inventar cualquier empresa y publicarla en Internet de cualquier parte. Entonces es que no es trasladable. Yo creo que todavía el usuario, el que desconoce o quiere desconocer, porque también parte de esa innovación es que prefiere no saber.
Begoña: Si es voluntaria, sí.
Silvia: Porque al final alguno me dice, es que yo cuando empiezo a leer o escucho, veo que me empiezo a agobiar, por qué veo que hay muchos riesgos, pero esto es como pensar que hay mucha inseguridad ciudadana en la calle y decir, bueno, pues yo salgo con ojos cerrados. De reconocer el peligro que es fácilmente vital. Si al final, como yo digo, es muy, muy fácil tomar precauciones medidas para evitar caer en manos de este tipo de gente, lo que pasa que es la gente todavía no es consciente de que a ellos les puede pasar, piensan que estando en su casa que están seguros, no. Que digo yo bueno, si no hago nada malo, ¿qué me puede pasar?
Begoña: Sí, vamos a centrarnos en los menores, hay una afirmación tuya que a mí me parece fantástica. Tener un dispositivo es un regalo, no un derecho para los menores. Y esto sí que hay que aclararlo, porque ahora ya parece que es un derecho y una obligación por parte de los adultos darles a los menores un dispositivo y tienes toda la razón. Es un regalo que les hacemos, no una obligación ni un derecho que ellos tengan.
Silvia: Claro, a ver, es un dispositivo. Es verdad que la conexión a Internet prácticamente hoy en día, cualquier joven y cualquier menor, pues la utiliza para entretenerse, para divertirse, para hablar con sus amigos, para jugar le dan muchos usos, oye, uso cotidiano que son perfectamente entendibles. No quiere decir que hagan un uso negativo. Pero el hecho de que el vecino, el amigo o el familiar lo tenga porque los padres lo hayan decidido así, no quiere decir que yo lo tenga primero porque los dispositivos informáticos son muy caros. Yo recuerdo vamos, si yo hubiera tenido que juntar todas las pagas, que es para mí, hasta los 18 años no me hubiera comprado un móvil, ya simplemente no te cuento ya tener conexión a Internet, tener la conexión pagada. Y luego otro tipo de privilegios, por lo tanto, es un regalo el tener un dispositivo. Y luego el hecho de que bueno, pues el hecho que lo tengan los demás es igual a cuando nosotros salíamos por ahí y había padres que permitían a sus hijos estar hasta las 2:00 de la mañana y otros que decían que hasta las 12 y no era porque los demás lo quieran, sino que, en cada casa, pues dependiendo de los niños, dependiendo de su madurez, de su grado de responsabilidad, porque el niño es más responsable que otro animal. De su sexo, de muchas cosas que los padres son los únicos que pueden evaluar esas circunstancias en su casa para saber si un menor debe tener ya su dispositivo propio o determinados accesos o aplicaciones que quizá no sean todavía pues adecuadas para su edad, ¿no?
Begoña: Claro, además es que son dispositivos que les conectan con cualquier parte del mundo, con cualquier sector, con cualquier red social, porque claro, hay una conectividad creciente en los dispositivos y ahí lo llevan todo. Llevan el WhatsApp, Facebook, Twitter, Instagram, Tiktok y pueden además crearse identidades para acceder a redes para las que ni siquiera tienen edad. Claro, esos dispositivos son para conectarse con lo que quieran.
Silvia: Sí, yo creo que los padres a veces olvidan que conocen que Internet es un mundo adulto que no ofrece limitaciones, no ofrece cuando un joven está con Internet, si en casa no le pones límites y no le dices el tiempo que tiene que estar conectado, ¿qué páginas puede consumir? ¿Cuál es no? ¿De qué forma tiene que estar en Internet? ¿qué aplicaciones puede tener? Si no pones esas limitaciones, él va a consumir cualquier tipo de información, la que quiera, de carácter violento, de carácter sexual, de adultos… al fin y al cabo, contenidos que les puedan perjudicar. Pero bueno, al final contenidos que para los cuales no tienen una madurez para asimilar realmente lo que implica. Bueno, pues ven en el Internet modelos que seguir, que referentes a que imitar, si lo hace un adulto, pues no puede hacerlo un joven. Es más, mi idea, como tengo acceso a Internet y aprendo mucho y veo muchos vídeos de no sé quién, pero ya son muy maduros, ¿no? Eso es algo que dicen los niños, que años crees tengo. Soy más maduro, me doy más cuenta de cosas. Bueno, es verdad que tienes acceso a información que hace muchos años no teníamos acceso, pero no por eso eres realmente responsable o maduro como para entender que implica eso que estás consumiendo o qué estás haciendo. No, no tienes esa madurez.
Begoña: Has dado una clave muy importante, Silvia, los adultos desconocemos, y es cierto, muchos adultos desconocen los riesgos de la vida online y eso les hace muy difícil advertir a sus hijos y a sus hijas de los peligros con los que se encuentran, porque ellos mismos los desconocen.
Silvia: Claro lo que comentábamos antes, que el 98% de los hechos que se denuncian son víctimas adultas, o sea, que ellos son los primeros responsables y referentes que hay en casa de lo que se debe o no se debe hacer. A ver, si tienes a unos padres que te están diciendo no te puedes pasar 3 horas en Internet y resulta que está tu padre, tu madre, constantemente publicando cosas en Internet, porque a ver los adultos, perdemos o invertimos mucho tiempo en la playa, muchísimos adultos que están constantemente haciéndose vídeos, fotos, publicando su vida y que son los influencers en su casa. O sea, ¿qué me estás contando? A ver si tú tienes redes sociales. Si te veo publicar, si tú eres la primera o el primero te pone fotos con las amigas y no sé qué, por qué no voy a poder hacerlo y, tú no haces algo malo, ¿no? Pues por qué no puedo hacerlo yo. Entonces los primeros que en muchos casos piensan que los padres, sobre todo no sé deben pensar que sus hijos aprenden cosas sobre Internet, pero claro que un niño o una persona joven sepa grabar vídeos en Tiktok. Yo luego no voy a reparar a un chaval de 13 años a que me haga un Tiktok porque seguro que pierdo. Pero claro, una cosa, es estar al día de lo que hay en Internet y de las modas y de hacer bailes. Y otra cosa es saber qué implicaciones tiene las publicaciones que tú haces en tu día a día. ¿Y los adultos? Pues no nos tienen que dar ninguna lección y ahí es donde sí que tenemos que estar los adultos dando lecciones a los menores.
Begoña: Claro, oye, ¿y qué pasa si los menores van metiéndose en todas las redes sociales navegando por la red sin brújula? Porque como no hay nadie que les oriente, pues van aprendiendo un poco sobre la marcha. Esto los va a llevar a ser todavía más vulnerables cuando sean más jóvenes o incluso en la edad adulta, porque han aprendido a hacer cosas, pero tampoco han sido conscientes de los peligros que eso entraña, o sea, que van un poco sin red.
Silvia: Haga lo que haga no soy consciente, si es que nadie les enseña. El cole no tiene asignaturas de ciberseguridad y los y las menores no hablan de ciberseguridad. Lo primero que te preguntan es si se puede saber cuántos mensajes privados con fotos de carácter personal o íntimo mandan, que si puedes saber quiénes son, que si tienen un perfil, que si puede saber cuántos perfiles tienen, que si sus padres lo pueden saber. Ellos lo que buscan es siempre estar ahí al límite, ¿no? A buscar sus emociones, sus experiencias. Por lo tanto, qué pasaría si tú dejas a un niño joven o a un niño pequeño en un centro comercial y dices puedes comer lo que quieras, aquí no va a por pescado, no va a por pollo, ¿verdad?.
Begoña: Pues seguramente que no.
Silvia: Se va a ir a por las chucherías, a por la bollería. Aquello que a todos nos gusta, pero que sabemos que no podemos consumir, porque a la larga, pues nos va a traer problemas. Pero si no le dices a tu hijo, Oye, no comas donuts todos los días porque vas a tener colesterol con 19 años. A ver, pues con Internet pasa lo mismo, o sea, el problema de todo esto de Internet es que no generan una alarma social, no hay esa percepción del miedo y del peligro tanto como si te dicen que en tu barrio están robando o que está habiendo agresiones sexuales, no se percibe ese miedo. Entonces, como no se percibe físicamente, piensas bueno, a mi hijo tampoco le va a pasar, esto es una cosa de otras familias, ¿no? O de niños que son muy responsables, pero es que no es una cuestión de responsabilidad de tu hijo. O si no le pones ningún tipo de límite, va a consumir aquello que le apetezca y al punto de que le llama la atención que le estimule o que no le parezca peligroso, que le genere endorfinas. Va a estar conectado, jugar, conocer gente, estar al límite porque es algo que le va a pedir el cuerpo. Entonces ahí tenemos que estar los adultos para decirles, mira, esto está muy bien cuando seas adulto, en el momento, cuando seas joven, que sepas que esto no.
Begoña: Se puede hacer claro, oye, tú que eres favorable se pueden utilizar herramientas de control parental.
Silvia: Sí, claro, a ver son limitaciones de carácter técnico, son limitaciones que te pueden ayudar en un momento dado a que, si le dices, por ejemplo, oye, no voy a estar más de 1 hora en Internet o en YouTube al día, ¿no? pues estas herramientas te permiten que ahora pues directamente el dispositivo, se acabó tu tiempo de conexión, o has estado media hora en WhatsApp, o sea, hubo tu tiempo de WhatsApp ya hasta mañana. O sea, son unas limitaciones de carácter técnico que nos pueden ayudar a relajarnos en esa supervisión y en esos controles. Pero que sepamos que esto es como todo, ellos saben perfectamente cómo evitar, incluso que esas herramientas funcionen, desinstalarlas, inactivarlas, a utilizar otros dispositivos en casa que pensamos que no puedo utilizar otras tabletas o nuestros propios móviles. Ellos saben que, si quieren ver contenido de adultos que no le permitimos, van a coger nuestro móvil o pues mientras estamos distraídos, pues viendo la tele, trabajando, cocinando, yo qué sé, entonces tenemos que saber que ahora hay niños más responsables, que respeten las normas. Otros que de vez en cuando se las saltan.
Begoña: Lógicamente volvemos a una de las claves, que los adultos aprendamos también a manejar todas estas herramientas y el comportamiento. El comportamiento de los seres humanos es un punto clave en la ciberseguridad y hay algunos ejemplos de cómo nos comportamos, por ejemplo, el sharenting. Estamos acostumbrados a ver la vida de muchos niños y niñas prácticamente desde que nacen e ir conociendo cada etapa de su desarrollo, su centro escolar, dónde están de vacaciones. Los vemos desnudos en la playa, los vemos bañándose, los vemos en su centro escolar, mostramos absolutamente todas las etapas de la vida de nuestros hijos sin consultarles, claro que sí, porque nos parece que es maravilloso enseñar la vida de nuestros hijos, pero esto puede tener unas consecuencias muy importantes en la vida de nuestros hijos y de nuestras hijas, ¿no? Y es, como decíamos, una clave, ese comportamiento que estamos teniendo nosotros es una clave importante dentro de la ciberseguridad.
Silvia: Sí, a veces es un aspecto que yo no comprendo personalmente. No comprendo por qué los adultos comparten determinadas cosas de su vida que, sinceramente, no le interesan a nadie, aunque ellos piensen que somos el centro del mundo, que somos superguays o que vamos, no sé, qué somos guapísimos y demás que puedan pensar sin ser una persona pública o yo qué sé alguien que tenga fans y que podamos ser el centro del aliado. Pero es verdad que a ver qué necesidad tienes tú de dejar que tus hijos los expongas desde pequeños. A ver, es que qué necesidad, que objetivo pretendes con eso, o sea, qué vas a ganar. De verdad, ¿Qué es que en esos pequeños detalles al final lo que hablábamos antes de los referentes, o sea cuando tu hijo o tu hija tenga dentro de con 9 o 10 años suficiente edad, va a decir, mamá, ¿por qué has publicado todo esto de mí? Ahora vas a decir que yo no utilizo. No, que no cuelgue vídeos en YouTube, que no haga TikTok en o Instagram o historias en Instagram, si tú has estado aquí haciendo historias de que tenía 2 años. Esa es la cuestión, que estamos creando una huella digital desde muy pequeños. A veces pienso, hay determinados momentos en esta vida que se pueden disfrutar, cuando uno realmente disfruta determinados momentos se olvida de compartirlos online. Yo a veces, supongo que a lo mejor estás de acuerdo conmigo, que vivimos determinados momentos personales en los que no hay nada, no importa nada más que la propia vivencia.
Begoña: Eso es. Efectivamente, que hay que dejar fuera los dispositivos de grabación.
Silvia: Si estás pensando en, me voy a vestir de arreglar, para hacer una foto o si estás viendo un paisaje o estás viendo un viaje que hace mucho tiempo estás con gente especial y en ese momento piensas en a ver, puedes inmortalizarlo, ¿pero estás pensando en el móvil? Entonces realmente ¿qué es lo que te equivoca? La felicidad o el pensar en esos likes famosos que al final nos hacen ser tan adictos como cualquier menor a la aprobación social o a la necesidad de querer presumir dé de algo que o de una vida que bueno, que otros también llevan y que no exhiben.
Begoña: Sí, refiriéndonos un poco de nuevo al sharenting, las consecuencias que puede tener, pues un poco para que padres y madres que nos estén escuchando ahora Silvia, sepan que todas esas imágenes después pueden ser rastreadas por alguien que vaya a dar trabajo a nuestros hijos, por ejemplo, o que quiera cometer un delito o que incluso algunas de esas fotos que subimos y que nos parecen tan divertidas, tan bonitas o graciosas, pueden servir para que se ejerza bullying en el centro escolar sobre nuestro hijo.
Silvia: Sí, mi madre tiene un dicho que antiguamente decía “cuanta más información des a los vecinos, más vulnerable eres”, es decir, al final el que está en su calle o en su pueblo, yo vivo en un pueblo muy chiquitito de La Rioja, en un pueblito muy chiquitito, y al final, cuanta más información saben de ti los vecinos, más vulnerable eres, porque más expuesto estás a cualquier tipo de ataque, que la gente sepa que yo soy policía y que vivo en un determinado sitio, porque son sitios muy pequeños, me expone a mí que cualquier día alguien que quiera vengarse de alguien como yo, sepa dónde vivo y me puede hacer cualquier cosa. Entonces al final, el hecho de dar tanta información de carácter privado nos hace muy vulnerables. Primero, vamos a pensar en los malos, cuánta más información sepan de nosotros, dónde estamos, qué nos gusta, les va a ayudar a ellos a poder empatizar antes con sus víctimas. Si sabe a qué te dedicas, si sabes cuáles son tus intereses, si sabe qué es lo que te gusta mirar, al final buscando un punto flaco con una persona es empatizar con ella, ¿no? Y es esa información que damos en Internet le va a resultar súper provechosa. Y segundo, pues a nivel profesional igualmente no. Si saben qué intereses tenemos, les va a resultar más fácil llegar a nosotros. Luego también lo que comentabas, la huella digital, las empresas ya la están usando y lo van a hacer cada vez más, incluso las entidades bancarias. En otros países, como China o Japón, se lleva utilizando años, por ejemplo, para evaluar. El riesgo de una persona de impago, de prestaciones económicas o de hipotecas, se hace un estudio en redes y se valora, pues cuánto, qué nivel adquisitivo tiene, si es una persona que gasta, que no gasta, que adopta comportamientos de riesgo, etcétera. Entonces todos estos perfiles le van a permitir conocer procesos de selección de cualquier tipo, como trabajos, entidades de las que un día dependamos o cuya valoración dependa de esa de ese perfil y van a ir a las redes sociales, que no os quepa ninguna duda. En 20 minutos podemos engañar a alguien.
Begoña: Oye, y con todo esto, con todo lo que nos estás contando Silvia, y viendo que la mayor parte de padres y madres desconocen las herramientas que utilizan sus hijos, ¿no sería bueno que en los centros escolares hubiese una? En la que se hablase de navegación positiva, de ciberseguridad, de los peligros. Me parece que sería muy útil eso, ¿no?
Silvia: Sí, de hecho, hay por ahí alguna noticia de que se quiere incluir la ciberseguridad en los colegios y en los institutos. Yo hasta que no lo vea, no me lo creo. Es demasiado bonito para verlo, más que nada porque ahora las charlas que se dan de las fuerzas del Grupo de seguridad o alguien que simplemente va, pues siempre hablamos de que viene el lobo, pues unas diapositivas hablando de delitos. Al final, lo que hay que hacer es un uso positivo de Internet, que Internet es maravilloso, si es que es la mejor herramienta que podemos tener si es un mundo maravilloso. Soy yo ahora que me sigo formando, que digo que necesito cualquier cosa y ojalá hubiera tenido yo internet en el año 2000. Estas herramientas con el ansia que tengo de aprender son maravilloso, que la gente comparta. Vamos a enseñar a los jóvenes, desde muy jóvenes para qué sirve Internet. Las cosas positivas, porque las cosas negativas pues van a llegar al final, el que quiera hacer un uso o cruzar determinadas líneas, vas a ver que compartir información de carácter personal, compromete a un compañero y lo va a hacer a sabiendas queriéndole hacer daño, o sea, hablamos de la responsabilidad con 12 o 13 años. Sabemos perfectamente que, si compartimos una foto de carácter sexual de otra persona, sabemos que podemos hacerle daño, que le puede afectar. Los niños lo saben perfectamente. Con 12 años, 11 años, lo que es el bullying, lo que es el acoso y lo hacen por eso, porque conocen sus consecuencias y sus implicaciones. Entonces la ciberseguridad desde el punto de vista de que también oye, pues esto no lo puedes hacer, pero de un uso positivo, siempre construyendo. Oye, utiliza Internet para cosas buenas con un objetivo siempre y luego pues mostrando tus habilidades, tus cosas buenas, explótalo a tu favor, no de otros que te pueda comprometer de alguna forma.
Begoña: Silvia, ¿están suficientemente tipificados todos los delitos que se cometen en la red?
Silvia: Sí, delitos sobran. Lo que faltan son procedimientos y protocolos. Aquí, cada investigador tira por donde puede, utilizamos herramientas que tenemos a nuestro alcance, que son muy, muy pocas. Hay protocolos a nivel interno policiales porque si no sería un caos, pero con empresas de solicitud de datos. Tiempos que nos permitan agilizar determinadas investigaciones, hay que se eternizan a veces en peticiones de datos que te ponen infinidad de dificultades a la hora de trabajar, a la hora de investigar, que no hay un compromiso realmente a nivel judicial de compartir información con otros países o de requerirla en un tiempo a dar. Imagínate, para pedir ahora mismo una cuenta bancaria de algo tan fácil como que nos estafen desde cualquier otro país puede llevarnos 1 año, 2 años de recibir los datos. Entonces hay que establecer protocolos reales, vamos a dejarnos que también oye, de convenios, de protocolos, de papel mojado, de cosas que se hacen a nivel estratégico, que está muy bien también, pero vamos día a día, vamos al marco, a la denuncia del día a día, a la víctima que lo sufre y al investigador que está ahí con todo tipo de dificultades, porque en la práctica, hay que estar abordando esto de forma de forma eficiente.
Begoña: ¿Y cuáles son los delitos que más os estáis encontrando en estos últimos tiempos? Y no sé si han aumentado durante el confinamiento también y durante esta situación en la que hemos estado más pegados a las pantallas, qué es lo que está, por decirlo de alguna manera, de moda como delito en la red.
Silvia: O sea, a la gente se tiene que ganar la vida. Ahí lo que decíamos, es muy fácil de limpiar y muy fácil estafar a la gente. Entonces, ¿por qué me voy a exponer? Yo ya no me voy a ir a atacar a nadie. No me voy a ir a, no sé, a cualquier sitio a exponerme, cuando tengo páginas de segunda mano donde puedo decir que vendo 1000 cosas que luego no vendo. De esas, la estafa se lleva prácticamente un 70%. Y luego, hay muchos fallos de seguridad, de pérdida, de información, de ataque, de secuestro, de datos. Porque claro, al final el particular es el que más denuncia, el que sufre estafa que dice, mira, he comprado esto o he contactado con no sé quién y me ha pasado esto a nivel particular, pero luego tenemos muchísimos incidentes que se reportan a lo mejor por otros canales que no son los de denuncia nuestros. Que les pueden comprometer la seguridad, tanto de las empresas o de las instituciones como de los usuarios, que alojan sus datos y no se tienen datos sobre sobre eso, hay muchos datos que no se reportan, hay mucha cifra que no se denuncia, mucha brecha de seguridad en las empresas, entonces hay mucha cifra negra.
Begoña: Sí, sí, eso es. Ya ni supongo que incluso hay mucha vergüenza de ir a la policía a decir me han estafado o me ha pasado esto en la red. Porque esto pasaba en la vida real, digamos, me imagino que esa vergüenza de decir mira que me han timado. También se da en estos casos nos puedes dar, Silvia, algunos consejos de navegación positiva para que se los traslademos a nuestros menores.
Silvia: Por la opinión de saber que tener un dispositivo informático, hacer uso de él, ya sea de un móvil, una tablet o de los PCS que tenemos en casa, los ordenadores, como hemos dicho antes, no es un derecho, es una una posibilidad, pues que tenemos desde jóvenes y que tenemos que utilizar de forma positiva. Lo tuvimos que utilizar para construir cosas positivas o utilizarlo de forma, pues para aprender, para entretenernos siempre desde el punto de vista práctico y no pensar que tenemos un instrumento en nuestras manos para acosar, para hacer daño a terceros, para comprometer su vida o para hacerles daño, no, eso lo primero de todo.
Lo segundo, es que si navegamos tenemos que interiorizar que va a haber unas normas, nos van a poner unas normas, no tenemos un dispositivo así con libertad para hacer lo que queramos. O sea, hay contenidos que son acordes a nuestra edad, redes sociales que no podemos utilizar porque no tenemos edad para ella y porque hay gente adulta en ella. Nos van a permitir a utilizar determinadas aplicaciones y con determinadas limitaciones, y cuando tengamos edad para tenerlas. Podemos tener muchísimo tiempo de tenerlas, de cansarnos, de aburrirnos de utilizarlas.
El tercero, es respetar esas normas porque si respetamos esas normas, pues probablemente en casa los premian o con oye, pues dejándonos conectarnos más tiempo, pues estando más tiempo hablando con los amigos, etcétera. O sea, que el cumplimiento de esas normas y el asimilar que todo tiene su edad y todo tiene su momento, eso tiene que ser premiado en casa también.
Y por último, pues eso, no utilizarlo de forma negativa y si nos vemos en una situación como esa, que alguien está utilizando Internet para hacernos daño debemos tener la suficiente confianza con nuestros padres en casa para comentarles y para contarles lo que nos está pasando. Porque claro, nos pasa a nosotros, ni hemos tenido la culpa ni porque somos más jóvenes, porque que sepan los menores, la gente joven que los adultos sufren también situaciones de este tipo y que no por eso, si es más o menos culpable. Entonces son cuatro cosas que deben de tener. Fíjate que el otro día, una denuncia que teníamos de un padre porque le habían hecho suplantación a su hija, era la identidad y aparte de eso, denunciaba también que le habían mandado, pues unos mensajes de otro perfil desconocido de carácter sexual, intentando contratar a la hija que tenía 11 años. Tenía que irse al pádel. Le recojo la denuncia, pero que sepas que tu hija no puede estar en redes hasta los 14. Claro, o sea, una niña de 11 años que recibe fotos de un adulto de carácter sexual con propuestas sexuales con 11 años. Tu hija no tiene que estar y si tiene un perfil, tiene que ser un perfil que tú conozcas, configurado con tu correo y de las determinadas formas para que tú, si le ocurre eso, pues porque tu hija te lo ha contado o se ha asustado, pero si no te lo cuenta y decide quedar con esa persona o siente curiosidad, ¿qué hubiera pasado?
Begoña: Yo creo que después de esa charla, Silvia, deberíamos de ponerles casi casi deberes a los adultos que nos están escuchando. Primero, aprender a utilizar Internet, las redes y conocer un poco más de los foros por donde se mueven sus hijos y sus hijas. Y segunda, una propuesta que también te he leído y que me parece muy, muy interesante. Establezcamos un contrato familiar sobre el uso de los dispositivos. Es importantísimo, porque fíjate la cantidad de libertad que les das simplemente con el hecho de establecer un contrato.
Silvia: Sí, eso es algo, las palabras se las llevas viento siempre. Al final, es que tú me dijiste tal, es que yo te dije cuál, es que esto no es mentira porque me dijiste que para esto sí, que para esto no. Eso es un contrato. Un contrato que implique derechos y obligaciones por parte de las dos partes. Porque claro, si yo cumplo, si no cumplo las normas hay unas consecuencias, pero si con las normas tendrá que haber también un premio, por decirlo de alguna forma, entonces es algo que tenemos que negociarlo. Tenemos que negociarlo porque bueno, cuando salíamos y éramos más jóvenes, nuestros padres tenían la forma de o la posibilidad de controlarnos, porque sabían a qué hora entrábamos por la puerta. Obviamente teníamos que entrar, o sabían que nos llevaban a casa o quiénes eran nuestros amigos, porque nos veían venir o marchar con ellos o porque nos llamaban a casa y entonces decían, y este ¿quién es? Entonces te controlaban, pero tienen que asumir que en Internet es muy difícil controlar a los menores, es muy difícil lo que ellos están pensando, lo que decíamos antes, no es que esté siempre viviendo o buscando la forma de saltarse la broma, sino de experimentar y que es muy fácil hacerlo. Entonces necesitamos crear ese clima de confianza y acordarlo, consensuarlo, porque así pues por las buenas se consiguen más cosas que por las malas, ¿no?
Begoña: Claro que sí. Nos has dado muchísimas pistas, pautas, consejos que seguir y muchísima información sobre cómo afrontar el uso que nuestros hijos e hijas hacen de los dispositivos. Que estemos alerta porque los malos siempre están ahí, al acecho a la espera de un crimen también en la red. La ciberseguridad tiene que ser uno de nuestros objetivos y también encontramos todas estas cosas que nos ha contado Silvia en nuestros hijos en la red “50 cosas que debemos saber para una buena prevención digital”. Silvia Barrera es inspectora de la Jefatura de Policía de La Rioja. Es experta en el ámbito de la ciberseguridad. Ha sido premiada en múltiples ocasiones por su trabajo y es una de las mayores expertas que tenemos en España. Silvia Barrera Ibáñez, muchísimas gracias por haber estado hoy en este podcast, educación, ciudadanía y bienestar digital de PantallasAmigas. Silvia, muchísimas gracias. Un abrazo.
Silvia: Nada, gracias a vosotros, por vuestro apoyo y por vuestra amabilidad. Por dar esta visibilidad a este tipo de iniciativas y de labor de concienciación que es tan importante en los jóvenes hoy en día.
Begoña: Esperemos que el día de mañana todo este trabajo se vea reflejado en su madurez y que, seguro que se acuerden de vosotros, de todos esos buenos consejo que les dabais.
Silvia: Un abrazo, adiós.
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