Cada vez son más comunes los casos de docentes cuya imagen circula por Internet, acompañada de comentarios en las redes sociales online. A veces la víctima desconoce que la burla, la injuria y la calumnia se prolongan durante meses. «Estamos indefensos», se queja un psicólogo del sindicato ANPE.
Según datos de este sindicato de profesores este tipo de denuncias recibidas por el Defensor del Docente por ciberacoso se han multiplicado por tres. Todo suele empezar con una fotografía tomada a escondidas durante la clase que acaba publicada en una red social de Internet, a veces con montaje fotográfico añadido. Este hecho puede ser constitutivo de un delito contra el derecho al honor por el cual el docente podría acudir a los tribunales, y además clara causa de expulsión si acudiese a las normas de régimen interno del centro.
Suele suceder que cuando la víctima quiere tomar cartas en el asunto, el supuesto culpable ha eliminado dichas imágenes y con ello las pruebas desaparecen. Si el profesor o profesora afectado se ocupa de guardar pruebas del acoso (como recomienda el decálogo para víctimas de ciberbullying de PantallasAmigas), la cosa cambia bastante y la denuncia puede prosperar con mucha más facilidad.
Fuente: La Verdad