A pesar de que la popularidad de los videojuegos no deja de crecer día a día, son muchas las personas que aún conservan una visión negativa sobre ellos. Uno de los mayores tópicos que se escuchan todavía es que alguien que juega de forma intensiva a videojuegos es alguien sin apenas o con ningún tipo de vida social.
Nada más lejos de la realidad, al menos en la inmensa mayoría de las ocasiones. Algo que vincula al gamer con el mundo de los videojuegos es que esta forma de entretenimiento y ocio también es una buena forma de hacer vida social.
Los videojuegos han ayudado a muchos adolescentes a superar tiempos difíciles, han sido un canal de creación de amistades duraderas, siendo un punto crítico en el desarrollo de sus habilidades de comunicación. Han favorecido sus competencias para el trabajo, el trabajo en equipo y, en general, han supuesto una inspiración en diferentes aspectos de nuestra vida.
Cualidades prosociales en los videojuegos
Quien juega a videojuegos lo hace con, al menos, una persona, habitualmente alguien con quien comparte o forja cierta relación de amistad. Algo que impulsa a seguir jugando es poder vivir experiencias con gente a la que se conoce (o no) contra la que podemos “echar unas partidas” o con la que hacer nuestro dúo o premade para vivir aventuras en modo cooperativo. Estas experiencias se pueden desarrollar en juegos multijugador competitivos o juegos de aventura donde se deben superar pruebas con la ayuda de otros jugadores o jugadoras en juegos de plataformas o para derrotar a la IA (inteligencia artificial) que se presenta como jefe final.
Otra de las razones por las que los videojuegos son un entorno en el que crear relaciones y socializar es porque muchos de ellos son programados con características que recompensan la colaboración y la buena actitud entre jugadores.
Los juegos cuentan con características “sociales” programadas donde podemos agregar a las personas con las que hemos disfrutado jugando o conectar con quienes conocemos en persona para poder disfrutar juntos de una partida. Los juegos cooperativos recompensan el buen trabajo en equipo y la comunicación para superar retos debido a su diseño, donde jugar en solitario no vale para lograr el objetivo o vencer.
Los juegos multijugador masivos cuentan con toda una plataforma para realizar interacciones sociales, comercio, hermandades o clanes, y chats donde podemos expresarnos por escrito y mediante “emociones”. Gracias a estos recursos es posible mejorar la experiencia en los juegos y realizar actividades sociales.
Al margen de los juegos no violentos, también contamos con estas características prosociales en juegos más competitivos como los Shooters, en los cuales, mediante un buen empleo de los métodos de comunicación, se aprende sobre liderazgo, estrategia y empatía ayudando todo ello a obtener una mayor satisfacción del tiempo de juego.
Más alá del entorno conectado, no hay que olvidar los eventos, parties, campeonatos, clubes… esto es, otras actividades que buscan y requieren la presencia física de las personas participantes.
Quizás la mayor evidencia de la componente socializadora de los videojuegos es, por desgracia, que hay casos en los que, por las características concretas de la persona en un momento determinado, quedan atrapadas en un uso abusivo y, excepcionalmente, en una dependencia. Por ello, lo importante es la mesura. Para una persona con dificultades en sus relaciones offline este contexto puede ser de gran ayuda pero, por esas mismas circunstancias, hay que cuidar que no constituya un contexto único para su vida emocional y social.
Los videojuegos como lugares seguros de socialización y de relación
Andrew Fishman investigador por la Universidad de Chicago, publicó su trabajo bajo el título «Cómo los videojuegos ayudan a las personas a conectarse». En el que se afirma que los videojuegos ayudan a socializar a chicos y chicas tímidos o con problemas.
“Los niños necesitan hablar entre ellos, tener conversaciones, salir al mundo. Así es como se hacen amigos” afirman los padres. Sin embargo, para el investigador “Los juegos con los que crecieron no tenían auriculares ni micrófono”. En este caso, los auriculares son la clave.
Aunque los jugadores están físicamente aislados, pasan tiempo con amigos de la misma manera que lo hacen las personas cuando hablan entre sí por teléfono. El 77 % de los niños juega videojuegos online con amigos al menos una vez al mes.
También hay evidencias que sugieren que los videojuegos pueden ser un lugar seguro para experimentar interacciones sociales para personas vulnerables. Éstos incluyen: personas con autismo, personas con estilos de apego inseguros, gente tímida, personas con síntomas depresivos y personas con ansiedad social.
“Los videojuegos y otros espacios online son «seguros» para estas personas porque les permiten comunicarse cuando quieren, con poca o ninguna presión para responder de inmediato y sin necesidad de estar en el mismo espacio físico con los demás”.
Las conversaciones exitosas requieren una amplia variedad de habilidades que muchos dan por sentadas, como leer el lenguaje corporal, comprender el tono de voz, mantener el contacto visual y comprender y responder rápidamente a la información. “Los videojuegos online pueden permitir a los jugadores hablar con otros y hacer amigos en su nivel de habilidad actual, incluso cuando no son emocional o físicamente capaces de salir de sus casas”. Esto puede ayudar a desarrollar las habilidades y la confianza necesarias para probarlo en persona.
De hecho, la Dra. Rachel Kowert, psicóloga especializada en el comportamiento en videojuegos que, además, es directora de Take This (una ONG que reduce el estigma y aumenta el apoyo a la salud mental en los videojuegos), publicó a finales de 2018 la siguiente investigación. “Se ha demostrado que muchas personas que se conocen mientras juegan online terminan pasando tiempo con esas personas”. “Para algunos, los videojuegos permiten mantener los lazos de amistad, colaboración y competencia de una forma multifacética”. Este es un motivo de celebración para los padres de jóvenes que de otro modo estarían socialmente aislados.
Sin embargo, no hay que perder de vista la facilidad que ofrecen los videojuegos online multijugador para conocer y quedar con nuevos amigos en persona. En este tipo de encuentros, primero mediante chat o videochat privados para más tarde concretar un posible encuentro real, las y los jóvenes se exponen a ser víctimas de casos de grooming o sextorsión.