El día de ayer quedará marcado en el calendario como un día triste para Internet. Tras dos años de duras negociaciones El Parlamento Europeo respaldó el acuerdo provisional sobre la reforma del copyright por 348 votos a favor, 274 en contra y 36 abstenciones. Este es el penúltimo paso para que se confirme la reforma, a falta de que cada país la adapte a su legislación nacional en un plazo de 1 a 2 años.
David Bravo, abogado especializado en derecho informático y propiedad intelectual ya el día anterior a la votación no auguraba un buen desenlace, cuando escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter «Mañana se votará -y probablemente se aprobará- la Directiva de Copyright más restrictiva de la corta historia de Internet». Por otro lado, desde Bufet Almeida utilizaron términos como «censura algorítmica». Es la conclusión de la mayoría de juristas especialidados en tecnología y propiedad intelectual sobre la nueva ley de copyright.
Pero, como se puede ver en las votaciones, no todo el mundo está en contra de esta directiva. El vicepresidente de la Comisión y responsable de Agenda Digital, Andrus Ansip declaraba lo siguiente: «Es un gran paso adelante. Acaba con la fragmentación y es un paso clave para completar el Mercado Único Digital. Por primera vez, la UE tiene reglas comunes claras sobre la explotación del patrimonio cultural, datos y textos».
Artículo 13 (ahora 17) y Artículo 11 (ahora 15)
La polémica nació con los primeros borradores del artículo 13. YouTube inició una campaña pública bajo el lema #SaveYourInternet alertando de que, si se aprobaba en esos términos, le obligaría a «bloquear millones de vídeos» de su plataforma. La propuesta del artículo 13 hacía responsable a YouTube de los contenidos que los usuarios subían a la plataforma, incluidos los que pudieran infringir derechos de copyright. Es el llamado «acto de comunicación al público«.
Por otro lado el artículo 11, el «link tax», exigía a páginas web que utilicen extractos de noticias con fragmentos significativos a un pago en concepto de «impuesto» por el uso de ese contenido. En España es un viejo conocido ya que se intentó establecer sin éxito bajo el nombre de canon AEDE, el cual resultó en España el cierre de Google News en en 2014.
Una de las claves de la votación ha sido que se rechace votar las enmiendas, lo que hubiera permitido sacar los peligrosos artículos 15 y 17 (antes 11 y 13) de la Directiva. #StopCensuraCopyright
Esta votación se ha perdido por sólo cinco votos de diferencia. pic.twitter.com/Ww0J4v2ODE
— PDLI (@PDLI_) 26 de marzo de 2019
¿A quién beneficia?
Sin duda al ‘lobby’ de los dueños de derechos de autor, ya que «se impone unas obligaciones a las tecnológicas sin tener en cuenta si la tecnología está lista o no o si funciona y es efectiva o no. Y claramente ni está lista ni es efectiva», explica Sergio Carrasco, abogado especializado en Internet.
¿A quién afecta?
Se estima que cada minuto se suben unas 400 horas de vídeo a la red, muchos de estos vídeos permanecerán bloqueados de forma preventiva hasta que el creador demuestre los derechos que tiene sobre ellos.
Los efectos que tendría esta sobreprotección limitaría los contenidos, sobre todo, afectaría a aquellos que utilizan material adicional con copyright, contenido que no haya sido exclusivamente grabado por ellos mismos: por ejemplo, los gameplays (partidas de videojuegos grabadas y retransmitidas en la red) en YouTube, Twitch… ya que tienen imagenes que pertenecen a marcas de videojuegos. También afectaría a plataformas como TikTok, Snapchat… con la retirada de vídeos que utilicen covers de canciones con melodías registradas. Facebook, Instagram, Tumblr, Flickr y cualquier red social de fotografía, tampoco se libra de las limitaciones: deberemos decir adiós a las fotos que subamos donde se muestre, por ejemplo, la carátula de un libro, DVD o cualquier tipo de figura con derechos que aparezca en las imágenes.
En YouTube existen miles de vídeos que utilizan copyright, muchas veces para crear contenido educativo, para muchos creadores supondría un adiós a parte de su audiencia, podrían seguir viéndolos desde Latinoamérica o Estados Unidos, pero desde España sus vídeos estarían bloqueados. Esto también afecta a los consumidores, los países miembros de la Unión Europea quedarían aislados de contenidos de millones de creadores en el mundo.