Es una pregunta recurrente que lanzan las familias que están resistiendo la presión social y de sus hijos preadolescentes para proporcionar ese primer teléfono inteligente tan añorado como delicado ¿a qué edad le puedo dar el primer móvil?

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¿A qué edad le puedo dar el primer móvil a mi hijo?

Buscando la pregunta adecuada e identificando variables

La pregunta que debemos hacernos no debería ser “¿a qué edad le puedo dar el primer móvil a mi hijo?” sino “¿cuál es la mejor edad para que mi hijo tenga su primer móvil?” Esta cuestión, a su vez, debe transformar en otra “¿qué momento es el más adecuado para entregar el primer móvil?” y, por último, en la definitiva “¿en qué momento vamos a estar preparados para acompañar de manera adecuada a nuestro hijo cuando le entreguemos un móvil”.

Así pues, ese momento no se determina únicamente en función de su edad sino que incluye además el factor del acompañamiento parental. En definitiva, hay que analizar cada uno de esos dos factores y estimar cuándo, juntos, bien sumen o resten las aportaciones, reúnen las condiciones adecuadas para ese momento.

Por un lado, la edad de nuestro hijo o hija debe entenderse como un parámetro de madurez, oportunidad y necesidad. Por otro, el acompañamiento parental habría de entenderse al menos en función de dos factores, la capacidad y la dedicación.

En conclusión, la pregunta definitiva sería más bien “¿cuándo la familia está preparada (sabe lo suficiente) y dispuesta (va a dedicar el tiempo necesario) para dar un móvil a su hijo acompañándole de forma adecuada (en función de sus características)?”.

Habiendo concluido que hay dos factores, uno a cada lado de la ecuación, podemos analizar otras cuestiones también relevantes como, por ejemplo:

  • Las competencias digitales de nuestro hijo, que no se deben dar por supuestas. Que tenga las capacidades y habilidades suficientes no se debe dar por supuesto. ¿Sabrá mi hijo manejarse de forma solvente y prudente?
  • La relación y la comunicación entre padres e hijos, con frecuencia compleja, que cobra singular relevancia en esa labor de mediación. ¿Tenemos una comunicación medianamente fluida y de confianza?
  • El carácter, la personalidad y el contexto relacional de los menores, más allá de la madurez, necesidad u oportunidad asociables una edad determinada. Mi hijo… ¿es impulsivo? ¿es prudente? ¿es asertivo o muy susceptible a la presión de grupo? ¿es crítico, es empático? ¿para qué tiene previsto usar el móvil?

En definitiva, es comprensible que busquemos una referencia concreta y objetiva como es la edad. Así se hace para cosas tan importantes y variadas como el consentimiento sexual o el derecho al voto, reguladas por Ley. Sin embargo, la potestad de entregar un móvil es nuestro derecho y responsabilidad como padres. Se trata de un tema complejo como complejo es salir al mundo que nos abre el espacio digital aprovechando sus oportunidades y sorteando sus retos.

Sabiendo que no se trata exclusivamente del momento sino también de la forma en que se inicie ese camino debemos, no obstante, valorar los riesgos que afrontamos si nos precipitamos o si nos demoramos en exceso. O, dicho de otra manera, qué consecuencias puede haber si nos adelantamos o nos retrasamos el momento en que se dan las condiciones de intersección de esos dos factores (su edad y condicionantes y nuestra capacidad y estilo de supervisión).

¿Qué puede ocurrir si se proporciona el móvil DEMASIADO TEMPRANO?

Si no se dan las condiciones adecuadas, nuestros hijos e hijas se verán expuestos a los rigores de un entorno para los que no está preparado ni acompañado para responder debidamente: contenidos ilegales, nocivos o engañosos que le pueden afectar de manera intensa, violencia por parte de otras personas incluyendo la sexual, estafas, suplantación de identidad, pérdida de privacidad… Quién sabe si incluso puede cometer un delito por error, ignorancia o negligencia. En este momento prematuro hay que destacar también la posibilidad del sobreuso que, de instalarse tan temprano, puede tener consecuencias especialmente dañinas.

¿Qué puede ocurrir si se proporciona el smartphone DEMASIADO TARDE?

Se trata de acompañar para instruir, influir, supervisar, generar confianza… con el objetivo de que nuestros hijos adquieran una autonomía progresiva sin afrontar riesgos excesivos o innecesarios. Si esta labor de mediación se inicia en una edad más avanzada, cuando los adolescentes buscan su autoafirmación alejándose de la influencia de sus padres, es lógico que tengamos menos oportunidades y éxito para realizar la mediación. Por otro lado, si el entorno relacional de nuestro hijo establece como esencial el móvil como canal de comunicación, puede producirse cierto aislamiento no deseable. Por último, los usos y costumbres a ciertas edades son diferentes y salir a ese contexto con falta de pericia o experiencia con respecto al entorno compartido puede no ser lo más deseable.

¿Qué SÍ debemos tener siempre en cuenta?

Hemos hablado de necesidades, oportunidades, capacidades, deseos… sin embargo debemos tener siempre presente que la única referencia que no se debe perder nunca es el fomento de su pleno bienestar. Como padres, madres o tutores legales tenemos esa obligación, pero es que, además, y aunque pueda parecer contrario a sus deseos, es su derecho.

Por otro lado, y en el marco de los derechos de las personas menores y de las obligaciones de sus padres, tutores o guardadores legales, debemos considerar también que los menores de edad no son solamente sujetos a proteger sino también personas con derechos que deben ser especialmente protegidos. Así, nuestros hijos e hijas deben ser protegidos, sí, pero también tienen derecho a que su voz sea escuchada y a que les ofrezcamos las oportunidades que tiene la tecnología para su pleno desarrollo.

Es cierto también que en ocasiones garantizar unos derechos y otros no es viable, y no queda otro remedio que elegir o bascular.

Por último, hay que tener claro que echar algo para atrás va a ser muy complicado y trabajoso. Los pasos, medidos y pequeños. Es una carrera larga en la que no hay coche escoba para ayudar a quienes se desfonden. Afrontamos como responsables retos importantes con esta decisión, también ligados a la responsabilidad legal.

¿Qué NO debemos tener en cuenta?

Quizás sin darnos cuenta o porque preferimos no pensarlo, hay tres elementos que nos pueden influir, y no deberían, a la hora de adelantar ese momento de llegada del primer móvil.

  • Un factor tiene que ver con la presión social. Parece que todo el mundo tiene y que mi hija no va a ser menos porque, además, no vaya a ser que sea estigmatizada… ¿de verdad? Es cierto que, por otro lado, hay que ser realista y surfear la ola, pero esto tampoco implica arrojar la toalla.
  • Otro aspecto que influye es la presión de nuestro propio hijo, nada desdeñable, que puede haberse mantenido durante años. Es duro, sí, pero el hecho de que insista sobremanera no vuelve la decisión menos importante. Y no siempre es cierto que “todo el mundo lo tiene” ni que “vaya a quedar aislado”. Hay alternativas para la comunicación, tanto en plataformas como en dispositivos.
  • La llegada de una oportunidad o excusa como puede ser poder hacer un regalo con motivo de una celebración o un cumpleaños es el tercer aliado de esa entrega prematura del móvil. Hacer ese tipo de regalos es muy egoísta, por caros que resulten, vengan de quien vengan.

Finalmente, las excusas con las que nos autoconvencemos o justificarnos son otro enemigo. Desear, ya no digo necesitar, saber dónde está mi hijo o comunicarme con él en cualquier momento no es motivo suficiente, ni sumado a otras supuestas razones. Hay alternativas.

 

Otras cuestiones a considerar

  • No tiene que ser blanco o negro, no es conveniente pasar del nada al todo.

La primera cuestión en materia de mediación es cuál sería la forma en que la entrega de un móvil propio no supusiera el uso libre e indiscriminado de este sino, muy al contrario, algo gradual que permitiera, entre otras cosas, una tutela adecuada.

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  • No tiene que ser un modelo avanzado.

No es una cuestión únicamente de precio, es de criterio. El nivel o gama del terminal siempre podrá crecer, pero será difícil de reducir. Por ello, establezcamos un nivel de partida sostenible y adecuado. Además, los modelos más golosos pueden llegar a llamar la atención de personas que podrían darnos un susto desagradable.

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  • Se debe proveer con una configuración inicial adecuada.

El móvil es un dispositivo que, además del acceso a Internet, pronto se carga de unas cuantas aplicaciones básicas. Prestar atención a sus configuraciones de inicio es tan importante como mostrar la relevancia que tiene esa práctica.

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  • Hay que asegurar pautas de privacidad y ciberseguridad básicas.

Más allá de las configuraciones de base nos encontramos con procedimientos y prácticas que son fundamentales para la autoprotección empezando por un buen antivirus y un manejo eficiente y seguro de las contraseñas.

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Finalmente ¿a qué edad suele corresponder ese momento de intersección?

En los gráficos adjuntos podría deducirse que los 13 años puede ser una edad adecuada en las condiciones concretas: adolescente responsable, juicioso y competente que cuenta con un acompañamiento capaz y dedicado.

Esto quiere decir simplemente eso, que se deben cumplir al menos esas dos condiciones para que la suma supere el umbral necesario. Si falla alguna de las partes sin ser compensada suficientemente por la otra, habría que retrasar el momento, esto es, aumentar la edad. Si por el contrario una de las partes es particularmente adecuada, si la otra no falla podría adelantarse ese momento, esa edad. En definitiva, antes no siempre es inadecuado ni después es siempre demasiado tarde, pero sí podríamos decir que es así en la mayoría de las familias.

Edad estimada para el primer móvil

Edad estimada para el primer móvil – Fuente: Pantallasamigas.net

En el gráfico adjunto se trata de representar ese momento de intersección de dos líneas que siempre se cruzan en un momento que depende de la pendiente de cada una de ellas, definida a su vez por su mayor o menor nivel de adecuación.

 Escrito por Jorge Flores Fernández @JorgeFloresPPAA, fundador y director de PantallasAmigas.