El público joven al que se dirige Snapchat mayormente, con un 23% de adolescentes de entre 13 a 17 años y un 37% de jóvenes entre 18 y 24, ha crecido acostumbrado a los videojuegos y el ocio digital. No es de extrañar que su red social preferida haya optado por gamificar la experiencia incluyendo elementos, mecánicas y características de los videojuegos para potenciar la motivación y fidelización dentro de las interacciones y experiencias que viven en su plataforma.
Jugar y divertirse con tus amistades, una práctica saludable tanto para niños y niñas como para personas adultas, es algo que desde las primeras conexiones de Internet ha existido, siempre ligado a videojuegos. Muchas herramientas y servicios online han intentado incorporar el juego para hacer más entretenidas las interacciones, pero fue Snapchat quien acertó en la diana incorporando el elemento perecedero de sus contenidos. Medida que además de mejorar la seguridad y privacidad de la app, es también una regla que convierte en la experiencia en más espontánea y lúdica, alejándose de la grandilocuencia, el postureo, y el “photoshopeo” excesivo de otras redes sociales como Instagram o Facebook.
A diferencia de otras redes sociales que potencian el número de personas que te siguen, Snapchat añade una puntuación muy apreciada especialmente por niños y niñas. Una puntuación que aumenta en base a los snaps enviados y recibidos, especialmente cuando se logran los llamados “streaks” o ráfagas: una concatenación seguida y bidireccional de snaps entre dos personas.
La experiencia se complementa con elementos que contextualizan los contenidos compartidos a través de filtros, efectos visuales, emojis, insignias geolocalizadas o relacionadas con eventos en los que hay que estar físicamente. Snapchat también cuenta con trofeos y permite la creación tanto de tus propios emojis como de geofiltros previa aprobación de la propia red social. Todo esto se ofrece a través de una interfaz que requiere de gestos para interactuar de forma intuitiva, inmediata y eficaz, convirtiendo la experiencia en casi un videojuego. Snapchat es tan entretenido que muchas personas que lo utilizan reconocen que sienten que están jugando.
¿Una nueva brecha generacional? Un juego no apto para personas adultas
El equipo de Snapchat parece haber diseñado la herramienta de tal forma que padres y madres no lo tengan fácil para compartir contenidos sobre sus hijos e hijas. Las personas adultas encuentran complicado entender el funcionamiento de esta herramienta y encontrar a sus descendientes en ella, reduciéndose así las probabilidades de que algún familiar ponga en apuros a niños y niñas. Los y las más pequeñas usuarias de esta red social sienten que han encontrado ese patio de recreo digital donde pueden mostrarse abiertamente lejos de las miradas indiscretas de sus familiares u otras personas que no forman parte de su círculo de confianza.
Al ofrecer una experiencia cuasi-privada, ser audiovisual y fomentar tanta interacción, Snapchat provoca mucho consumo de datos en los smartphones, por lo que la app también está en el centro de diversos conflictos dentro de las familias.
Estar en Snapchat para acompañar a hijos e hijas
Snapchat ha dado en la diana y ahora todas las demás redes sociales se apresuran a copiar su mismo enfoque y estrategia. Hace tres años Snapchat rechazó una oferta de compra por parte de Facebook de 3000 millones de dólares, y según la revista Forbes, en febrero de 2016 la empresa estaría valorada en 19.000 millones de dólares. Lejos de dormirse en sus laureles, Snapchat sigue mejorando su herramienta y ofreciendo cada vez menos excusas para usar otras redes sociales y programas de mensajería instantánea. Su última funcionalidad permite realizar llamadas y videollamadas, y tratan de convertirla en el eje central de las relaciones sociales en Internet. Tarde o temprano, quienes no se hayan sumado a Snapchat acabarán haciéndolo, así que para quienes se vayan a animar a crear una cuenta en Snapchat, un consejo básico: aseguraos de elegir un buen nombre para Snapchat divertido ya que a diferencia de Instagram, no es posible cambiar el nombre, y una vez que lo pruebas, no hay marcha atrás.
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