Historias de menores de edad que chatean con desconocidos sin intuir el peligro de que tras la nueva ciberamistad se esconda un pederasta se producen a diario en todo el mundo. Los expertos coinciden: el grooming está surgiendo con fuerza en los últimos años. Se trata del «conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de Internet con el fin de obtener concesiones de índole sexual», aclara a ELMUNDO.es Jorge Flores , director de la iniciativa PantallasAmigas.
Se calcula que sólo se denuncia un 1% de los casos. Recientemente, el fiscal de delitos tecnológicos de la Fiscalía de Barcelona, Roberto Álvarez, afirmaba que se han disparado los casos, algo que probablemente esté relacionado con el creciente número de usuarios.
«Cada vez más chavales se están incorporando con más intensidad a las nuevas tecnologías y esto es un coladero para los pederastas que desafortunadamente existen», apostilla. Hasta el 15% de los menores internautas entre 10 y 17 años recibe alguna propuesta sexual online.
Por eso, los padres deben enseñar a sus hijos dos cosas fundamentales que pueden poner freno a un acosador del ciberespacio: saber decir que no y que pidan ayuda antes de que sea demasiado tarde. Según el director de PantallasAmigas:
«Las mismas pautas que guían en el día a día fuera de la Red son las que sirven cuando se está delante de un ordenador. Concienciar a los menores de la importancia de seguir ciertas normas de privacidad y que aprendan a tomar decisiones es básico. Y, sobre todo, que se lo cuenten a sus progenitores para que puedan denunciarlo. Es importante que sepan que no les van a regañar ni a prohibir el uso de Internet»
Algunos casos de grooming trascienden el ámbito privado y saltan a los medios por sus dramáticas consecuencias, como el de la menor de 16 años de Chiclana (Cádiz) que fue violada por un adulto que había contactado con ella a través de la red social Tuenti.
Siguiendo el modus operandi típico del grooming, el violador fue granjeándose poco a poco la confianza de la víctima, haciéndose pasar por un adolescente. Posteriormente empezó a acosar a la joven hasta coaccionarla y obligarla a quedar con él, amenazándola con extender por la Red las imágenes que había conseguido de ella con engaños. Finalmente, la víctima acudió al encuentro en Conil de la Frontera, donde se produjo la agresión sexual.
Del acercamiento con mentiras (los pederastas tratan de conctactar con las víctimas utilizando identidades falsas o mintiendo en la edad) a la fingida amistad. A partir de ahí se logran imágenes comprometedoras y se cae en una espiral que a los adolescentes les cuesta detener.
Jorge Flores proporciona un ejemplo de estos chantajes que tienen lugar una vez que el groomer se hace con alguna foto delicada y datos personales que ayudan en el chantaje:
«La chica de 16 años de Santurce a la que un joven de 27 de Bilbao le robó las claves de Messenger, por lo que pudo meterse y acceder a sus ‘secretos’, a información delicada. Tenía a su disposición la lista de contactos de la joven y la amenazaba con difundir sus correos privados a sus amistades. Así fue como pasó a pedirle una foto y se inició el chantaje… Finalmente, quedaron. La chica se asustó lo suficiente como para pedir ayuda a sus padres, que avisaron a la Policía y que acudió a la cita entre los dos jóvenes lo que permitió la detención del acosador».
Una encuesta de EU Kids Online —financiada por la Comisión Europea—, revela que el 9% de los niños y niñas europeos de entre 11 y 16 años ha sido víctima de una mala utilización de sus datos personales online.
El trabajo revela, además, que el 8% de los niños ha conocido en la vida real a alguno de sus contactos online durante el último año.
Las redes sociales online son una puerta de entrada frecuente de estos acosadores. Les resultan especialmente interesante porque en ellas con frencuencia se exhibe abiertamente una gran cantidad de información de sus potenciales víctimas.
Consejos para evitar el grooming
Para reducir el riesgo de grooming sobre los menores, los expertos aconsejan:
- Evitar la instalación de cámaras web (webcam) o restringir su uso mediante algún programa o mediante claves o controles parentales.
- Colocar el ordenador en lugares comunes de la casa: por ejemplo, en el salón.
- Educar a los hijos en los peligros de la Red. Hay que explicarles las medidas de protección básicas para evitar cada uno de ellos (por ejemplo para evitar el grooming).
- Saber quiénes son sus contactos y revisar su perfil en las redes sociales.
- Proteger los datos personales. Los menores no deben rellenar formularios en los que den datos personales suyos, de amigos o conocidos o de su familia.
- Poner un horario: es importante que no chateen por la noche y a escondidas de los padres.
Fuente: El Mundo