Usuarios de Facebook denuncian que la compañía les ha eliminado sus cuentas por razones poco claras. Según los expertos, la conocida red social online decide qué es justo o ético sin ajustarse a las leyes. Si te expulsan, «jamás sabremos si venden tu material o crean una biblioteca con él». Tras la clausura de un perfil, el usuario pierde todo lo que en él alojaba.

Manuel Tapial, activista propalestino conocido por ser miembro de la expedición de la ‘Flotilla de la Libertad’ que fue atacada por Israel cuando viajaba rumbo a Gaza con ayuda humanitaria, intentó por última vez entrar a su perfil de Facebook el pasado día 21 de noviembre. Un aviso le negó el acceso, explicándole que le habían deshabilitado la cuenta, pese a que él asegura que no tenía publicado nada que infringiese las indicaciones. «Me leí bien las condiciones, por lo que puedo afirmar que no contravine ninguna tranquilamente»,asegura Tapial, quien no obstante «sospechaba que esto pudiese ocurrir,por mis contenidos solidarios y comprometidos».

Facebook realiza la eliminación de cuentas y contenidos motivado siempre por la denuncia de otro usuario, de forma que todo propietario de un perfil tiene capacidad ‘censuradora’. Tapial, por ejemplo, cree que grupos pro israelíes organizados en la Red pueden estar detrás de la clausura de su cuenta, cosa que jamás podrá ser demostrada, porque las denuncias en Facebook son anónimas. Por su parte, el departamento de comunicación de Facebook España asegura que todas las cuentas denunciadas se analizan antes de decidir si deben eliminarse.

El caso de Manuel Tapial no es el único. Elena Miralles fue otra usuaria expulsada de Facebook cuyo único error, según pudo saber después de que se le negase el acceso a su perfil, era haberse cambiado el nombre por ‘Jelen’, un apodo usado por amigos y familiares que es motivo de expulsión para Facebook. Guillermo Hernáinz no ha conseguido que nadie desde la red social le explique por qué le han clausurado su perfil en tres ocasiones, aunque sospecha que se debe a haber publicado «la imagen de la portada de la revista en la que trabajaba, erótica». También se clausuraron, sin explicación y hasta en once ocasiones, cualquier intento de promoción de la ‘besada homosexual’ convocada en Barcelona con motivo de la visita del Papa, el pasado 7 de Noviembre. Todos los afectados, después de haber perdido todos sus contactos, sus imágenes y sus conversaciones, aseguran no haber recibido notificación o posibilidad de reclamación antes de que Facebook echara el cerrojo, al tiempo que desde la compañía insisten en que ninguna cuenta se cierra sin previo aviso.

Facebook defiende su trabajo explicando que la tarea se lleva a cabo desde el centro operativo de Irlanda, donde «un equipo de atención al cliente centraliza las reclamaciones». Sin embargo, fuentes de la red social reconocen que «dar salida y servicio a todo el mundo es muy complicado, pues los usuarios de Facebook crecen a un ritmo más acelerado que el de la compañía, y por ello no se garantiza cuándo y a qué nivel de detalle Facebook te va a atender y a explicar los motivos del cierre tu cuenta».Además, dejan ver que «cuando se trata del cierre de un contenido público o con miles de seguidores se mira más al detalle porque la gente puede creer que Facebook censura, pero cuando se trata de un perfil privado, sí se cierran más fácilmente, en muchos casos por errores técnicos del usuario».

Según explica Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, Facebook está cerrando miles de perfiles, pero este atropello no se está plasmando en una denuncia masiva contra la red social porque los usuarios suelen dar el caso por perdido. «Se suele pensar que como esto no se paga no hay nada que reclamar, se tiende al conformismo», explica Domingo, quien reniega de esta idea y defiende que «Facebook, como proveedor de servicio, no debe ser el responsable y dueño de lo que en él se aloja, sino que tienen que ser los autores los responsables de lo que publican, para lo bueno y para lo malo» porque, tal y como esto está diseñado, «los propietarios de Facebook dictan sus propias normas, con criterios distintos a los legales y, una vez dentro de la red social, las posibilidades de litigar en su contra son prácticamente nulas».

«Lo que está haciendo Facebook —explica Domingo— es convertirse en juez y parte de la libertad de expresión, decidiendo qué es correcto, justo o ético sin que esto se dirima en un juzgado, sin ajustarse a las leyes, sino al criterio de un webmaster o a la arbitrariedad del responsable del web». Y lo peor de todo esto, aseguran desde la Asociación de Internautas, es que los usuarios tienen gran parte de culpa en este recorte de derechos, pues la mayoría acata un sistema de funcionamiento dictatorial sin plantearse siquiera qué tipo de contrato tiene con Facebook. «La gente cuelga en Facebook las fotografías de sus recién nacidos y sus planes de Navidad como si fuera su casa, y se trata en realidad de una casa ajena a la que le otorgamos fascículos de nuestra intimidad», advierte el presidente de AI.

En el mismo sentido se manifiesta Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, que cree que la osadía de Facebook es permitirse censurar aquello que no les gusta. «Una cláusula contractual no puede centrarse en criterios de la red social, en lo que ellos consideren que es incorrecto, pues entonces estamos ante una cláusula abusiva y, por tanto, ilegal». Este hecho, explica Sánchez, debería denunciarse a las autoridades de consumo, que podrían expedientar a la empresa. «El problema está en que, claro, cualquier empresa puede decidir sus cláusulas contractuales, que son perfectamente legítimas hasta que alguien las revise» y, añade, «estoy seguro de que ninguna administración pública en España ha echado un ojo al contrato de Facebook».

La declaración de derechos y responsabilidades de Facebook reza que «eres el propietario de todo el contenido y la información que publicas en Facebook»,de modo que a la compañía sólo le concedes una licencia temporal para acceder a tus contenidos, cesión que «finaliza cuando eliminas tu cuenta», aunque «puede permanecer en copias de seguridad hasta un máximo de noventa días». Lo mismo pasa cuando es Facebook quién decide eliminarte a ti. Y esta es otra de las principales quejas de los usuarios, que ven un atropello que, después de expulsarte,»se queden con tus fotos, tus escritos y tu libreta de direcciones, así como con todos los mensajes privados que hayas enviado o recibido» porque nadie sabe quién, dentro de la empresa, podrá sacar beneficio de estas cuentas archivadas.

Que Facebook guarda en sus arcas las cuentas eliminadas lo ha comprobado personalmente la escritora Lucía Etxebarría, a quien desactivaron tres perfiles de Facebook y que ha podido recuperar dos ellos después de una larga batalla. «Cuando me devolvieron la cuenta, el contenido seguía allí sin destruir» contaba Etxebarría, explicando que, si no llega a reclamar sus cuentas, hubiesen pasado a estar a disposición de Facebook.

La compañía de Zuckenberg se muestra contuntente cuando asegura que «Facebook nunca se queda con tus datos», aunque permanezcan archivados para su borrado en «un tiempo razonable». Mientras, la Asociación de Internautas recuerda que no hay forma de verificar esto, pues, «una vez te eliminan de Facebook, el usuario pierde totalmente el control y las posibilidades de reclamación o comprobación son escasas o nulas». De esta forma, jamás sabremos si «venden este material o crean una enorme biblioteca con él», insiste Domingo. Además, puntualiza Sánchez, «habría que estudiar hasta que punto Facebook está vulnerando el derecho a la información y la expresión al censurar ciertas publicaciones de esta forma y, cuando arrebate los contenidos a un usuario, la queja podría trasladarse a la Agencia Española de Protección de Datos

Hasta ahora, si el usuario decide luchar para recuperar su cuenta o sus contenidos lo hace con pocos precedentes legales, algo que va camino de cambiar, porque este pasado mes de noviembre la Comisión Europea anunció que regulará el ‘derecho al olvido’ en las redes sociales. Se trata de una propuesta legislativa que se presentará en 2011 y que, entre otros objetivos, pretende reforzar la protección de datos de la Unión Europea y adaptarlos a los cambios generados por las nuevas tecnologías. Con esta reforma de la legislación, anunciaba la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, los proveedores de servicios de Internet y los buscadores tendrán que limitar la recogida de datos al mínimo necesario y deberán informar a los usuarios de forma transparente sobre quién recoge y usa sus datos y sobre cómo, con qué fines y por cuánto tiempo lo hace.

Además, las compañías estarán obligadas a garantizar la ‘portabilidad de los datos’, es decir, se conferirá a los clientes el derecho explícito a retirar sus datos (fotos o una lista de amigos) de una aplicación o un servicio y transferirlos a otra aplicación o servicio sin que los responsables del tratamiento puedan bloquearlo. El conjunto de medidas, en definitiva, quiere delimitar las exigencias de privacidad no sólo de Facebook, sino también de sitios como Tuenti o Twitter, cuyos términos de uso son similares a los de la compañía de Zuckenberg.

Por el momento, al propietario de una cuenta de Facebook sólo le queda reflexionar sobre cada uno de los textos, fotos o vídeos que publica y tener copia de todo el contenido que considere de valor pues, hoy por hoy, y a la luz de terceras experiencias, no hay forma de asegurar la vida de un perfil, ni forma de recuperar su huella digital una vez muerto.

Fuente: Internautas.org

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